Termina un año difícil, con momentos de desesperación, angustia, incertidumbre. Un año que enfrentó a nuestras instituciones educativas con desafíos gigantes.
Un año en que pusimos toda nuestra entrega para contener y abrazar con cariño.
Hemos sembrado esperanza y deseamos cosechar paz.
Paz para Israel y para toda la humanidad. Una paz que encuentre a los secuestrados, a los desplazados y a los soldados retornando a sus hogares, sanos, salvos y seguros.
Continuamos manteniendo firme nuestro sueño milenario: “No levantará espada nación contra nación ni se ejercitarán más para la guerra”.
Seguiremos educando para la paz, para la convivencia armónica, inspirados en nuestras raíces, en nuestras tradiciones, y en los valores de amor y respeto al prójimo.
En la semana del aniversario del 7 de octubre, reiteramos el deseo de reconstrucción y la llegada de la ansiada paz.
¡Shaná tová y Gmar Jatimá tová!
Artículos Relacionados: