Saúl Lokier Engelsberg, entrañable escritor, traductor y editor

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Judíos destacados en México

El profesor Saúl Lokier nació en Polonia y llegó a México en el año 1927. Cursó sus estudios de primaria en el Colegio Israelita siendo discípulo del distinguido profesor Meyer Berger, pilar de la institución en esos años.

Sus estudios de secundaria los realizó en la Secundaria 1 y, para cursar el bachillerato, ingresó a la Preparatoria número 1, en San Ildefonso, en ese entonces semillero de la vida estudiantil-intelectual de la capital, siendo alumno distinguido del maestro Antonio Caso. Desde esos años encontró su vocación por la filosofía y la docencia.

Cursó sus estudios universitarios en las facultades de Filosofía y de Derecho en la UNAM. Al obtener dos licenciaturas continuó con su preparación en la ciudad de Nueva York en donde ingresó al Seminario Rabínico.


Gracias a su amplia formación humanística sus intereses partieron de la filosofía a la ciencia así como el pensamiento judío. Sin embargo, el llamado a la enseñanza lo condujo a ejercer el magisterio desde su juventud.

Fue profesor en distintos colegios del sistema educativo judío de la Ciudad de México así como en el Seminario Israelita para Maestros del cual fue director.

Colaboró con la Academia de la Lengua Hebrea con sede en Israel.

Fue ensayista en diversas publicaciones periódicas y cofundador de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México, sobre la cual el Lic. Mario Moya Palencia, Secretario de Gobernación en los años 1970 expresó “Este tipo de asociaciones culturales, educativas y periodísticas, enriquecen a nuestro país”.

También fue secretario ejecutivo del Comité Central Israelita de México.

Fue escritor y editor de diversas publicaciones como:

Fuentes y perfiles de la cultura israelí, editada en 1953.

Traductor y editor del Diccionario Shilo hebreo-español cuyos autores fueron Tzvi y Rose Scharfstein publicado en 1957.

Traductor y editor del Pentateuco –Ley de Moisés- del hebreo al castellano, obra por la cual en 1969 recibió el reconocimiento por parte de la Sociedad Bíblica de México.

Fue editor del libro de Ira T. Learnes, Mexican Jewry in the land of the Aztecs publicado B. Costa-Amic en 1973.

Políglota, hablaba 8 idiomas incluyendo el esperanto, mantuvo correspondencia sobre filosofía judía con el mayor científico del siglo XX, Albert Einstein.

El Profesor Lokier falleció en 1984 después de una fructífera labor y dejando un legado intelectual a los cientos de alumnos que tuvieron el privilegio de tenerlo como maestro.

Preocupada por la formación humanística y reflexiva de sus alumnos, así como de los lectores que se interesen por la obra, la facultad de Arquitectura la Universidad Autónoma de Nuevo León ha publicado el libro que hoy presentamos

Mi primera interrogante al recibir la invitación de la Mtra. Linda Lokier de Galpern para presentar este texto fue ¿por qué la Facultad de Arquitectura de la UANL tuvo el interés por publica un libro cuyo contenido está, aparentemente, dirigido exclusivamente a lectores judíos o a estudiosos de la filosofía?

Al empezar a revisarlo me percaté que lo 51 ensayos, entre artículos y conferencias del autor que forman esta antología, tienen una dimensiónn más amplia, pues las reflexiones del hombre sabio que fue el Profesor Lokier abarcan preocupaciones del hombre contemporáneo: la ética, los valores, la vida en familia, el compromiso social, es decir, no sólo abordan temas ligados con el judaísmo, sino plantean la cuestión que debería ser el planteamiento central de cada individuo: asumir su responsabilidad por un comportamiento ético a lo largo de su vida.

A través de cada texto, se revela la amplísima gama de intereses que tuvo el autor a lo largo de su vida, tanto como humanista y filósofo, y como educador y periodista comprometido con su formación y con su vocación, pero también con el entorno que le rodeaba, puesto que sus reflexiones trascienden el medio judío para insertarse en la esfera de lo universal.

