Sucedió un 19 de abril de 1943. Un grupo de la resistencia judía tuvo al ejército alemán en jaque durante casi un mes, a pesar de toda su moderna tecnología de guerra, demorando el “proceso”. Viviendo en refugios subterráneos, el más famoso en la calle “Mila 18”, navegando por la red cloacal de Varsovia, para sustentar alimento para los suyos y burlando la vigilancia nazi, nada tenían para perder: se organizaron, y fueron juntando a lo largo de los años un arsenal casero.
Con esas armas, enfrentaron al poderoso ejército alemán y resistieron.
“Nunca digas que esta senda es la final,
Acero y plomo cubre un cielo celestial
nuestra hora tan soñada llegará
Redoblará nuestro cantar, ¡henos acá!”
Fragmento del “Himno de los Partisanos del Gueto” de Hirsch Glik.
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