Dina Buchbinder, generando conciencia cívica en niñas y niños a través del deporte

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Judíos destacados en México

Dina Buchbinder Auron ha introducido a un sistema educativo mexicano que ha luchado por largo tiempo contra la pasividad y la rigidez un modelo educativo innovador, orientado a la acción llamado Deport-es para Compartir.

Deport-es para Compartir habilita a maestros de diversas tendencias educativas a adoptar conciencia social en materia ambiental al mismo tiempo que se transmiten valores como el juego limpio el trabajo en equipo.

Habiendo crecido en el seno de una familia judía en México -de lo cual se siente profundamente orgullosa- Dina era frecuentemente etiquetada como “diferente” durante su niñez, hasta que se inscribió en el Colegio de la Ciudad de México, una escuela secundaria con una población internacional, cuando finalmente comenzó a interactuar con grupos de jóvenes con otras raíces y culturas. Sus años de secundaria representan uno de los períodos más felices en su vida, en donde se le abre una ventana hacia el valor de la diversidad. Otro elemento que le dio forma a la niñez y la adolescencia de Dina fue el deporte. De niña, acostumbraba inventar juegos activos junto a su hermano y cuando creció aprendió y practicó una amplia variedad de deportes de competición. Sigue creyendo con todo su corazón en la influencia positiva que un estilo de vida activo tiene en el desarrollo físico y fisiológico de los niños con quienes siempre ha tenido una conexión natural ya sea como niñera, tutora o consejera.


A pesar de ser joven, Dina cuenta ya con una amplia experiencia desarrollando programas de concientización y participación cívica.

Al terminar la escuela secundaria, vivió en Israel en donde pasó cuatro meses en dos kibutz y otros dos en el programa Marvah del ejército. Como estudiante organizó en su escuela las Jornadas Judías, un programa para mostrar a los estudiantes lo que es la vida judía a través de sus bailes, su comida, conferencias, películas y una rifa para ganar un viaje para conocer Israel.

En la universidad en Ciudad de México, organizó una exitosa simulación electoral para combatir la apatía de sus compañeros de clase y motivarlos a participar en el proceso electoral. También organizó un foro para exponer a sus compañeros diferentes aspectos relacionados con la inmigración y los derechos humanos, particularmente con respecto a los grupos étnicos menos favorecidos de México. Además de su constante actividad en asuntos sociales y políticos, Dina contribuyó a la vida cultural de su universidad coordinando eventos artísticos y creando el equipo de Fútbol de Sala.

Al graduarse en Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Dina participa en una conferencia mundial de liderazgo juvenil en Japón. Allí conoció a Dara Parker, una joven canadiense que trabajó para Sport-in-a-Box bajo los auspicios de la Asociación Canadiense para las Naciones Unidas. DINA quedó fascinada por la descripción que Dara hizo de Sport-in-a-Box y decidió traer el concepto de educación activa a México. Adapta el modelo al contexto mexicano y le añade nuevos elementos como la evaluación del impacto y un enfoque en la participación de grupos socioeconómicos y étnicos diversos. Dina se identifica profundamente con los principios de DpC porque los principios y valores del programa –actividad física, participación cívica,, diversidad, imaginación y la importancia de la niñez- son los suyos propios. Su vision es que todos los niños aprendan a forjar sus propios roles para crear impacto en las comunidades donde viven y, por añadidura, con un contexto global más amplio.

Dina ha llevado los conceptos básicos sobre el uso de juegos activos para enseñar a los niños, de las Metas del Milenio para el Desarrollo (Milleniun Development Goal- MDG) de las Naciones Unidas enfocándose en la importancia del deporte en la niñez- a niveles mas elevados. No solo ha trabajado incesantemente junto a su equipo para adaptar el concepto a la realidad social y cultural de México, que son muy diferentes de la de Canadá, sino que además han integrado nuevos elementos como la participación de los padres, medición del impacto y pedagogía basada en la diversidad a través de las lecciones de DpC y el intercambio ínter escolar de “cajas del tesoro”. Debido al tiempo y a la energía dedicados al entrenamiento de maestros como agentes multiplicativos de cambio, DpC –en sus dos primeros años de operación- creció diez veces más rápido que el programa canadiense.

Dina identifica las comunidades donde DpC debe ser implementado con la colaboración de dos grandes organismos gubernamentales: la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (CDI). Ambos organismos quedaron realmente impresionados con los resultados de programas piloto con los que colaboraron anteriormente. Al apoyarse en las diferentes redes de SEDESOL y CDI, el equipo de DpC ha sido capaz de penetrar comunidades aisladas más rápida y eficientemente. Algunas de las regiones en donde trabaja DpC están tan escasamente pobladas que los niños indígenas viven y asisten a la escuela en albergues entre semana y regresan a las aldeas de sus padres durante el fin de semana. Estos albergues indígenas son críticos para la estrategia de DpC para alcanzar a los alumnos más pobres y sus familias.

