George Rosenkranz, La píldora que transformó al mundo

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Judíos destacados en México

Sesenta años después de jugar un papel primordial en el descubrimiento de los anticonceptivos orales, George Rosenkranz, ex- Director de la empresa farmacéutica Syntex Corp., aún evita verse envuelto en las políticas acerca de la anticoncepción. Piensa que es mejor dejar a otros el debate sobre las cuestiones morales acerca del uso de la píldora.

En México, a donde el químico de 95 años llegara en 1945 para iniciar la síntesis de la progesterona en Syntex, hay pocas dudas sobre el lugar que ocupa como científico en la percepción de los líderes del gobierno, funcionarios de salud y académicos. En la década pasada, Rosenkranz recibió tres premios por sus contribuciones a la ciencia y la planeación familiar. Entre ellos está la prestigiada Medalla Eduardo Liceaga –el máximo honor que México confiere en el área de la salud- y premios de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Secretaría de Salud.

El descubrimiento y comercialización de la píldora es probablemente uno de los hechos más importantes en la historia reciente de la farmacéutica. En América Latina, su rápido acogimiento contribuyó significativamente a una baja dramática en el crecimiento demográfico. Solo entre 1961 y 1964, el número de mujeres americanas tomando la píldora se duplicó cada año hasta llegar a 4 millones de usuarias. Hoy, alrededor de 20 millones de mujeres toman la píldora en los Estados Unidos y mas de 300 millones de mujeres en el mundo la han tomado desde su incepción.


El papel de México en este fenómeno global fue el resultado del trabajo conjunto de Rosenkranz y Syntex en la píldora del control de la natalidad. El éxito de la compañía también benefició la economía del país. Gracias a la producción de progesterona, Syntex se convirtió en la quinta compañía en exportaciones, generando divisas multimillonarias para un país, en ese entonces, en vías de desarrollo. “Syntex es un ejemplo de la importancia de la investigación aplicada a la industria”, dice Guillermo Soberón, ex rector de la UNAM y ex Secretario de Salud. “Es algo de lo que aún carecemos en México –oportunidades para impulsar la investigación industrial”.

De igual importancia fueron las inversiones de la compañía en educación. Durante los primeros años de Syntex, cuando todavía ningún mexicano había logrado obtener un postgrado en Química, Rosenkranz utilizó recursos de Syntex para financiar un programa de postgrado en química orgánica en el Instituto de Química de la UNAM. “Syntex fue fundamental en el desarrollo del Instituto de Química”, dice Soberón, “Estos investigadores desarrollaron otra generación de investigadores”.

De Zurich a la Habana

Rosenkranz, científico y hombre de negocios, no resolvió los problemas de la planeación familiar y el crecimiento poblacional. Sin embargo, es indiscutible que sus contribuciones ayudaron a lograr avances en ese sentido, y que el trabajo de toda su vida en la producción de esteroides sintéticos ha ayudado a aliviar el sufrimiento de millones de afectados con artritis, la enfermedad de Addison, bursitis y otras enfermedades.

Rosenkranz 1950, dibuja un diagrama de una molécula esteroidea. (Foto cortesía de George Rosenkranz)

La carrera de Rosenkranz comenzó a tomar forma cuando las nubes oscuras de la Segunda Guerra Mundial comenzaban a juntarse en Europa. El científico nacido en Budapest obtuvo su título de Ingeniero Químico en 1938 y un Doctorado en Ciencias en 1940 en el renombrado Instituto Suizo Federal de Tecnología en Zurich. El instituto, a decir de Rosenkranz, “era uno de esos lugares por los que circulan algunos Premios Nóbel”. La fortuna le favoreció al ser elegido asistente de investigación de uno de ellos, Leopold Ruzicka, un ganador del Nóbel conocido por sus trabajos en química de esteroides. La relación que se desarrolló entre Rosenkranz y Ruzicka fue más allá que la de un estudiante con su profesor; Ruzicka fue un mentor para Rosenkranz, pero también un ángel guardián. “Era un protector de judíos en Zurich”, recuerda Rosenkranz.Pocas personas tienen la oportunidad de impactar en la vida de tantas otras, y muchos que hayan logrado tanto, estarían contentos con lo logrado y se sentarían a dormir en sus laureles. Pero Rosenkranz no es uno de ellos. A lo largo de su vida, Rosenkranz ha sido guiado por la ambición y la curiosidad, pero también por un sentido de misión y servicio. Ha sido un soñador y un pragmático, un protegido de laureados con premios Nóbel y un mentor para sus seguidores. En años recientes ha utilizado su prestigio para abogar por que el gobierno mexicano invierta mas en investigación científica y se ha convertido en un asesor clave para un conjunto de empresas privadas y gubernamentales que aplican la investigación genómica a la medicina

