Queridos amigos:
El lema de Yom HaShoá, el día de recordación de los más de 6.000.000 de hermanos, hombres y mujeres, niños, adultos y ancianos judíos, asesinados en la Shoá, es el enfático“NUNCA MÁS”. Por 70 años, desde el final de la Segunda Guerra Mundial el 7 de Mayo de 1945 con la rendición alemana, hemos repetido ese mensaje de vida ante los más tremendos escenarios – el peor: la amenaza de un segundo Holocausto contra los judíos que vivían en el Estado de Israel en los días previos a la Guerra de los 6 Días, que termina en una victoria arrasadora para Israel[1].
Desde ese 1967, el Estado de Israel y los judíos del mundo hemos pronunciado el “Nunca más” como una manera de recordar el pasado más que de referirnos a un futuro incierto para el pueblo judío tanto en Israel como en la Diáspora. Aunque muchos enemigos de los Hijos de Israel declararon a viva voz su deseo de aniquilación total de los judíos, el peligro real de genocidio contra nuestro pueblo en Israel fue una y otra vez derrotado. Cada vez que la existencia de Israel estaba en peligro, Israel eliminó o neutralizar la concreta amenaza[2]. Yom HaShoá, entonces, se concentró en la irreparable, inconmensurable y brutal pérdida de la gran mayoría de las comunidades judías europeas y de algunas del Norte de África, siendo el foco del dolor más profundo de nuestro milenario pueblo en su tribulada historia de persecuciones, expulsiones y asesinatos masivos.
Pareciera que el mundo no aprendió de sus más repugnantes crímenes. Una nube oscura, tremenda, se cierne sobre el Estado de Israel, amenazado de muerte atómica en incontables ocasiones bajo el imperio de los Ayatolas Islamistas de la República de Terror de Irán.
Irán vive hoy una de sus más profundas crisis demográficas. Con un índice de 1.86 niños por mujer (2013)[3], Irán sufre de un radical envejecimiento que la debilita, y que señala el declive de su civilización de opresión. En su libro “How Civilizations Die (And Why Islam Is Dying Too)” – “Cómo mueren las civilizaciones (y por qué el Islam está también muriendo)”, David Goldman explica el impacto que las fluctuaciones demográficas tienen en el equilibrio estratégico de poder entre estados y civilizaciones.
Según este investigador, Irán está experimentando un declive económico y demográfico, y, con el fin de llevar a cabo las ambiciones expansionistas regionales y mundiales del Régimen de los Ayatolas, necesita de más recursos que podrían ser más fáciles de obtener si poseyera armas nucleares. Goldman compara la situación de Irán a la de la antigua Unión Soviética. Desde la invasión soviética a Afganistán en 1979, la dirección del país comenzó a actuar más agresivamente – quizás porque entendía que era la última oportunidad para lograr poder en medio de una decadencia económica y demográfica. En Irán, la asistencia a las mezquitas es baja, al igual que asistencia a la iglesia está en Inglaterra. “El mejor indicador de la cantidad de niños concebidos en las sociedades industriales es la observancia religiosa”, dice.
Esto explica, en una parte muy substancial, las ambiciones de Irán: para mantener su deseo de transformarse en una potencia hegemónica militar regional, en una era en la que su destino demográfico la condena, Irán necesita imperiosamente de la bomba atómica. Con ella podrá mantener viva su amenaza de terror perpetuado por medio de sus grupos aliados en países como Kenia, Uganda, Etiopía, Yemen, Líbano, Siria, Irak, y su alianza con otras redes terroristas shiítas o pro-shiítas – como el Hamás en Gaza -.
El problema es que el régimen iraní no funciona declarativamente. Su terror es real, concreto, asesino, bestial. Cuando las masas avivadas por los Ayatolas gritan “Muerte a Israel”… realmente lo desean. Cuando en la televisión estatal, días atrás, el General iraní Mohammad Reza Naqdi llama a la destrucción de Israel[4], lo hace desde sus muy concretos planes destructivos, basados en su más profundo deseo de acabar con “la entidad sionista” – y, así generar otro Holocausto, ahora definitivo. Es por ello que, en una era de guerra entre Sunitas y Shiítas, Irán, shiíta, financia al Hamás, sunita, para reconstruir en Gaza su arsenal militar y sus túneles para sembrar de terror y asesinato a nuestro pequeño Estado[5]. Nada más importante que destruir Israel – nada: ni siquiera la histórica confrontación entre los dos grandes grupos islámicos.
Recordamos con mucho pesar las políticas de abandono de la responsabilidad americana del Presidente Jimmy Carter a final de los 70’s, con la consecuente caída justamente de Irán a manos de los Ayatolas. En el presente, y en su intento de dejar “un legado histórico” de paz al mundo, la actual administración americana – con sólo dos años más de gobierno – le da a Irán la posibilidad de transformarse en un poder hegemónico regional, debilitando a la gran mayoría sunita – abrumadoramente mayor que la minoría shiíta -, reforzando el terror de los grupos islamistas de Irán en más de una decena de países, y dejando a Israel expuesto a un ataque atómico concreto, real – en el acuerdo establecido no hay limitaciones al desarrollo del programa balístico iraní, en permanente crecimiento, con misiles que alcanzan los miles de kilómetros -.
Yom HaShoá nos impele a demandar el “Nunca más” a la Humanidad que azotó al pueblo judío hace apenas 70 años y que nos condujo a los campos de la muerte nazis. Es por ello que en este Yom HaShoá debemos, más que nunca, sumarnos a las múltiples campañas que demandan un Irán sin capacidades nucleares – al menos, mientras el reino de la locura extremista, asesina y terrorista de los Ayatollas continúe dominando el país que hace apenas 36 años gozaba de relaciones plenas con el Estado de Israel; el país que fue cuna de una de las grandes civilizaciones antiguas del mundo, y que hoy se ve reducido al terror de Estado, interno y “de exportación”.
Quiera Dios que sepamos recordar a las comunidades judías arrasadas de cuajo bajo la garra de los asesinos, evocando lo extraordinario de sus vidas, de su producción y de su creación.
¡Dios proteja al Estado de Israel!
Que las memorias de los 6.000.000 de asesinados
sean siempre benditas, recordadas,
honradas y perpetuadas por nuestras obras de bien.
¡JAZAK VE’EMATZ!
RABINO CARLOS A. TAPIERO
Vice-Director General & Director de Educación
Unión Mundial Macabi
[1] La Guerra de los 6 Días se inicia el 5 de Junio de 1967, con una victoria que le dio a Israel el control de las Alturas del Golán, todo el Sinaí, Judea y Samaria (también llamado Cisjordania).
[2] Así lo hizo Israel cuando destruyó el reactor nuclear iraquí en 1981 y el reactor nuclear sirio en el 2007.
¡Nunca más!