Mensaje del Día del Holocausto – Depto. de Educación de la Unión Mundial Macabi

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יום השואה והגבורה
Día del Holocausto – Yom HaShoá  
Noah Klinger: del Holocausto al liderazgo nacional

 

Queridos amigos:

La única posibilidad, quizás, de intentar dimensionar algo del tamaño de la tragedia ocurrida durante la Shoá es tomar la historia de una persona que sucumbió en manos de los asesinos, y multiplicarla por millones, seis millones. En el Estado de Israel toda la nación observa el Yom HaShoá vehaG’vurá, el Día de la Shoá y la Valentía, en conmemoración de la Shoá y de los múltiples actos de heroísmo de miles y miles de judíos que resistieron la maquinaria asesina nazi.


De las muchos ejemplos de martirologio y heroísmo que son hoy parte de nuestro patrimonio en el Movimiento Macabeo durante los años oscuros y sin precedentes de la Shoá, este año, durante la conmemoración del Día del Holocausto organizado por la Unión Mundial Macabi, compartiremos la historia personal de Noah Klieger – una travesía de profunda resiliencia y fe en un futuro mejor.

Noah nació en 1925 en Estrasburgo. Su familia se mudó a Bélgica en 1938. Después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando Bélgica cayó bajo la ocupación nazi, Noah, de 13 años, ayudó a fundar una organización clandestina juvenil sionista. Miembros de su grupo transmitieron mensajes entre unidades clandestinas adultas, ayudaron a obtener estampillas de raciones y lograron introducir judíos belgas a Suiza – lograron que 270 judíos se salvaran en ese país neutral. Sin embargo, cuando le llegó el turno a Noah de abandonar Bélgica en 1942, los alemanes lo atraparon en la frontera.

Noah Klieger fue internado por un período de tiempo en el campo de tránsito de Mechelen y en enero de 1944 fue enviado al infierno en la Tierra: el enorme campo de concentración y exterminio, Auschwitz. Allí contrajo neumonía. Cuando parecía que su destino a morir estaba sellado, Noah mostró su fuerza extraordinaria: se dirigió personalmente al médico jefe Mengele, el infamemente famoso médico asesino, y logró convencerlo a él y a los colegas que estaban con Mengele de que todavía podría ser útil. Uno de los médicos acordó enviar a Noah de regreso a su barraca.

Posteriormente Noah fue salvado del exterminio por un golpe de suerte extraordinario: uno de los oficiales de las SS que dirigía el campamento resultó ser un ávido fanático del boxeo y decidió formar un equipo de prisioneros de Auschwitz. A pesar de no tener experiencia previa en boxeo, Noah, de 16 años, se ofreció como voluntario para unirse al equipo. Otros miembros del equipo que sí eran boxeadores en el mundo anterior a la guerra entendieron que se trataba de una estratagema para salvar su vida… y lo ayudaron a permanecer en el equipo, reteniendo en cada pelea sus propios golpes y permitiéndole a Noah que los golpeara. Junto con sus compañeros de equipo, Noah fue alimentado mejor que otros prisioneros y a veces incluso recibió sopa de desecho de los oficiales. También estaban exentos del trabajo en las horas de la tarde para poder entrenar. En todos los demás aspectos, no fueron tratados mejor que otros presos y, a veces, el tratamiento fue incluso más severo, para mostrarles que su condición de atleta no les proporcionaba privilegios. En Auschwitz, Noah comenzó su carrera deportiva… como un medio para salvar su propia vida.

Cuando el Ejército Rojo comenzó a acercarse a Auschwitz en enero de 1945, los prisioneros, incluido Noah, fueron trasladados a pie a Alemania. Después de una larga marcha de la muerte[1] de tres días, los sobrevivientes fueron enviados al campo de concentración de Mittelbau-Dora. Noah también había sobrevivido a esa nueva etapa de la muerte…

Allí logró Noah engañar a los alemanes por segunda vez al hacerse pasar por experto en mecánica de precisión – siendo enviado a la planta subterránea del campo, que producía misiles. El 4 de abril fue enviado nuevamente a pie con el resto de los prisioneros a otro campo de concentración, esta vez Ravensbruck. Esta marcha de la muerte tardó 10 días, pero el 29 de abril Noah y otros prisioneros de Ravensbruck fueron liberados por el Ejército Rojo.