Aun cuando Suiza era un país relativamente seguro en esos años, la presencia de los simpatizantes nazis era una amenaza. Rosenkranz y unos seis de sus colegas judíos no se sentían del todo a gusto en el país; peor aún, entendían que su presencia podría afectar adversamente a Ruzicka. “Había mucha presión sobe de él, así que nos reunimos y decidimos abandonar Suiza para protegerlo”.

La mayoría fueron a los Estados Unidos, pero Rosenkranz aceptó un puesto en Quito, Ecuador, como jefe de un departamento de química orgánica, Tomó un barco primero a La Habana, donde tendría que esperar tres semanas el barco para trasladarse a Ecuador. El vapor nunca llegó y entonces fue que Pearl Harbor se interpuso entre sus planes. Parecía que la guerra estuviese persiguiendo a Rosenkranz. El entonces presidente cubano Fulgencio Batista lanzó un decreto que permitía a los refugiados permanecer en el país y trabajar, así que Rosenkranz no tuvo más remedio que quedarse y aceptó un empleo en la firma farmacéutica mas grande del país, en donde se convirtió en director de investigación.

Durante los siguientes cuatro años, Rosenkranz se mantuvo interesado en desarrollar hormonas esteroideas, que se entendía eran críticas para aquellas funciones fisiológicas clave, como el metabolismo, el crecimiento y la reproducción sexual. Se sabía también que las deficiencias hormonales podrían conducir a un sinnúmero de enfermedades, incluyendo artritis reumatoide, infertilidad y la enfermedad de Addison. Uno de los mayores retos en la investigación de esteroides era, sin embargo, que esas hormonas eran excesivamente caras porque tenían que ser extraídas de glándulas animales. Un gran número de animales tenían que ser sacrificados para obtener solo pequeñas cantidades de la sustancia.

Rosenkranz se encontraba familiarizado con las investigaciones de Russell Marker, un químico temperamental de la Universidad Penn-State, que en 1930 se convenció de que algunas plantas podrían ser una fuente abundante de materia prima fácil de convertir en esteroides. Marker había pasado una década investigando sapogeninas, un grupo de esteroides tóxicos que podían ser obtenidos degradando compuestos de algunas plantas y eran conocidos como saponina. Las sapogeninas tienen una estructura química similar al colesterol, la materia prima inicial para la producción de esteroides en el cuerpo humano. En 1939, Marker logró identificar la estructura molecular exacta de las sapogeninas y visualizó un método para convertir las moléculas sapogeninas en moléculas idénticas a la hormona del embarazo, la progesterona.

Magia con camotes

Un camote no comestible llamado cabeza de negro, que crece de manera silvestre en México probó ser una fuente práctica para una sapogenina llamada diosgenina. En un viaje a México, Marker reunió 10 toneladas de la raíz, suficientes para producir exitosamente cerca de tres kilogramos de progesterona, y entonces comienza a buscar socios para financiar su trabajo. Después de que Parke-Davis lo rechazó, se hizo de un directorio telefónico de Ciudad de México y localizó a los Laboratorios Hormona. La pequeña firma, fundada por dos refugiados europeos, Emeric Somlo y Frederick Lehmann, comprendió el enorme potencial financiero del proceso. En Enero 21 de 1944, incorporaron a Syntex, con la intención de utilizar a Marker para que ayudara a sintetizar progesterona cristalina pura para compañías farmacéuticas. Con un capital inicial de $100,000 dólares, Syntex pudo construir laboratorios adicionales y sintetizar treinta kilogramos de progesterona en los primeros doce meses. Sin embargo, antes de que terminara el año, Marker tuvo un desacuerdo con sus socios, abandonando el cuartel y llevándose consigo componentes clave en el proceso de sintetización.

