Como es habitual al aproximarse el verano, hemos recibido la visita de yehudím de otras latitudes. En este caso a Yafa, de la Comunidad Judía de Málaga, que ha venido a conocer Asturias con un grupo de senderismo y a las familias Bar Maimón y Azulay de Buenos Aires, Argentina.
Los cinco disfrutaron visitando nuestra pequeña casa, su mini-museo, nos hablaron de sus respectivas kehilot y atendieron lo que les contamos de nuestra pequeña historia desde el año 1970.
Naturalmente ellos cuentan con comunidades muy grandes, antiguas y bien establecidas, pero no dejaron de asombrarse de nuestra pervivencia en un ambiente tan poco habitual para los judíos, dado que han recorrido el norte de España y no han encontrado sinagogas.
Cada año nos pasa lo mismo: el asombro ante la cercana identificación que sentimos los judíos del mundo, seamos de donde seamos.
La hermandad surge espontáneamente al compartir las ideas, la cercanía que nos da nuestra fuerte identidad. Y no importa si los rituales son idénticos, o, como es habitual, hay pequeños cambios de entonación o diferencias en los nombres habituales de las cosas: al final nos identificamos, nos sentimos cercanos, “en casa” y tan satisfechos de reiterar la comprobación de ello.
Brujím habaím siempre!! En Oviedo tienen otra casa…
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