Galia Moss, la primera latinoamericana en cruzar el Océano Atlántico en velero

Atleta desde los 5 años. comenzó su vida deportiva en la gimnasia olímpica, después de 10 años llegó a representar al Distrito Federal. A continuación siguió su camino deportivo en el Atletismo por 2 años y siguió  nadando, haciendo yoga y corriendo.

Estudió  5 años composición musical y los cursos requeridos para llegar a ser piloto comercial de aviones mono-motor.

A sus 24 años de edad conoce el deporte del Velerismo. a partir de entonces su sueño se convirtió en cruzar el Océano Atlántico a Vela en Solitario. Después de 7 años tomando cursos teóricos y prácticos, compitiendo, transportando veleros, entrenando con los mejores veleritas de España y 2 años tocando puertas para conseguir patrocinio, logró realizar su sueño, convirtiéndose en la primera mexicana y latinoamericana en cruzar el Océano Atlántico a Vela en Solitario. Su travesía duró 41 días, saliendo de Vigo, España y llegando al Parque Nacional Mexicano Xcaret.

Esta travesía estuvo vinculada a una causa social junto con tres fundaciones. por cada 8 millas náuticas navegadas, se donó una casa. Al final del proyecto 644 familias mexicanas obtuvieron un hogar.

Desde su llegada Galia se dedica a dar conferencias motivacionales compartiendo sus logros. Es autora del libro “Navegando un sueño” narrando en él su travesía en solitario.

Su segunda travesía cruza nuevamente el atlántico entregando un nuevo record para su país, México.

Entrevista

Pasaste por la Gimnasia Olímpica, la música y luego el Velerismo en Solitario.  ¿Cómo te das cuenta que este último era tu pasión? y ¿cómo piensas que podemos identificar aquello que nos apasiona?

Lo que realmente me pasó es que no dejaba de pensar en ello. Me encantó la primera vez que hice vela. Siento que en un momento identifiqué que me apasionaba más la vela que la música… estaba en clases de música pensando cuando iba ir a velear.  A los 24 años aprendí un nuevo deporte, que se transformó en mi pasión.  No solamente hacer ejercicio,  sino estar en contacto con la naturaleza, es un reto cada vez que uno sale, nunca es igual una navegación que otra.

Muchas mujeres pueden estar en su trabajo y están pensando en otra cosa, pienso que esa es la forma en que identificas la pasión, en donde la mente, el cuerpo y el corazón están.

 ¿Puedes describirme tus sensaciones al estar rodeada a momentos, de ballenas, tortugas marinas, delfines?, ¿qué es lo sentías y pensabas al estar en contacto con la naturaleza?

Pues es algo indescriptible con palabras, más bien uno entra en un silencio total cuando ve los delfines y estas en contacto con ballenas en plenas travesías, es de las pocas veces en la vida que realmente estoy completamente presente, porque es una energía muy impresionante la que dan estos animales marinos, estar en esa inmensidad y ver que se acercan a uno…  ver amaneceres y atardeceres, te quitan cualquier pensamiento que tengas. Más que pensar en algo es estar completamente en el momento. A mí por más que me pasan cosas lindas y divinas en tierra,  no hay nada más maravilloso que este contacto con la naturaleza en altamar.

¿Cuáles son tus mensajes al mundo detrás estas travesías?

Nada de lo que hay en la mente, que se les dice sueños, es imposible de realizar.

Hay una parte de la realización que tiene que ver con estar completamente enfocados en ello. No hay nada que te pueda detener y lograr lo que finalmente quieres, si trabajas para lograrlo.

Otro de los mensajes, sería nuestra unión con el universo, entender lo poderoso de nuestra unión con la naturaleza. La gente le tiene pavor al mar, yo le tengo pavor a lo humano. creo que hay mucho más peligro en una ciudad, que estar sola en el océano.

La otra parte es trabajar por el prójimo, todos mis proyectos tienen causa social, me parece muy importante que actuemos por los más necesitados, no solo es importante cumplir los sueños, sino que también tener parte para el otro.

 ¿Cuán importante es soñar? ¿Cuáles son los 3 hábitos del carácter para hacer que esos sueños se hagan realidad? 

Creer muchísimo en uno misma, ¡eso es importantísimo!  Te pueden decir muchas cosas como a mí, me han dicho que soy chiquita, que no nací en una familia náutica, me dio muy igual y me embarqué en travesías…   si no tienes gran confianza en ti, no creo que lo puedas lograr.

Otra cosa es ser una persona enfocada, estructurada y muy disciplinada. No habría manera, desde mi punto de vista, que yo lograra lo que logro sin disciplina.

¡Mucha pasión! tienes que ser muy apasionada para que nada te desvíe.

“Aprendí que uno de mis fines aquí (eso lo aprendí al oír mi propio canto) es llegar lo más posible a la conciencia, a ese gran silencio que tanta gente quiere llegar”,  ¿cómo es posible escuchar ‘nuestro propio canto’ en medio de la agitada vida que llevamos las mujeres  de hoy?