Rosenkranz con su equipo de Syntex y el camote Cabeza de Negro, que proveyó la materia prima necesaria para la síntesis de la cortisona. (Foto cortesía de George Rosenkranz)

Mientras tanto, Rosenkranz había estado experimentando con algunos camotes cubanos. Aparentemente, las variedades no comestibles eran las que carecían de las sapogeninas tóxicas críticas para una síntesis exitosa, por lo que empezó a experimentar con un tipo de camote cubano llamado zarzaparrilla. Los alcances de las investigaciones de Rosenkranz llegaron a oídos de Somlo y Lehmann por parte de otros asociados al negocio que habían estado viajando a Cuba. Ansiosos de recomenzar su estancado proceso químico, Somlo y Lehmann invitaron a Rosenkranz a la Ciudad de México para una entrevista de trabajo.

El día de la entrevista fue el 6 de Agosto de 1945, el mismo día que el Enola Gay lanzó la primera bomba atómica en Hiroshima. Rosenkranz, como la mayoría de la gente en el Hemisferio Occidental no tenían ni idea de lo que acababa de ocurrir. Era un bello día en Ciudad de México. “Veía el cielo azul, los volcanes y escuchaba música del exterior por la ventana de mi hotel”, recuerda. “Un organillero tocaba en la calle. Era fantástico. Inmediatamente me enamoré de México”.

La entrevista de trabajo no fue exactamente lo que Rosenkranz esperaba. Pronto se hizo evidente que Marker había dejado a sus antiguos socios en un dilema. Ingredientes críticos para la sintetización habían sido escondidos o no identificados y el proceso en sí era un misterio para Somlo y Lehmann. A manera de prueba, los dos asociados dieron a Rosenkranz una bata de laboratorio y le pidieron que realizara el último paso de la sintetización de la progesterona, que era hacer el catalizador isopropilato de aluminio. Rosenkranz había efectuado este procedimiento muchas veces antes; requería simplemente de comenzar una reacción entre aluminio y alcohol isopropilo por medio de la inmersión de hoja de aluminio en mercurio clórico. “Era un pequeño truco que cualquier persona con mi entrenamiento que trabajara en un laboratorio sabría”, dice Rosenkranz. “Necesitas el catalizador para empezar la reacción, y el reactante es necesario para fabricar la progesterona.” Todo salió bien y Somlo y Lehmann se quedaron atónitos. “Pensaban que yo era Houdini,” dice Rosenkranz.

Los propietarios de Syntex apuntan hacia una pila de órdenes de progesterona que no habían podido surtir y le ofrecen un empleo. Aunque la propuesta de Syntex era una propuesta riesgosa, el futuro en Cuba no era tampoco muy brillante que digamos. Rosenkranz se frustraba por la falta de disponibilidad de algunos suministros críticos. “Solo tenía ácido hidroclórico, ácido sulfúrico, benzeno y alcohol”, dice. Sin embargo, tenía que poner de mi parte. Después de considerar su propuesta, que incluía un reparto de las utilidades y opciones en acciones, volteó su pensamiento hacia los beneficios potenciales de la producción masiva de esteroides. Aceptó la oferta. El siguiente paso fue llamar a La Habana y proponerle matrimonio a una chica vienesa, quien continúa siendo su esposa a la fecha. Dos meses después Rosenkranz se encontraba surtiendo órdenes de progesterona. “Decidí que quería hacer de Syntex la Dupont de México”, “Poco sabía lo que me esperaba…”