Para finales de 2010, el exitoso modelo “entrena al entrenador” había ya impactado 28,000 niños en 16 estados mexicanos en solo dos años. En lugar de dar las lecciones personalmente, Dina y su equipo reúnen maestros y directores de los albergues escolares para cursos intensivos de tres días durante los cuales los adultos experimentan los mismos juegos, actividades y reflexiones grupales que posteriormente llevarán a su salón de clases. A cada maestro o director de albergue le es asignado una persona que servirá de enlace con DpC y quien lo apoyará a lo largo del semestre. Esta persona es responsable de brindar apoyo vía telefónica o correo electrónico, y cada semestre, el equipo de DpC visita cerca de la mitad de las escuelas participantes a lo largo del país. El sistema de enlaces no solo brinda apoyo a los maestros, sino que también implementa un sistema de monitoreo y mantiene un control de calidad.

Cada una de las ocho sesiones de DpC se enfoca en cada una de la ocho metas de Milleniun Development Goal (MDG):

  1. Erradicar el hambre y la pobreza extrema.
  2. Lograr igualdad de género
  3. Reducir la mortalidad infantil
  4. Mejorar la salud materna
  5. Luchar contra el VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas
  6. Lograr sustentabilidad ambiental
  7. Promover el desarrollo económico, y
  8. Formar una alianza internacional para abordar y enfrentar problemas globales

Cada sesión consiste de una actividad o juego físico diseñado para enseñar al estudiante el tema semanal al mismo tiempo que se refuerzan valores como el juego limpio y el respeto, así como una reflexión grupal al cierre de la sesión pidiendo a los estudiantes sintetizar lo que han aprendido.

Una de las prioridades máximas de Dina ha sido la medición del impacto, por lo que ha trabajado en colaboración con un Licenciado en Estadística del Colegio de México diseñando evaluaciones de los estudiantes participantes, los padres y los maestros inmediatamente antes y después de cada programa así como a los seis meses posteriores. Las evaluaciones permiten formarse un juicio acerca del entendimiento del niño sobre problemas sociales y ambientales; sus perspectivas sobre temas como el trabajo en equipo, igualdad de género y su habilidad de liderazgo para impactar en sus comunidades y su nivel de actividad física. Desde 2008 las evaluaciones han revelado consistentemente un impacto significativo en todos estos aspectos en los niños que han participado en DpC, particularmente inmediatamente después del programa pero también revelan un alto nivel después de seis meses.

En 2009, Dina fue seleccionada por la International Youth Foundation como miembro de la Youth Action Net. Dina es también miembro de Ashoka y ha sido invitada a participar como miembro de World Jewish Diplomatic Corps.

Mientras Dina y su equipo continúan trabajando en un crecimiento orgánico de DpC entrenando más maestros e involucrando mas padres de familia, la estrategia de Dina para establecer Deport-es para Compartir firmemente de todo el país, es introducir el programa en los programas de las escuelas públicas a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Habiendo formado ya alianzas con SEDESOL y CDI, Dinaa tiene grandes posibilidades de lograrlo. En términos de expansión internacional, Dina planea utilizar su afiliación con la rama mexicana de la Federación Mundial de Asociaciones de las Naciones Unidas (World Federation of United Nations Associations), una red de organizaciones de diferentes países dedicada promover los programas de las Naciones Unidas, para echar los cimientos de capítulos de DpC en otros países, empezando con Centro y Sudamérica y los Estados Unidos. Dina actúa también como conferencista de manera frecuente en conferencias de liderazgo juvenil en donde ha encendido la chispa del interés entre otros líderes para que repliquen el modelo de DpC en sus propios países. Al mismo tiempo que se espera que los capítulos internacionales de Dpc reúnan su propios fondos en su medio local –a largo plazo-, Dina sabe que los logros de DpC se alinean cercanamente con los objetivos de importantes organizaciones internacionales y multilaterales como USAID, el Fondo Mundial para la Niñez, la Unión Europea, UNICEF, Fundación Ford y el Banco Interamericano de Desarrollo, organizaciones, todas ellas a las que Dina ve como potenciales proveedores de los fondos iniciales para la replicación de Deport-es para Compartir internacionalmente.

A la fecha, más de 32,500 niñas y niños han participado en este singular programa.

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