El título del libro, Ideas de nuestro tiempo, anticipa las diversas problemáticas que desmenuza y analiza de manera profunda.

Clasificando los textos por su temática éstos pueden ordenarse en ocho categorías, si bien algunos de ellos abordan cuestiones que se yuxtaponen si pretendiéramos establecer una taxonomía rigurosa.

Ético- Filosóficos.

  • ¿Al justo le va mal y al malvado bien?
  • Los ojos del alma.
  • Principios de la ética judía
  • El otoño de la vida.
  • El libre albedrío desde un punto de vista religioso.
  • La felicidad.
  • Judaísmo dogmático o judaísmo normativo.
  • Pensamientos de Peisaj
  • El proceso Eichman
  • ¿Somos los judíos el pueblo del libro?.

Historia judía.

  • Rabí Yohanán ben Zacai
  • Hilel
  • Moisés.
  • Rabi Israel Baal Shem Tov.
  • Corrientes ideológicas conflictivas en el judaismo.
  • Continuidad judía.

Sociológicos.

  • La supervivencia del judaismo.
  • La problemática en el mundo judío.
  • Los errores del marxismo.
  • La desintegración familiar.
  • Causas de la delincuencia juvenil.
  • La amistad.

Antropológicos

  • El shofar.
  • Longevidad.
  • Qué es judaismo?
  • ¿Qué es cultura?
  • En cuanto a nosotros los judíos.
  • Educación judía en la Diáspora.

Lingüísticos-literarios-filológicos

  • Grandes maestros del judaísmo. Seis que cambiaron al mundo.
  • Yidish
  • Proverbios hebreos
  • Características del idioma hebreo.
  • El motivo de la justicia en la literatura hebrea.

Psicológicos

  • Algunos perfiles psicológicos en la Torá.
  • Sensibilidad judía.
  • Música.
  • El máximo fracaso del hombre.

Cultura judía

  • Intercambio académico México-Israel
  • Albert Einstein, filósofo de la naturaleza.

Artísticos-estéticos

  • El artista y sus admiradores.

El Profesor Lokier tuvo una metodología que le permitió una indagación profunda y una reflexión ordenada sobre cada uno de los temas que le interesaron. Partió de preguntas iniciales -podríamos decir que retomó a Sócrates y su método mayéutico- seguido de definiciones operativas que le permitieron desglosar la problemática. Incluyó marcos históricos y reflexiones filosóficas para la construcción de sus argumentos, utilizando referencias bibliográficas, ejemplos y aforismos. Contraargumentó postulados y utilizó relatos para sustentar sus conclusiones.

A través de los escritos derivados de este sistema analítico, el autor demuestra su vocación docente pues permite aprender una metodología útil a cualquiera que quiera escribir un ensayo, ya sea escolar, académico o dirigido a un público general. Para mí, que he sido maestra, la ejemplificación de esta metodología es, además de los argumentos que contienen los textos, una gran contribución para el ámbito educativo.

De los 51 textos el intitulado “La Biblia y la exégesis filosófica hebre”a es el que me pareció más ilustrativo de las reflexiones del autor y me permito hacer un breve comentario sobre las ideas fundamentales que presenta al lector, mismas que se plantean también en varios más de los textos. Éste uno de los artículos más extensos del libro.

El Prof. Lokier partió primero del análisis los diversos métodos de exégesis bíblica utilizados por los judíos para abordar la Biblia, estableciendo que el texto sagrado ha sido interpretado de manera literal como simbólica, explicativa e inclusive mística a lo largo del tiempo.

Tras establecer estas definiciones, pasa a explicar qué es la exégesis filosófica, es decir, a la filosofía de la religión, estableciendo tanto las fuentes bíblicas de la reflexión judía como los distintos pensadores que se han abocado a la reflexión de esta índole a lo largo de los siglos.