La carrera hacia los esteroides

Rosenkranz ha usado su prestigio para abogar por una mayor inversión para proyectos de investigación científica de parte del gobierno de México. (Foto cortesía de George Rosenkranz)

La películas ayudaron a iniciar una carrera para sintetizar eficientemente la cortisona, algo que equivalía en el campo de la farmacéutica a la carrera espacial de los 50s. Las revistas seguían de cerca los progresos de las firmas competidoras. Los actores principales eran dos equipos de investigación de la Universidad de Harvard, un equipo de Merck y un grupo de principiantes en Ciudad de México. Desde su llegada a Syntex, Rosenkranz hEl primer paso para lograr sus altas ambiciones en Syntex era descubrir los misterios para fabricar sintéticamente otros esteroides críticos en la prevención de enfermedades. Por cerca de una década, tres equipos de químicos en Suiza, en la Columbia University en New York, y en la Clínica Mayo en Rochester, Minn., habían estado trabajando para aislar hormonas esteroideas encontradas en las glándulas adrenales. El gobierno de los Estados Unidos estaba particularmente interesado en saber más acerca de este tipo de hormonas llamadas corticoides, y en 1940 comenzó a financiar trabajos de investigación cooperativa en este importante campo. En 1946, científicos de Merck & Co. Inc. tuvieron éxito en sintetizar cortisona de fuentes animales a través de un proceso de 36 pasos; demasiado tedioso y costoso para propósitos industriales. La urgencia por encontrar un mejor proceso se elevó cuando un químico de la Clínica Mayo reveló en 1948 que había utilizado exitosamente pequeñas dosis de la cortisona producida por Merck para aliviar a pacientes con artritis aguda. Este médico subrayó los milagrosos beneficios del compuesto, distribuyendo películas de pacientes encamados que habían sido capaces de levantarse y bailar después de un solo día de tratamiento

Había ido formando un equipo de ensueño de jóvenes científicos, prodigios de alrededor del mundo, quienes algún día ganarían reputación internacional por sí mismos. Entre ellos se encontraban Carl Djerassi y Alex Zaffaroni. Después de sintetizar la progesterona, Rosenkranz los había integrado a la síntesis de otros esteroides. En 1946, el equipo de Syntex sintetizó una substancia íntimamente relacionada a la hormona masculina de la testosterona; en 1949 fabricaron las hormonas femeninas estrona y estradiol. Estos descubrimientos fueron una buena práctica en la carrera hacia la cortisona.

Usando diosgenina como material de arranque, los científicos de Syntex trabajaron a toda velocidad para desarrollar los avances. En un punto en 1950-51, el equipo trabajaba dos turnos, siete días a la semana para estar a la altura de la competencia. En un final de fotografía, Syntex ganó la carrera en el verano e 1951 por encima de sus mas prestigiados y mejor financiados competidores americanos, La revista Life resaltó la victoria con el titular: “Cortisona de un Camote Gigante: Científicos de 27 Años en Promedio Encuentran un Gran Proveedor en una Raíz Mexicana”. Harper’s Magazine escribió que la carrera hacia la cortisona “subraya también un punto a menudo ignorado, en la era del dinero grande. Grandes mentes y no grandes presupuestos es lo que conduce a grandes descubrimientos”.

La salida al mercado

El descubrimiento de la cortisona puso a Syntex en el mapa. Upjohn descubre solo uos meses después un nuevo proceso para fabricar un compuesto mas simple y efectivo en un solo paso al que denominaron hidrocortisona. Pero este proceso estaba basado en el uso de toneladas de progesterona, una cantidad que solo podría ser suministrada por Syntex y su proceso patentado. El descubrimiento de Upjohn se tradujo en un ingreso inmediato de $5 millones de dólares en efectivo para Syntex.

