Aclaración de Daniel Ajzen
He sido informado que el artículo que escribí, con todo respeto y cariño por mi escuela y su directora, la lererke Vele, ha sido mal interpretado en algunos círculos por lo que deseo aclarar el contexto y significado de lo que escribí, para evitar – en lo posible – malos entendidos, pero, sobre todo, evitar lastimar gratuitamente a quienes tanto dieron a la escuela y que por esto mismo merecen – y siempre han tenido y tendrán, mi respeto y agradecimiento por su esfuerzo por la Naye, por lo Yiddish y por Vele.
En el quinto párrafo escribí:
“…provocados no por ella, sino por circunstancias fuera de su control… perdieron temporalmente el rumbo…”
Quiero aclarar primero el subrayado de perdieron temporalmente el rumbo o sea, que más tarde, cuando nuevos patronatos tomaron las riendas la escuela, recupero – con creces- su rumbo como una de las grandes instituciones educativas en la comunidad.
Segundo, cuando me refiero a la pérdida del rumbo hablo primero de la pérdida del rumbo ideológico (años 60s y 70s) , luego de los problemas económicos (años 80s), cuando muchos nos empobrecimos, en las crisis económicas anteriores, cuando hablo de la pérdida de densidad demográfica ( los 90’s en adelante) me refiero a los que tuvimos menos hijos, o salimos del país provocando un faltante de suficientes niños para crear una población educativa con un número de alumnos suficientes que cubra, a través del pago de colegiaturas, los enormes gastos que una institución educativa de esta índole requiere.
Creí, erróneamente, que el orden de los términos dejaría en clara las épocas en que sucedieron los acontecimientos a los que hago referencia, pero veo que no fue así.
Por esto, hoy, públicamente lamento profundamente que un momento tan importante se prestara a un malentendido pero sobre todo lamento que este error de redacción lastimara a quienes con tanta entrega, trabajo, transparencia y honestidad dedicaron su tiempo para apoyar a Vele hasta el último día y a nuestra Naye en todo momento, corrigiendo con mucho trabajo – y a a un costo personal enorme los errores del pasado.
Reconozco también que por mucho que los exalumnos o ‘fans’ de Vele o de la Naye o de ambos sufrimos al verla cerrar sus puertas ninguno pudo haberlo sufrido más que quienes, estando en el Patronato, tuvieron – muy a su pesar- que ver a le escuela cerrar a pesar de todos sus esfuerzos.
Es claro que si bien este momento nos resultó muy doloroso a todos, no puedo imaginar cuan mucho más doloroso debió haber sido para quienes contra viento y marea trataron de mantenerla siempre, no solo a flote, sino a la vanguardia educativa y con el calor humano que siempre la caracterizó.
Las lerekes y sobre todo los alumnos de las últimas épocas, las épocas de Vele, con los nuevos patronatos fueron la mejor época de una escuela que brilló por su diversidad, su acomodo para todos los alumnos, la riqueza de su currículo y la “protección” de Vele que de una manera real se convirtió en la Yiddishe Mame de muchas generaciones que encontraron en la Naye la casa, el hogar, el apoyo, la mishpoje, la comunidad que necesitaban gracias al apoyo incuestionable de un Patronato que le permitió apoyar en todo momento a sus alumnos sin restricción alguna.
Por eso, unas líneas más abajo escribí, como reconocimiento a la labor de Vele y los patronatos que la acompañaron y que se que comparten sus principios y su humanidad:
“ El judaísmo de los ex alumnos de la Naye de Vele era el humanismo social y progresista, secular e inclusivo donde todos somos iguales y quienes tienen más tienen la obligación de ayudar a quienes tienen menos, donde dar no es un favor sino una obligación moral y tener y no dar es una vergüenza.”
Y más aún, termine el articulo con un llamado a estos mismos patronatos pidiendo, sugiriendo, que:
Quizás este momento sirva para rendir nuestros últimos respetos a la incansable labor de Vele y porque no, como honor a ella y todos los lerers y lererkes de la escuela, retomar el esfuerzo de recrearla con los altos valores humanos basados en la tradición y la cultura Yiddish (en Yiddish) que siempre la caracterizó.
