El pasado sábado 7 de noviembre más de 30 mil personas recordaron la trágica noche, catorce años atrás, cuando tres disparos de un extremista judío opuesto a las negociaciones de paz con los palestinos, terminaron con la vida del entonces Primer Ministro Itzjak Rabin z”l.
Congregados en la plaza central de Tel Aviv, que lleva el nombre del asesinado Jefe de Gobierno israelí, evidenciaron que, pese a los años transcurridos, el dolor no disminuye y el recuerdo no se diluye.
Como en años anteriores, la ceremonia dio inicio con la grabación del último discurso pronunciado por Rabin.
Más adelante, el Presidente de Israel, Shimon Peres, tomó la palabra y afirmó que: “Itzjak sabía que quien lucha por la paz, inflama y alimenta el extremismo” y, aseguró que su lucha continuará y, a pesar de los obstáculos no pararán hasta lograr la paz.
Por su parte, el ministro de Defensa Ehud Barak lanzó un llamado a los presidentes palestino y sirio, Abbas y Asad, respectivamente para que vuelvan a la mesa de negociaciones con Israel y finalizó dirigiendo su mirada a la foto del desaparecido Rabin y señalando: “Javer (compañero) que falta nos haces, fuiste mi comandante en la batalla, tú sigues siendo mi jefe en mi derrotero hacia la paz”.
Casi al término del acto, se proyectó un video-mensaje del Presidente norteamericano, Barack Obama, que comenzó con un saludo hebreo. En su mensaje, Obama señaló que se une a los presentes en la plaza que lleva su nombre, “para reafirmar nuestro compromiso de proseguir con la obra de Itzjak Rabin, de bendita memoria. Una vez más con su presencia tornan esta trágica plaza con renovada esperanza. Una vez más sus velas iluminan la cerrada oscuridad, y se mantienen determinados a no sucumbir en el dolor de la irreparable pérdida, sino a inspirarse en el profundo contenido y legado de su vida. La vida de un valeroso soldado, un esposo y padre cariñoso, que vislumbró un futuro mejor para sus hijos y nietos, cuando desde esta misma plaza lanzó el ‘Si a la paz, No a la Violencia’…”.
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