Un grupo de dignatarios escucha mientras que Rosenkranz (derecha) esplica un proceso químico en las instalaciones de Syntex en la Ciudad de México en la década de los 50s.(Foto cortesía de George Rosenkranz)

Estos muchos meses de trabajo, prepararon tambien la escena para que el equipo de Rosenkranz descubriera la píldora de control natal. Progesterona, testosterona, estrona, estradiol, y cortisona, eran todos parientes cercanos de un compuesto que estaba próximo a sintetizarse llamado noretindrona. En Octubre de 1951, Luis E. Miramontes, un estudiante bajo la dirección Rosenkranz y compañero de investigación de Carl Djerassi, sintetizó la noretindrona, el ingrediente activo del que surgiría la píldora del control de la natalidad. Syntex patentó la noretindrona en Noviembre de ese año. Tomaría nueve años más de experimentación y pruebas en pacientes para que la FDA diera su aprobación y poder lanzarla al mercado, y no sería en un producto Syntex.

Durante este período, Rosenkranz recuerda, eran la religión y la política en lugar de la ciencia, quienes mas pesaban en las decisiones científicas. “Viaje alrededor de Europa y el mundo ofreciendo la píldora anticonceptiva, pero nadie la quería”, dice. Dado que Syntex no contaba con los recursos para mercadear el producto internacionalmente, ofreció primero ser el proveedor al mayoreo de progesterona para Parke-Davis. Pero en 1956, la decisión de una compañía para incursionar en el mercado de los anticonceptivos significaba arriesgarse a un boicot de toda su línea farmacéutica, por lo que el gigante de la fabricación de medicamentos decidió retirarse del acuerdo.

Mientras tanto, G.D. Searle and Co. siguió adelante con un componente marcadamente similar a la noretindrona, patentando su descubrimiento y lanzándolo al mercado en 1960. Al final, hizo poca diferencia quien haya sido el primero en llegar ahí. Unos años mas tarde, Syntex había capturado la mayoría del mercado, tras conceder licensias para el uso de la noretindrona a Ortho, Eli Lilly, y la una vez interesada Parke-Davis. Syntex también lanzó al mercado su propio anticonceptivo oral.

Pero la píldora no sería ni el primero ni el último de los grandes logros de Rosenkranz en Syntex. Su equipo atrajo el interés de Charles Allen, inversionista de Wall Street, quien junto con su hermano compra en 1956 Syntex Corp., compañía subsidiaria de la mexicana y sus filiales en los Estados Unidos, y la hace pública en 1958, con una autorización de 2 millones de acciones, de las cuales 1.2 millones fueron inmediatamente colocadas. Rosenkranz, quien había sido nombrado Presidente y Director General un año antes se mantuvo en su cargo.

En 1964, Rosenkranz decide mover la compañía a Palo Alto, California para poder estar mas cerca a su mayor mercado. En medio de su expansión a Palo Alto, Syntex experimentó una de las explosiones bursátiles mas grandes de la década. Después de anunciar una reducción de acciones de 3 a 1 en Julio 31 de 1963, las acciones de Syntex se elevaron estrepitosamente. Acciones que se habían vendido por solamente $5.75 dólares a principios de año llegaron a venderse en $227.50 dólares a mediados de Octubre. El 1º. de Noviembre, las acciones de Syntex subieron $21 dólares, siendo este el mayor aumento en un solo día para cualquier símbolo en cualquier mercado cambiario, hasta entonces.

Con la mayoría de los avances en materia de investigación esteroidal detrás de él, Rosenkranz se da cuenta de que para que la compañía siga prosperando, tienen que expandirse a otras áreas. Un equipo de investigadores comenzó explorando posibilidades para un medicamento antiinflamatorio no esteroideo para el tratamiento sistémico de la artritis reumatoide y la osteoartritis. El resultado de esta investigación fue otra bomba, un medicamento llamado Naprosin. En los años siguientes, la FDA autorizó el uso del medicamento para el tratamiento de un amplio rango de enfermedades incluyendo la osteoartritis, bursitis, algunos daños en los tejidos y artritis juvenil. Cinco años mas tarde, se introduce a los Estados Unidos el naproxeno sódico con el nombre de Anaprox. Para 1983, ambos medicamentos eran los dos antiinflamatorios no esteroideos de mayor venta en el mundo. Ambos ayudaron a Syntex a aumentar sus ventas anuales a $1,000 millones de dólares en 1987. Aleve, un analgésico utilizado para la atritis, dolor muscular y dolores menstruales les siguió a continuación unos años mas tarde, complementando la transformación de Syntex en una de las mas grandes y mas completas compañías farmacéuticas en el mundo.

