El jueves 24 de enero la clase de tercero de secundaria tuvo la gran oportunidad de hacer una visita a un asilo de ancianos que se encuentra ubicado en Palo Solo. El día que nos informaron que haríamos esta visita, no sentimos un gran entusiasmo, es algo que no sabíamos que nos dejaría una huella muy especial.
Cuando llegamos al asilo, todos los ancianos se levantaron y nos recibieron con una gran sonrisa y aplausos, lo cual nos hizo sentir muy bien recibidos y nos llenó de alegría. Nos acercamos y comenzamos a conversar con ellos, cada uno nos acogió con cariño, regalándonos palabras que siempre recordaremos.
Hicimos varias actividades con ellos: jugamos “Basta”, todos quería participar, la unión entre alumnos y adultos mayores, era inexplicable, nos contagiamos mutuamente de energía y alegría. Cuando el tiempo de jugar terminó, les repartimos galletas y bufandas, todos lo recibieron con un gran cariño y pudimos ver la felicidad en sus rostros. Ellos estaban muy agradecidos con nosotros y nosotros agradecidos por ser parte de sus vidas ese día.
El maestro Arale, quien nos acompañó a la visita junto con el maestro Netanel, tocaron la guitarra y cantaron junto con todos los alumnos; pronto los ancianos se unieron, bailaron y entonaron canciones con nosotros. El entusiasmo de los ancianos era tal, que nos contagiaron sus sonrisas a todos los alumnos.
Después de un rato de cantar y bailar, tuvimos que regresar a la Escuela. Cuando nos despedimos, ellos no querían que nos vayamos; sin embargo, estaban muy contentos con nuestra visita. Las sonrisas de los ancianos eran impresionantes, pero lo mejor de todo fue la satisfacción y la alegría que nos llevamos nosotros los alumnos en nuestros corazones, y sabemos que siempre tendrán un recuerdo nuestro en los suyos.
Agradecemos mucho a la Yavne por darnos la oportunidad de vivir esta experiencia inolvidable y tan satisfactoria, una experiencia que nos enseñó a apreciar todo lo que tenemos, y valorar a todas las personas que nos rodean; es importante saber que siempre podemos dar un poco de nuestro tiempo para hacer que una persona sonría, al igual que en este caso, los ancianos lo hicieron.
Gracias por esta gran lección de vida.
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