En fecha reciente, el Senado de la República designó a Alfredo Achar Tussie, Jorge A. Bustamante Fernández, Marcos Fastlicht Sackler y Carmen Moreno Toscano, como integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Alfredo Achar Tussie, connotado empresario y figura central en el ámbito de la responsabilidad social, ha sido distinguido con numerosos reconocimientos por su importante labor.
Marcos Fastlicht Sackler es Presidente de la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica A.C. y se destaca por vigilar las acciones de las instituciones de procuración de justicia y seguridad.
Los consejeros son elegidos por el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara de Senadores con base en su calidad moral, honestidad y capacidad técnica y profesional.
Es un orgullo para la Comunidad Judía de México, que miembros destacados de la misma formen parte de este importante órgano responsable de velar por los Derechos Humanos en el país, en el que también participa Andrés Roemer.
Que curioso ¿O no?
La semana pasada, el energúmeno golpeador no dejo de ser llamado “el empresario judío”.
Hoy que se trata de algo positivo, en vez de destacar sus meritos, Proceso (http://www.proceso.com.mx/?p=291194.) lo presenta simple y tendenciosamente ” como tan solo el suegro de Azcarraga” como si el serlo tuviera alguna importancia, mas allá de los méritos reales que llevaron a estas dos personalidades a ser consideradas para ocupar tan honroso cargo.