La vida de las corporaciones, sin embargo, no es muy distinta a la vida de las personas; en un momento las cosas cambian. La fortuna de Syntex se revertió dramáticamente en Diciembre de 1993 cuando sus patentes sobre el Naprosin y el Anaprox expiraron. Las ganancias de Syntex declinaban significativamente a medida que versiones mas baratas de los medicamentos inundaban el mercado. Con utilidades en decremento pero con grandes activos e infraestructura de primera, la empresa se convirtió en un fuerte atractivo para ser adquirida por otra compañía.

El fin de una era

En 1994, Syntex Corp. fue adquirida por el gigante farmacéutico Roche Holding Ltd. De Basilea, Suiza. Esta negociación marcó el fin de una era: Rosenkranz aún se refiere a este hecho como “el final no feliz de la película Syntex”. Pero esta película es sin duda una película memorable. En un período relativamente corto, y esto debido mayormente a la gran visión de Rosenkranz, una inversión de $100,000 dólares en una pequeña casa química en Ciudad de México se transformó en el gigante internacional de la farmacéutica. Una compañía valorada en $5,300 millones de dólares.

Rosenkranz desafió exitosamente a los mejores científicos en el desarrollo de la cortisona. Asumió las críticas sociales y religiosas de la anticoncepción con el desarrollo de la píldora, y por lo tanto, inyectando un nuevo sentido de esperanza en iniciativas de planificación familiar desesperadamente necesitadas en el mundo en desarrollo. Ayudó a nutrirse a una generación de líderes en investigación química y negocios en México y en Estados Unidos. No solo cumplió su sueño de crear la Dupont de México, sino que además ayudó a sanar a un incontable número de personas a lo largo de ese camino.

Hoy, en lugar de congratularse con las mieles de los éxitos pasados, Rosenkranz dirige su vista hacia otros retos. Prefiere mantenerse activo ya que eso le ayuda a seguirse sintiendo como de 30.

En verdad, cualquiera que busque la fuente de la eterna juventud debería consultar a Rosenkranz. Algna vez un entusiasta del tenis y del ski, continua levantando pesas y ejercitándose en el gimnasio dos veces por semana. Para mantenerse mentalmente activo, trata a su cerebro como a cualquier otro músculo del cuerpo. “Lo mas importante es el ejercicio mental”, dice. De acuerdo con el New England Journal de Medicina, la presencia de Alzheimer puede retrasarse por 10 años con una actividad mental rígida.”

Entonces, ¿cómo es que Rosenkranz, quien habla seis idiomas ejercita su mente? “aún juego bridge, no tanto como antes, pero mejor que nunca”, dice. Rosenkranz es autor de 14 libros de bridge y ha ganado 12 U.S. National Bridge Championships y unos 100 Campeonatos Nacionales en México, jugando en contra de personalidades como el actor Omar Sharif, quie en alguna ocasión encabezara el equipo egipcio. Ingresó al Salón de la Fama de Bridge en el año 2,000 y recientemente escribió un artículo acerca de como vencer a la edad en la mesa de bridge.

También se mantiene tan cerca como le es posible del rápidamente cambiante mundo científico, pasando una hora diaria en su computadora y leyendo revistas científicas. Su amigo de toda la vida y socio en los negocios Alex Zaffaroni, quien fundó su propia compañía farmacéutica vive en la misma calle en Palo Alto. Zaffaroni continúa lanzando ideas a Rosenkranz, quien juega el papel de “abogado del diablo”, como lo hacía en los días felices de Syntex.