Explica que los filósofos judíos se ocupan más de la introspección y conocer al hombre para poder entenderlo que de mirar hacia el exterior, a diferencia de varias escuelas filosóficas cuya reflexión se centró en la naturaleza. Afirmó “Si los hombres de ciencia hubiesen alcanzado una comprensión clara, objetiva y perfecta del hombre, nos las habrían hecho comprender a los demás, mediante sus obras, y entonces todos sus Discípulos, pretéritos y presentes, tendrían un control mayor de sí mismos, de sus prójimos de su vida y de su felicidad”.

En este texto el autor se pregunta sobre qué es la verdad, a la que considera como una de las virtudes cardinales de la ética judía, criticando los riesgos de escuchar la palabra mentirosa, pues “El hombre debe amar la verdad y repudiar la mentira”.

Teniendo como punto de partida la verdad, llega a la reflexión sobre la justicia, a la que considera virtud enaltecida en cualquier sistema de conducta ética y retoma a Aristóteles quien definió a la justicia como la moral en sí misma.

Rebate los planteamientos de Platón y Nietzsche que afirmaron que la justicia es relativa, argumentando que para el judaísmo la justicia, en especial la divina, es la base del orden del mundo, identificándola con la verdad, de donde se deriva que el hombre debe procurar ser justo, puesto que la justicia tiende a la conservación de todos los hombres y propugna por la protección del débil. Únicamente la justicia permite la óptima convivencia social y, en última instancia, la paz.

El Prof. Lokier, en este texto, enfatiza el valor de construir condenando la destrucción, estableciendo el principio de constructividad según el cual se “debe enseñar a toda persona desde su tierna infancia, a construir y a no destruir… desde las cosas más mínimas o insignificantes hasta las más importantes como la paz conyugal, el humor del vecino y el valor más preciado que es la vida humana”. Construir implica enderezar y quien construye es bueno, digno, y bien nacido.

Retoma el precepto del amor al prójimo que es el sustento ético de las grandes religiones monoteístas. La máxima Amarás a tu prójimo como a ti mismo debe concebirse como encontrar en nuestros semejantes el lado bueno, destacando sus virtudes y no sus faltas, juzgándolo con la misma benignidad con que nos juzgamos a nosotros mismos.

También ensalza el valor de la vida y puesto que Dios le dio al hombre el libre albedrío, infiere una concepción optimista de la vida que no tuvo paralelo en las culturas de otros pueblos de la Antigüedad. Compara la cultura judía y su amor a la vida con la griega en la que se manifiesta el miedo a la vida y el deseo de escapar a sus tribulaciones. Ejemplifica a través de argumentos utilizados por Sófocles quien declaró “el no nacido es superior a todos los premios, pero cuando un hombre ha visto la luz, lo mejor le sigue es que con toda rapidez se regrese allí de donde ha venido… No debemos llamar a ningún mortal feliz hasta que haya cruzado la frontera de la vida para librarse del dolor”.

A diferencia del dramaturgo, la Biblia considera a la vida como un don de D’s y todos los textos sagrados la glorifican. Se describe al Creador como D’s viviente. La despedida de Moisés antes de su muerte enfatiza “escoge pues a vida, para que vivas tú y tu simiente”. De lo que deriva que el hombre debe vivir su vida con alegría.

Por ello, el valor máximo para la filosofía del pueblo judío es la vida misma porque es la suma de todos los valores humanos: honor, gloria, poder, riqueza, arte, ciencia, libertad, heroísmo, bravura, decoro, amor, que cada uno por sí es solamente un detalle de esa suma. Por ello el judíismo se opone al suicidio.

Enfatiza en que la interpretación filosófica de la Biblia es en esta época más importante que nunca, pues enseña e inculca los principios de rectitud, de respeto a los mayores, de gratitud y obediencia a los padres, de caridad, bondad y fidelidad. Y puesto que la Biblia trata también de enormes pecados y grandes hechos heroicos, de maldad y santidad, de premio y castigo es el más importante tratado de ética al alcance de cualquiera. Recalca que la Biblia contiene textos que orientan, edifican y ensalzan la centralidad del humanismo. “Si los hombres la estudiaran y vivieran conforme sus postulados, otra hubiera sido su historia y otra su situación actual”.

