Soledad. – Puedes tener tu espacio y tener tu privacidad, pero jamás estarás solo.
Olvido. – Desde que ingresas a este recinto, ya eres importante, único y especial… Gracias por ser parte del Eishel!
Aburrimiento. – Entre pláticas, ejercicio, manualidades, cerámica, etc. No tendrás tiempo para el ocio.
Peligro. – Siempre estarás vigilado y atendido, además hay una clínica donde estarás más cuidado y protegido de ser necesario.
Enojo. – Todas las personas que laboran, así como los voluntarios, siempre te darán su mejor sonrisa… ¿Sabes porqué? Porque les encanta verte sonreír a ti también, porque tu alegría es su misión.
Incomodidad. – Tanto las habitaciones como las áreas comunes, sobretodo los jardines, están hechos para llenarte de confort.
Ahora, imagina que sí tiene el Eishel.
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