Lya, fue una poeta, escritora y periodista cultural de excepción, una de esas mujeres habitadas por el encantamiento y la inteligencia, transformadoras constantes de su entorno y su propia vida en arte.
Hija del músico y compositor mexicano, Jacobo Kostakovsky y hermana de la genial pintora Olga Costa.
Además de recuperar su historia familiar y sistematizar los documentos, partituras y obras de su padre, tuvo un programa en Radio Universidad, así como varias columnas de crítica artística y literaria. Sus últimas colaboraciones en el suplemento de La Jornada se llamaban “Cajón de sastre”, aunque ella quería llamarlas “Cajón desastre”, según reveló la escritora Barbara Jacobs en su texto “Ausencia de Lya”, una suerte de adiós a la artista tras su deceso en 1988.
Sorprende la poca información sobre Lya Kostakowsky (1919-1988); por ello, acude al descriptivo texto de Jacobs: “Culta, inteligente, sensible, brillante. Traducía; escribía (…) No sé qué libros importantes tradujo que permitía que firmaran otros; Lya aceptaba quedar detrás de la cortina, oír un aplauso, que le correspondía a ella, dirigido a y asumido por otros”. Lya formó una pareja amorosa y artística memorable con el impar poeta, escritor y crítico de arte Luis Cardoza y Aragón.
“Parecía bailarina del Bolshói. Su porte, su delgadez, su cuello largo; el hecho de alzar siempre la barba, o de recogerse el pelo en un chongo en la nuca. Pero su movimiento obedecía más bien a la música de las ideas (…) No me consta, pero quiero creer que al sentir que moría, Lya se tomó una copa de coñac: lo hacía con tanto mundo…”, finaliza Jacobs.
Sorprende también la dura paradoja de lo ocurrido a la matriarca del clan, Ana Fabricant, esposa de Jacobo y madre de Olga y Lya, pues al parecer sobrevivió a toda la familia y falleció, ya nonagenaria, en el Eishel en Cuernavaca.
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