Con respecto a la ciencia, el Profesor Lokier no encontró que ésta antagonizara con la Biblia. La ciencia permite que el hombre tenga una visión más amplia con lo que desarrolla su intelecto y su comprensión. Y al percatarse el hombre de cuánto ignora y cuántos enigmas le son incomprensibles, más motivos tiene para admirar a Quién las hizo con tal precisión. Para él, mucha ciencia acerca al hombre a la Biblia.

El autor critica a la sociedad que ha sustituido la enseñanza de la ética con recreación y evasión, considerando que la enseñanza de la moral en el secular siglo XX se convirtió en una materia muy difícil de impartir, más aún que las materias consideradas difíciles en cualquier curriculum, pues, a diferencia de contenidos semánticos, hay que enseñarla través de un enfoque humanista de manera continua, con tesón y con persistencia.

En este texto medular, se preguntó porqué en la práctica ni los judíos ni los cristianos viven de acuerdo a los principios de su religión. Dice “unos y otros se han alejado de los postulados bíblicos, unos y otros han dejado de inspirarse en las fuentes prístinas de su glorioso pasado cultural, esclavos de los instintos, de impulsos y pasiones, corriendo desaforadamente tras los bienes materiales en vez de seguir los dictados de la razón y abandonando casi por completo las cosas del espíritu. Tienen velocidades pero no frenos. Aún los que estudian, no estudian para saber, sino para ganar”.

Criticó la superficialidad de los objetivos de vida contemporáneos, diversiones artificiales que conducen al hastío y al aburrimiento y que no llevan a la felicidad.

Para él las enseñanzas morales contenidas en la Biblia son universales y deberían acercar entre sí a los hijos de la familia humana, en lugar de distanciarse por cuestiones religiosas, lingüísticas, o de origen provocando guerras y aniquilamientos por miles de años. La religión, que debería ser una bendición, ha sido la maldición que separa y confronta a los hombres.

El Profesor Lokier falleció hace 25 años, cuando esperaba, tras la Segunda Guerra Mundial y todavía en el entorno de Guerra Fría, que pueblos y naciones se acercaran para conocerse y tolerarse y alcanzar una coexistencia pacífica. En los años 1990 hubo un pequeño atisbo de que podría ser posible que las religiones monoteístas de Occidente alcanzarían una mutua comprensión y convivencia a través de su origen como descendientes de Abraham y con textos sagrados nutridos en una misma tradición, puesto que los ideales de igualdad, fraternidad entre los pueblos y las naciones es, a fin de cuentas, el propósito del mensaje de las Escrituras.

Para nuestra generación, sin embargo, ese ideal casi al alcance de nuestras manos hace menos de veinte años nuevamente se alejó desde 2001.

La enseñanza que nos deja este breve texto es, a pesar del entorno en que vivimos, útil y pertinente. Una existencia imbuida con valores universales, la conciencia ética individual y un compromiso moral de la colectividad harían de este mundo un espacio más fructífero y esperanzador para vivir.

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2 comentarios en «Saúl Lokier Engelsberg, entrañable escritor, traductor y editor»
  1. Extraordinaria compilacion de temas y conocimientos dignos de leerse si no paraotra cosa para enriquecer nuestro conocimiento del Judaismo sobre todo actualmente cuando la mayor parte de las resenas y comentarios brillan por su poca profundidad. Yo creo que este libro puede ser una buena herramienta para quienes quieren profundizar en sus conocimientos.

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  2. Ha sido un privilegio encontrar este site. Descubrir personas tan valiosas para México y para el mundo como el Dr Saul Lokier. Aprovecho para solicitar su guía… particularmente estoy interesada en saber los nombres de las editoriales que publicaron los libros del Dr Lokier Engelsberg, o bien si por medio de este site tener acceso a los mismos. Mi cariño y respeto por el pueblo de Israel, al cual amo desde pequeña por enseñanza de mis padres.D–s les bendiga! Shalom

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