Es mucho más fácil en la mitad del atlántico, ¡eso sí! (se ríe)

La verdad es que a mí me cuesta trabajo acá en tierra, hay mucho más contacto con humanos, vendo los proyectos y muchas veces me veo más dispersa.  En el atlántico no oyes nada más que a tu ser, esa parte del silencio lo he logrado en mar, mucho más que cuando estoy en tierra.

Yo creo que lo que más ayuda es poder trabajar en lo que te gusta. Un día me escuché, estudiaba composición musical y me di cuenta que lo quería era velear.

Yo creo que muchas mujeres no se escuchan en ese aspecto, siguen la misma carrera porque ya la comenzaron, pueden haber querido ser cantantes y no lo son porque le dijeron que serían abogados, esa parte si es muy importante, escucharte para saber quién eres y vivir mucho más el silencio dentro de ti.

“He encontrado la admiración personal”  ¿por qué crees que es tan difícil reconocer nuestros éxitos personales? ¿Cómo crees que podemos aprender a hacerlo más frecuentemente y en qué nos beneficia?

Esa frase la dije cuando terminé la primera travesía…

Muchas veces me ha costado reconocerme que crucé el atlántico, que he hecho lo que hice y  en esas ocasiones, me lo recuerdo. Y ¿por qué se hace tan difícil? porque siempre queremos complacer al próximo, a los papás, a los abuelos, etc…   yo creo que sería lo máximo si todos estuviéramos contentos con lo que hacemos y satisfechos.

Cuando estoy en México y pasan ciertas cosas, se me olvida lo grandiosos que hice. Para mí ya lo hice, es mi trabajo, pero fue realmente grande. Cada día al final del día por más que me criticó, llega un momento en que me digo, qué hiciste bien, a quien le ayudaste, con quien consideraste las cosas.

Reconocer nuestros éxitos personales nos beneficia en no esperar en los demás tanto como esperamos. si estas satisfecho contigo y te aplaudes lo que haces, sigues adelante y no estas esperando del prójimo tanto como cuando no te crees lo que eres.

¿Cuál fue el momento más difícil vivido en tus travesías y ¿cómo saliste victoriosa de él? 

Pues en realidad esta última travesía ha sido la más difícil y muy complicada, tuve muchos problemas técnicos del velero, viví un momento en el que no me sentía segura con el velero… ¿cómo lo resolví? decidí no llegar a la meta y darme cuenta que tenía que parar, sí o sí.

En otra época de mi vida, más joven, más terca, a lo mejor no lo habría hecho, por haber dicho que llegaba a Israel, habría llegado a Israel igual y podría ahorita no estar hablando por esa necedad.  Yo creo que una de las cosas que me ayudó fue decir, ‘pues que hasta aquí hay un problema, y hay que solucionarlo.’

Viví muchas tormentas esta vez y al principio me daba mucho miedo… me dije: ‘todas las tormentas han sido igual, aprendí cómo funcionan,  primero lleva mucho viento y gira, y luego mucha lluvia, y luego calma.’  Cuando ya sabes cómo son las cosas, ya sabes cómo tomar acción y así lo vives.

Una de las emociones frecuentes que las mujeres experimentamos frente a desafíos y pruebas, es el miedo.  tú has declarado: “desde la gimnasia olímpica sé que el miedo se transforma en concentración…” ¿cómo logras que el miedo, se transforme en concentración y luego en acción?

Yo creo que tanto la gimnasia como en el velero es un miedo de supervivencia.  En la viga por ejemplo, si te subes con miedo, te caes y te duele, la próxima vez, lo último que quieres es darte un trancazo, entonces en vez de pensar ay qué miedo, que me voy a caer, pues dices: ” yo sé este ejercicio bien y no me caeré.”

en el velero es mucho más de supervivencia, la primera vez que yo vi venir la tormenta, me apaniqué, pero que es lo que te preguntas: “me apanico y que se rompa el mástil o ¿llevo bien el velero?”, eso es tomar acción ante el miedo, entonces se me quito el miedo, agarré el timón, puse las velas adecuadas y cuando ya pasó la tormenta, dije: es que es eso el miedo, un miedo puede volver un fracaso si no hago nada, podemos enfrentar el miedo al tomar acción, sabiendo lo que tienes que hacer.  Y si no, mejor no lo hagas.

¿Cuáles son las tres preguntas que una mujer debería hacerse a sí misma durante su vida?

Pues una, si estás haciendo lo que te gusta o lo estás haciendo para satisfacer a alguien y mucho lo hacemos las mujeres. Somos muy dadivosas.

Otra pregunta es,  ¿qué no he hecho? y que me gustaría haberlo hecho.  en esta pregunta, lo más importante es pensarlo para ti y no para el otro.

¿Cuáles son los sueños pendientes de Galia Moss?

¡Pues hay varios!

Tener una pareja y ser madre.

Yo siempre he querido abrir una escuela de música para niños de la calle. Desde que yo era una niña yo veía niños con necesidades y me impresionaba mucho, nunca entendí porque yo si estaba en una familia acomodada y ellos no. entonces cuando me iba de México a entrenar a países donde no veía pobreza y regresaba a México y si lo veía, era aún más impresionante.  Para mí para mí siempre ha sido muy importante hacer algo por ellos: voy a tomar acción, voy a enseñarles que todo en la vida lo puedes lograr con poquito a poquito y con mucha acción.