Corchete: Para poder encontrar alguien que me agrade mucho, primero necesito gustar de mí mismo
A menudo soñamos con encontrar una pareja ideal que tenga todas las cualidades y atributos que deseamos. Este anhelo nos lleva a buscarla por todos lados: bares, pubs, boliches, presentaciones y hasta sitios de internet. Cuando no logramos encontrar dicha pareja, podemos llegar a sentirnos frustrados, desanimados y hasta deprimidos. Tal es nuestra ansiedad por encontrar la pareja ideal, que solemos olvidarnos de algo esencial: para poder encontrar alguien que me agrade mucho, primero necesito gustar de mí mismo.
El Rebe de Lubavitch solía decir a los jóvenes que lo consultaban “Gusta de ti mismo y otros también empezarán a hacerlo”. Sin embargo, muchas veces nos mostramos reacios a reconocer nuestras virtudes; creemos erróneamente que el reconocimiento y aprecio debe venir de los demá, ya que de lo contrario podríamos ser considerados soberbios. Ello nos lleva numerosas veces a practicar la auto descalificación, que implica que cada vez que nos elogian, desmerecemos automáticamente los cumplidos. Hay una anécdota jasídica que trata sobre la importancia del auto respeto para lograr vínculos plenos con los demás.
Un día se encontraba el Jafetz Jaim, uno de los sabios judíos más renombrados, que volvía a su hogar en Polonia. Cuando su carruaje pasó junto a un hombre que caminaba por la carretera, el sabio se ofreció a llevarlo hasta Radín. Dentro del carruaje, el hombre comentó que iba a Polonia para ver al gran Jafetz Jaim. El rabino se encogió de hombros y le dijo: “No sé porque haces semejante esfuerzo…el hombre ese no tiene nada especial”.
El hombre se puso furioso y le recriminó al sabio por no reconocer la grandeza del Jafetz Jaim. Y en su furia le golpeó el rostro, ignorando que éste era el mismo Jafetz Jaim. Días más tarde, cuando se presentó ante el sabio para saludarlo y lo reconoció como el hombre al que había golpeado, se arrojó a sus pies y le pidió perdón. El Jafetz se sonrió “¿Perdón? No hay necesidad de perdón. Al contrario, te estoy agradecido porque aprendí algo nuevo. Siempre dije que está mal menospreciar a los demás. Ahora sé que también está mal menospreciarse a sí mismo”.
La falta de auto reconocimiento de nuestras cualidades constituye un serio problema en nuestra vida. Este patrón psicológico tan común es el que nos lleva a buscar desesperadamente una pareja que nos brinde las caricias de reconocimiento y afecto que nosotros mismos nos negamos a brindarnos.
Por ello el primer paso que podemos llevar a cabo en este camino hacia el encuentro con una pareja, es efectuar un listado con nuestras cualidades. El siguiente paso es aceptar que nos merecemos reconocernos estas virtudes. Una vez que empezamos a llevar a cabo esta tarea, estaremos cimentando las bases sólidas y firmes en nuestra vida para poder encontrarnos con aquella pareja que tanto anhelamos.
El judaísmo hace hincapié en una mitzvá fundamental que es el amor altruista. “Ama a tu prójimo como a ti mismo” implica ser los primeros en querernos y aceptarnos para poder hacerlo con los demás. Reenfocar nuestra atención en lo valioso que somos nos permite llevar a cabo nuestra búsqueda de pareja desde un lugar más relajado y eficaz que nos permitirá compartir y disfrutar a pleno del encuentro con el otro.
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