Noah comenzó a construir una nueva vida, después de sobrevivir a la Shoah. Era un hombre positivo, con una verdadera esperanza para un futuro de redención judía nacional. Noah inició entonces su larga carrera como periodista, cubriendo juicios penales nazis en Bélgica, Francia y Alemania. Tuvo mucha más suerte que la mayoría de los sobrevivientes: en Bélgica se reunió con sus padres, quienes también sobrevivieron a Auschwitz…

Cuando Noah se enteró de la Aliyá Bet, una operación de inmigración ilegal que permitió a los judíos europeos llegar a la Palestina del Mandato Británico – y donde se establecería el futuro Estado de Israel –, se sumó a sus organizadores. En 1947 se convirtió en uno de los inmigrantes ilegales a bordo del barco Exodus 1947[2], inicialmente como pasajero y luego como miembro de la tripulación. Poco después de llegar a Palestina, comenzó la Guerra Civil de 1947-48, y se unió a la Haganá[3] como voluntario. En la guerra árabe-israelí de 1948 participó en la Operación Danny[4], luego fue incluido en el escuadrón del “comando francés” y finalmente se convirtió en un soldado de la Brigada Negev y luchó en el Sur. Su sueño ahora era una realidad: era miembro del nuevo Estado de Israel, establecido solo 3 años después de los horrores del Holocausto del que logró sobrevivir…

Después del final de la Guerra de Independencia de Israel, Noah Klieger reanudó su carrera periodística. Se convirtió en corresponsal de L’Équipe en Israel en 1953 y también uno de los fundadores de la primera sección de deportes en un periódico israelí. Desde 1957, fue miembro del personal del diario principal Yedioth Ahronoth, para el cual también escribió una columna personal… ¡hasta los 90 años! En particular, cubrió los juicios de los genocidas Adolf Eichmann e Ivan (John) Demjanjuk en Israel, y frecuentemente publicó artículos sobre los sobrevivientes del Holocausto. Participó varias veces en la Marcha de la Vida, el programa educativo internacional anual dedicado a la historia del Holocausto, compartiendo su propia experiencia de supervivencia con las nuevas generaciones… y hasta con sus nietos, oficiales del ejército de Israel.

Noah fue un líder Macabeo en su expresión más lograda. Tomó una parte importante en el desarrollo del deporte israelí como directivo y líder. De 1951 a 1968 se desempeñó como Presidente del Maccabi Tel-Aviv Basketball Club, y de 1970 a 1998 como Presidente del Maccabi Ramat-Gan Omni-Sport Club. Klieger fue miembro del Ejecutivo de la Unión Mundial Macabi durante 14 años. También fue un elemento importante en el desarrollo del baloncesto europeo, participando en las actividades de FIBA ​​desde 1951. Presidió el consejo de medios de FIBA ​​y la Comisión de Baloncesto de la Asociación Internacional de Deportes Deportivos durante más de 25 años y fue asesor de prensa del Secretario General de FIBA y el Secretario General de FIBA ​​Europa.

***

En esta hora de dolor y de memoria de todo lo inconmensurablemente perdido, quiera Dios que sepamos ser dignos continuadores del mensaje de vida y de acción que los asesinados y los sobrevivientes nos legaron, multiplicando la vida judía por doquier a través de nuestra decidida acción en todas las comunidades judías del mundo y en nuestro magnífico Centro, el Estado de Israel.

Quiera Dios que sepamos recordar a las comunidades judías arrasadas de cuajo bajo la garra de los asesinos, evocando lo extraordinario de sus vidas, de su producción y de su creación.

¡Dios proteja al Estado de Israel!

Que las memorias de los 6.000.000 de asesinados
sean siempre benditas, recordadas,
honradas y perpetuadas por nuestras obras de bien.

¡JAZAK VE’EMATZ!

RABINO CARLOS A. TAPIERO
Vice-Director General & Director de Educación
Unión Mundial Macabi

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