La historia de Edith Stein, la primera santa de origen judío del mundo moderno, es el hilo conductor de la novela “Luz entre ceniza”, en la que su autora, Sandra Frid, narra de manera vibrante la dimensión humana de esta mujer fuerte y de singular inteligencia, a la que pocos conocen como Santa Teresa Benedicta de la Cruz.
Stein fue beatificada en Alemania en 1987 y canonizada 11 años después por el propio Juan Pablo II, quien aprovechó el acto para lanzar una plegaria para que “jamás, en lo sucesivo, se repita semejante iniciativa criminal para ningún pueblo ni raza, en ningún rincón de la Tierra”.
Editado por MR, el texto de 274 páginas se adentra en facetas desconocidas de Stein, como filósofa, defensora de los derechos de la mujer, escritora, traductora y conferencista que, según sus biografías, vivió siempre en la eterna búsqueda de la verdad.
La novela histórica escrita por Frid, autora de otros títulos como “Mujer sin nombre”, recrea la historia de esta mujer, que fue discípula y asistente del filósofo Edmund Husserl y cuyo destino la arrastró por caminos imprevisibles que le impidieron escapar al régimen nazi de Adolfo Hitler.
Lo cierto, parece decir la escritora regiomontana, es que fue mucho más que una judía alemana conversa al catolicismo, y más que una monja carmelita asesinada en el campo de concentración de Auschwitz.
La historia recorre desde la adolescencia de la joven Stein y se enfrenta a su primer decepción, cuando el joven que le atrae prefiere a su hermana, hasta su decisión de estudiar Filosofía, su encuentro con Husserl; su invitación a dar clases de latín; su conversión al catolicismo en busca de la verdad, su trabajo como voluntaria en la Cruz Roja y los obstáculos que encontró en Alemania para trabajar.
Su ingreso a la orden Carmelita, las medidas antisemitas que azotaron a su familia y a miles de judíos, hasta su salida del convento Carmelo para ser trasladada junto con su hermana Rosa al campo de concentración de Auschwitz.
La autora advierte que la novela no plasma todo lo que se conoce de Edith Stein, pero está basada en varias biografías y textos que en algunos casos ha modificado.
Según los documentos consultados, expone, las hermanas Stein fueron trasladadas de Westerbork hacia Auschwitz el 7 de agosto de 1942. El tren había hecho una parada en Schiffetstadt. Alemania, donde el jefe de estación dijo haber oído a una mujer que desde el vagón envió saludos al sacerdote Schwind de parte de la hermana Teresa Benedicto.
Al llegar al campo de concentración, 464 presos fueron sometidos a trabajos forzados y 523 sacrificados en la cámara de gas y luego convertidos en cenizas y tirados a una fosa común.
El registro existente de la Cruz Roja de Holanda señala que el 9 de agosto de 1942 falleció en Auschwitz, Polonia, Edith Stein. El 1 de mayo de 1987, Juan Pablo II beatificó a Edith Stein, en Colonia, Alemania, y el 11 de octubre de 1998 él mismo la canonizó en Roma.
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