Lo cual no estaría yo pidiendo si no reconociera la inmensa labor que los Patronatos de la época de Vele realizaron y todo lo que tuvieron que aguantar (y sufrir) cuando tuvieron que cerrar la escuela a la que ellos tanto querían, al igual que todos nosotros pero, que a diferencia de quienes la queríamos de lejos o en silencio, ellos la querían ahí, en su terreno, en la lucha diaria, en el trabajo incansable.
Por favor, estimados lectores, no permitan que este artículo, en este ni en ningún momento, sea mal interpretado.
La Naye fue un gran colegio gracias a sus fundadores, a Vele y a sus patronatos de Vele.
Las obras de sus ex-alumnos hablan de la calidad de la escuela que creó tantos mexicanos tan orgullosos, tan preparados, tan sensibilizados y tan activos en el país y en la comunidad.
Los principios ideológicos y filosóficos de la escuela triunfaron por encima de las crisis que la afectaron gracias a quienes nunca quitaron el dedo del renglón y apoyaron a Vele hasta el último día y seguirán apoyando a la comunidad por muchos años más.
Cualquier otra lectura que se haga de esta nota, es equivocada y espero poder evitarla gracias a esta aclaración donde debo agregar, debí haber sido más claro para que desde el principio todo hubiera sido como lo deseábamos: Un epitafio glorioso a una labor de décadas de una gran lererke cuya vida y familia fueron la escuela, sus alumnos y quienes siempre la apoyaron incansable e incuestionablemente.
Repito, debí haber sido más claro y no lo fui, me deje llevar por la emoción del momento y olvidé, y por eso me disculpo y tomo toda la responsabilidad por ello y me atrevo a solicitar a todos Ustedes, estimados lectores, no usen mi mala redacción para menospreciar el trabajo de quienes tanto hicieron por la Naye y por consiguiente por la Comunidad.
Y “last but not least”, debo agradecer a quienes nos llamaron la atención al posible mal-entendido que la lectura de este texto podía generar porque nos permitieron releer (una vez más) el texto y aclarar públicamente, como lo estamos haciendo, lo que quisimos decir.
Pero la verdad sea dicha, es que además de releerlo como lo hicimos debimos haber podido detectar el posible malentendido antes de publicarlo y así, evitar a todos los implicados el sinsabor que sin querer produjimos y la pérdida de tiempo acarreada con tanta corrección.
Siendo parte de un grupo periodístico internacional, con colaboradores en más de 20 países en 6 idiomas, con múltiples medios leídos por medio millón de personas requiere de más cuidado de mi parte para evitar estos malos entendidos.
Así que, gracias a este incidente hemos tomado múltiples medidas de seguridad adicional para garantizar -en lo posible- que sin dejar de rendir culto a la verdad -como siempre lo hemos hecho- tendremos más cuidado tratando de evitar futuros malos entendidos.
Precisamente nuestra cobertura, nuestra credibilidad depende de nuestra exactitud no solo formal que siempre la hemos tenido, sino también “redaccional” para asegurarnos que todos nuestros lectores sepan que leyéndonos recibirán como siempre, no solo la verdad documentada y tajante sino también tan clara que evite confusiones inútiles que solo nos distraen a todos innecesariamente.
Así que, gracias por sus comentarios, por su llamado de atención y sobre todo, por ser nuestros fieles lectores y ayudarnos con sus comentarios a tratar siempre, de ser mejores que ayer.
Daniel Ajzen
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Leer artículo: Vele, la Naye y el actual vacío comunitario
No he leído la nota original pues seguramente supuse que era algo muy personal y relacionado a un grupo especial, pero al ver la “corrección” y considerando el autor decidí leer.
Me gusto este parrafo que estaba incluido en el original
“ El judaísmo de los ex alumnos de la Naye de Vele era el humanismo social y progresista, secular e inclusivo donde todos somos iguales y quienes tienen más tienen la obligación de ayudar a quienes tienen menos, donde dar no es un favor sino una obligación moral y tener y no dar es una vergüenza.”
y con esto me identifico plenamente, en Mexico, en Argentina y seguramente en Israel y demas paises en el pasado lejano y lloro la perdida de estos valores y sobre eso concentro mis flechas a la direccion politica israeli actual y a los lideres de las diversas comunidades.