Apenas arrancaba la FIL 2017, este sábado 25 de Noviembre, e Israel ya empezaba nuevamente a enamorar a los lectores y visitantes de este magno evento. El romance entre esta nación y la perla tapatía se enmielo debido a la poesía en el carisma y voz propia de uno sus mayores exponentes, Ronny Someck.
Cada parte de él, desde su origen, su familia, su fascinación por la seducción y la palabra fueron expuestas por él, acompañándose del apoyo en la traducción y de la emoción literaria de la gran poeta mexicana, Myriam Moscona. Sin duda, el apoyo de Myriam fue de gran ayuda para los presentes debido a que es claro que en una presentación de poesía no basta únicamente con la traducción de textos; sino también con la interpretación de los mismos, y más cuando nos referimos al enlace entre el español y el hebreo.
Ya comenzando la participación de Someck en la presentación de sus poesías, compartió un primer poema, titulado “La venganza de un niño tartamudo”. En este poema enfatizó que la tartamudez se puede apreciar como parte de la memoria, de palabras empaquetadas y almacenadas, mismas que se convierten en juguetes destapados desde el alfabeto. Esta poesía hizo ver que un tartamudo no puede dejarse caer ni menospreciar, que hasta la misma figura de Moisés sirve como ejemplo, ya que aun cuando el tartamudeó pudo llegar hasta el Sinaí.
Los poemas dirigidos a su propia familia fueron leídos también a la audiencia. Estos poemas hicieron conocer la importancia desde el mínimo detalle de cariño familiar en un plato de arroz cocinado por su abuela, el aprecio y la nostalgia que le trae hasta el momento. De igual manera, leyó un poema titulado “Trigo”, dirigido a su esposa y a su hija, en el cual describe que los cabellos de sus personas más queridas son como trigo de donde sale el pan de su vida. Otros sentimientos personales que Ronny Someck pudo compartir a los lectores de la FIL 2017 fueron: la felicidad, el romance, las caricias, el amor apasionado y el deseo.
Desde luego, Someck compartió la importancia del cariño que le tiene a sus orígenes geográficos y a la multiculturalidad de Israel. Hablándonos de su Bagdad, ciudad que lo trajo al mundo y que la compara con una caja negra de memorias, misma que marca sus propios límites y da pasos en falso en una danza sobre una sopa de garbanzos. En otro de sus poemas, el cual se título “El Patriótico”, traslada al lector a la multiculturalidad de las raíces de Israel. Esta característica tan peculiar de Israel se escribe en muchas familias, que para Someck basta con describir la propia para reconocer los pasos que han dado desde las aguas del Tigris y el Éufrates, Marruecos, Rumania y Rusia, y un sinfín de tradiciones culturales y gastronómicas que los han ido acompañando hasta la actualidad. A la vez, reconoce en este último poema el esfuerzo de la construcción social mencionando, lo siguiente: “Todos somos obreros en paro, somos las lanzas afiladas que Don Quijote levanto a los molinos de viento”.
Para Someck, hablar de Di-s y Jerusalén son dos conceptos muy personales y muy distintos en cada persona. Por tanto, cuando Myriam Moscona le cuestionó de ambos conceptos fue muy prudente poniéndonos de ejemplo que cada quien tiene su apreciación de Di-s. Y en cuanto a Jerusalén, mencionó muy bromistamente que no era tan divertida como Guadalajara, por su ausencia de tequila.
Antes de culminar su presentación Someck compartió a Moscona y a la audiencia su aprecio a la buena poesía mencionando uno de sus poemas dedicado a nuestro máximo exponente literario mexicano, titulado “El día que murió Octavio Paz”. También comparó al buen poeta con un buen pianista, expresándolo de la siguiente manera: – Si ambos quieren hacer bien su profesión deben de estar en medio de la calle para saber qué es lo que ocurre en la realidad. Si la gente dibuja grafiti, el poeta también debe de escribir sobre eso. –
Por último, durante la sesión de preguntas que se abrió en el foro, Diario Judío (a través de un servidor) tuvo la oportunidad de preguntarle al poeta lo siguiente:
Pablo Quiroz Zepeda – ¿Es acaso la multiculturalidad e Israel parte de su motivación para escribir sus poesías?
A lo cual, el nos contestó de manera muy amable:
Ronny Someck – Yo escribo por mí mismo, no represento a nadie más y el espíritu de mi mismo se dedica a ser un puente entre Oriente y Occidente, pero de manera personal.
Gracias por su atención y espero su respetuosa opinión en el espacio de Diario Judío o en la cuenta de twitter de un servidor: @PabloQZepeda
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