En un gran despliegue escénico que fue el marco perfecto para el desarrollo del bel canto, que cautivó a través de los cantantes participantes, acompañados por la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, la víspera se ofreció la ópera ‘Il Postino’, del compositor Daniel Catán , en el Teatro Juárez.
Ante un lleno total, la puesta en escena refrendó su calidad, tal como sucedió recientemente en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, y tuvo un éxito sin precedente al ser ovacionada al final de su representación.
La ópera de Daniel Catán (1949-2011), que formó parte de las actividades de la 39 edición del Festival Internacional Cervantino, que se realiza del 12 al 30 de octubre, está conformada en tres actos, con libreto en español del propio compositor basado en la novela ‘Ardiente paciencia’, de Antonio Skármeta (1940), y en la película ‘Il Postino’, de Michael Radford (1946).
Para los asistentes fue un deslumbramiento no sólo por el despliegue escénico, rotatorio, sino también por el apoyo de multimedia, que proyectaba imágenes de paisajes y de extractos de películas o documentales, sobre la estancia del poeta chileno Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura, en Italia.
Otro de los aspectos que enriqueció la puesta en escena, estrenada en el Dorothy Chandler Pavilion, en Los Ángeles, California, el 23 de septiembre de 2010, fue el acompañamiento musical, a cargo del Coro y de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Israel Gursky, porque fue el acoplamiento ideal para los actores centrales.
Así, en la interpretación de este trabajo memorable destacaron las voces de Israel Lozano (Mario Ruoppolo), Vicente Ombuena (Pablo Neruda) y Amanda Squitieri (Beatrice Russo).
Lo mismo que de Cristina Gallardo (Matilde Neruda), José Adán Pérez (Giorgio), Grace Echauri (Donna Rosa), Gregorio González (Di Cosimo), Gabriel Lautaro (Padre de Mario) y David Robinson (Cura).
‘Il Postino’ aborda la historia de un humilde cartero que tiene por único cliente al gran poeta chileno Pablo Neruda durante su exilio en una isla lejana.
A medida que se estrecha la relación entre ambos, Neruda le descubre al mensajero el maravilloso mundo de la poesía y, a la vez, los caminos del amor.
De esta manera, el cartero le pide al bardo que le enseñe a utilizar la metáfora en la poesía, principalmente para enamorar a su doncella Beatrice Russo, y casarse con ella. Objetivo que logra y hace una gran fiesta de boda.
Momentos después, Neruda recibe una carta que le dice que puede regresar a su país. Un día, el poeta y su esposa regresan a la isla y se encuentran con Russo y el hijo del cartero, de nombre Pablito, pero ya no a su amigo Mario, quien falleció en una manifestación.
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