El nombre de Keber era pronunciado con respeto en la prisión de Maribor. Ladrones, falsarios, estafadores, delincuentes comunes y grandes criminales se inclinaban ante él y contaban sus aventuras con admiración y con miedo: Keber había dormido en Vietnam entre cientos de cadáveres, decían algunas personas.
Otros aseguraban que había atravesado todos los océanos en barco; en la isla de Santo Domingo los generales temblaban ante su presencia; en Rusia, las mujeres trataban de quitarse la vida por él, y no nunca faltó quien asegurara que para arrestarlo, movilizaron todo un batallón, sitiaron un barrio y cerraron todas las salidas de la ciudad de Ljubljana.
Pero todas esas acciones no son nada frente a la gesta que lo hizo célebre: la gran revuelta de la prisión de Livada, comparable en heroísmo y osadía a la revuelta de los judíos de Massada, en el siglo 1, contra el Imperio Romano. Lo anterior es parte de Zumbidos en la cabeza, libro del esloveno Drago Jancar, llevado al español por Simona Skrabec.
Este libro no sólo es la crónica paralela de ambas revueltas. Zumbidos en la cabeza es una novela sobre la emancipación, sobre la dignidad, sobre la libertad y, ante todo, sobre la capacidad de la imaginación para derribar todo muro, toda prisión mental y física, toda esclavitud y todo servilismo. Está en México, en una cuidada edición de Sexto Piso.
Es una novela contra el poder, una novela que recuerda que sólo a través de la rebeldía el hombre alcanza su verdadero lugar en el mundo. Drago Jancar, sin duda uno de los mayores novelistas europeos de esta época, firma aquí uno de sus libros más actuales, más feroces y más valientes, en el que se advierte su pluma hábil y siempre convincente.
El autor, nacido en Maribor, Eslovenia, en 1948, es un escritor conocido también en su país por sus comentarios políticos y su compromiso cívico. Uno de los temas de sus novelas es el conflicto entre los individuos y las instituciones represivas como prisiones, manicomios y cuarteles militares. Sus juicios y críticas no siempre son bienvenidas.
Con un estilo lacónico e irónico, con giros tragicómicos, la mayoría de sus novelas exploran acontecimientos concretos de la historia de Europa Central y sus circunstancias, situándolos como paradigma de la condición humana. Zumbidos en la cabeza recibió en 1999 el Premio Kresnik a la mejor novela del año.
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