Cuando nuestros amigos Mery y Moy nos platicaron sobre la organización Shalva, que ayuda a niños con deficiencias mentales y físicas en Israel, nos entusiasmamos mucho, pues vimos la gran oportunidad de poder ayudar. Mi nombre es Mariana Monzón y mi hermana es Andrea Monzón. Somos Cristianas y fue un gran honor el haber participado en este evento tan importante para la comunidad judía. Somos las “Shalva Sisters” nacimos en México y vivimos en Canadá. Al empezar el reto, decidimos como equipo crear nuestro nombre y logotipo, y así entusiasmar más a la gente para poder juntar el dinero requerido. Creamos vídeos informativos y divertidos para mostrarle a la gente lo fácil que es donar y ser parte de nuestro equipo ayudando así a Shalva. Usando herramientas digitales como, e-mail, Facebook y Twitter pudimos llegar a nuestro gol de $6,000 en tan solo un mes, haciendo esto posible nuestro inolvidable viaje a Israel.
Hace un año difícilmente podría haber pensado que estaría corriendo un maratón y menos en Israel. Corriendo por las calles históricas de Jerusalém fue una experiencia inolvidable, como un sueño e ir al lado de mi hermana y compartir con ella está experiencia que nunca antes habíamos vivido. Pensamos que no íbamos a poder correr los 10 km, pero con el excitante ambiente de los 23,000 corredores alrededor de nosotras, la motivación y el entusiasmo nos hizo seguir corriendo y llegar a la meta. Al comienzo del maratón, los primeros 800 metros, estuvimos acompañados por los niños de Shalva y Yossi, la persona que inspiró esta magnífica organización. Fue un honor poder correr al lado de extraordinarias personas como ellos.
Soy una sobreviviente de cáncer, por los últimos cuatro años mi vida a estado llena de oportunidades sin fin, que han cambiado mi vida de una manera impresionante. Cada aventura en la que he participado, me ha dado un gran entendimiento de lo que es la vida y de lo que soy capaz de hacer. Eventos como el Maratón de Shalva cambian nuestra percepción de la vida y nos abren los ojos, enseñándonos hasta donde podemos llegar, si ponemos nuestra mente y alma en ello. Yo quisiera dedicar mi vida a ayudar a niños que entienden lo que es el verdadero significado de la vida.
Artículos Relacionados: