Una canción para recordar
Una canción. Una pegajosa melodía “Mamita” rememora el idealismo y la entrega, evoca la muerte y el sacrificio. Es canto que enmarca y une para honrar a los caídos, para conmemorar en México Yom Hazikarón.
La última carta que escribió el mexicano Isaac Dabbah a su madre, antes de morir a los 24 años en 1967 en el Canal de Suez, fue musicalizada a fin de dar nombre y apellido a uno de los héroes, uno más de muchos que han entregado su vida para la defensa del Estado de Israel.
Acerca de Isaac (Zacky) Dabaj Z”L
Zacky, como le decían amigos y familiares, nació en 1943 cuando Hitler aún soñaba con conquistar el mundo para los arios, cinco años antes de la creación del Estado de Israel. Zacky se nutrió de idealismo, soñaba con ser héroe y lo fue. Quienes lo recuerdan cuentan que era responsable y trabajador, carismático y decidido.
A los diez años era pionero del Ijud Habonim, un javer entregado, un digno representante del sionismo socialista jalutziano que promovía entre los jóvenes mexicanos la aliá como acto de congruencia para afianzar el Estado Judío. Su intención era cristalizar sus convicciones. Su sueño, una patria judía socialista para los judíos del mundo. Partió a Israel de Hajshará en 1961 por un año, regresó a México para contagiar a los janijim del Ijud de sus vivencias, y finalmente, en 1965, a los 22 años, se decidió a ser hombre de acción. Hizo aliá.
La carrera armamentista estaba entonces en su apogeo. El Medio Oriente era inestable, resultaba un continuo polvorín de odios y ataques contra Israel. En 1967, Egipto expulsó a las fuerzas de la ONU en el Sinaí, bloqueó el Estrecho de Tirán, desplegó sus fuerzas y la guerra con Egipto, Siria, Jordania e Irak resultó inminente.
Zacky, incapaz de ser espectador pasivo, se incorporó al Najal, la Juventud Pionera Combatiente, y participó activamente en el frente sirio en la Guerra de los Seis Días. Ese frente fue sangriento y difícil, se libró la guerra cuerpo a cuerpo, pero él logró regresar con vida al Kibutz Or- Haner, donde vivía. La paradoja fue que meses después, pasada la guerra, aparentemente en una acción menor, cayó en la margen oriental del Canal de Suez.
Estaba en la plenitud de su vida, cuando sus días prometían un futuro luminoso. Días antes de morir, le escribió una carta a su madre. “Mamita —le decía—, estoy pleno de alegría porque hoy recibí tu linda cartita”. Contó que le permitieron salir de la base por una noche, y al llegar al kibutz se encontró la misiva en la que su madre le decía que la familia viajaría a Israel a visitarlo. “Mamita: No encuentro palabras para expresar mi enorme alegría. Ya leí tres veces tu carta para convencerme que será realidad mi más caro anhelo, verte a mi lado. Estrecharte y besarte sin fin. Lo único que me duele es que será por corto tiempo.
Trataré de que cada instante con ustedes se convierta en un siglo… Trataré, a costa de todo, de conseguir el permiso para estar con ustedes, para que puedan contar conmigo desde que pisen nuestra Patria”. Deseaba que el tiempo volara para poder estar con su madre y hermanos, anhelaba también que su tiempo de servicio pasara pronto, “como ráfaga”, porque, dijo, la vida de un soldado es difícil. Y así fue: su tiempo fue muy corto, demasiado corto. Su familia sí llegó a Israel, pero ya no lo encontró con vida.
Había muerto. La vida juntos, como una premonición, “se convirtió en siglos”, siglos de dolor y ausencias. Casi medio siglo después, Raquel Venguer —morá del Colegio Israelita de México – ORT y sobrina de Zacky— le contó a Ronen Cohen, sheliaj de dicha institución, la historia del tío héroe. A Cohen le emocionó la última carta y le solicitó a Danny Capuano que la musicalizara para convertir la memoria en canción.
Las voces de éstos dos últimos se sumaron a las de Karen Greenspun y Debbie Levin en la grabación. Haagudá Lemaan Hajayal se honra en dar a conocer esta historia de ideales y heroísmo. Historia vital. Historia que brinda identidad.
“Mamita” honra a Isaac Dabbah, da voz al pueblo judío y, sobre todo, dignifica a la comunidad judía mexicana.
Su trabajo es velar por la seguridad de Israel, el nuestro es cuidar de ellos…
Recuerdo siempre a Zacky aun de nuestros tiempos conjuntos en el Ijud Habonim. Recuerdo su constante sonrisa y buen humor, su optimismo y su seriedad, su sinceridad y amistad. Gran perdida para su familia y muchos amigos, para Mexico e Israel. Siempre caen los mejores…. descanse en paz
David Livne (Lazdeiski)
Rehovot, Israel