Rosenkranz continuó involucrado en asuntos científicos como miembro del consejo de Digital Gene Technologies Inc., de La Jolla, California, una compañía activa en investigación genómica. Es a través de DGT que Rosenkranz ha ejercitado su interés en lo que hace unos años aseguraba ser el siguiente gran paso en descubrimientos científicos y que hoy es toda una realidad. Para posicionar a México hacia una nueva era, Rosenkranz convenció al gobierno de formar una nueva autoridad dedicada a promover la investigación genómica, a través de la Secretaría de Salud.

También está trabajando haciendo equipo con otro de sus ex-colégas en Syntex en Menlo Park, California en una empresa llamada Pherin Pharmaceuticals. La compañía está experimentando con una serie de compuestos llamados feromonas, las cuales podrían tener un potencial paar el tratamiento de ciertos desórdenes del sistema nervioso central. Con un rasgo de diversion, Rosenkranz denota que él sintetizó el primer compuesto de esta clase 50 años atrás. “Así que, mi vida científica alrededor de los esteroides ha completado su ciclo”, dice.

Todo esto permite a un hombre que ha escrito mas de 150 publicaciones y cuyo nombre se encuentra en 143 patentes mantenerse tan equilibrado, aún en sus 90s. “Tengo una tremenda curiosidad intelectual y estoy interesado en cualquier cosa”, dice. Al preguntársele si ahora podría ser el momento para al fin comenzar a pensar acerca del retiro, responde firmemente, casi definitivamente, “¡Nunca me voy a retirar!”.

El Dr. George Rosenkranz falleció el domingo 23 de junio de 2019 en Estados Unidos.


Gerald S. Cohen es propietario de una firma de consultoría en comunicaciones en Swarthmore, Pa. Escribe frecuentemente sobre temas relacionados con la salud.

1 comentario en «George Rosenkranz, La píldora que transformó al mundo»
  1. Dr. Luis Ernesto Miramontes Cardenas, nacio en Tepic, Nayarit el 16 de Marzo de 1025, fallecio en Ciudad de Mexico el 13 de Septiembre de 2004. Es el inventor de la píldora anticonceptiva.
    La obra científica de Luis Miramontes es muy extensa, abarca numerosas publicaciones escritas y cerca de 40 patentes nacionales e internacionales en diferentes áreas, tales como la química orgánica, la química farmaceútica, la petroquímica y la química de contaminantes atmosféricos. Entre sus múltiples contribuciones a la ciencia mexicana y universal, destaca la síntesis el 15 de octubre de 1951, cuando Miramontes contaba con tan solo 26 años de edad, de la noretisterona, que es el compuesto activo base del primer anticonceptivo oral sintético, mejor conocido como píldora anticonceptiva. Por dicho motivo se le considera su inventor. Luis E. Miramontes recibió la patente del compuesto junto a Carl Djerassi y George Rosenkranz, de la compañía química mexicana Syntex, S.A.

    Es común que la invención de la píldora se le atribuya exclusivamente a Djerassi o a Rosenkranz. Los historiadores, sin embargo, coinciden en que la invención -o primera síntesis- se debe a Miramontes. Por ejemplo, el Premio Nobel Max Perutz [1] afirma que “el 15 de octubre de 1951, el estudiante de química Luis Miramontes, trabajando bajo la dirección de Djerassi y el director del laboratorio Jorge Rosenkranz sintetizaron el compuesto llamado noretisterona”. El mismo Djerassi corrobora esta versión al afirmar que fue, de hecho, Miramontes quien sintetizó el compuesto por primera vez [2]. El artículo científico donde se reporta la síntesis lleva a Miramontes como primer autor. Finalmente, el método de síntesis quedó registrado el 15 de octubre de 1951, en la página 114 del cuaderno personal de notas de laboratorio del propio Miramontes.

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