La misión humanitaria a Juchitán, Oaxaca, fue un deber que como seres humanos tenemos y que WIZO México logró realizar. Fue una misión con una historia detrás de ver, sentir y actuar. Una misión donde se logró impacto en el tiempo y en el espacio; en el espacio porque se dejó evidencia física que provee el impacto en el tiempo, la educación. Amueblar una escuela, proporcionar útiles, recursos tecnológicos y de conocimiento, es lo que crea una línea de impacto infinito. Un impacto ya que un solo cuaderno permite cambiar la vida de una persona.
Tener aulas para poder estudiar y regresar a clases después de un sismo es un cambio infinito en el tiempo, pero ¿porqué?
La forma determina la función, si tenemos un obstáculo se rodea para seguir en el camino, o al revés. Tener dónde aprender es crear la opción de que esa persona siga con sus estudios, aprenda, se desarrolle y evite caer en el ciclo de violencia por necesidad económica. Y mayor aún, evitar el ciclo de la pobreza. Es por ello, que es un impacto infinito en el tiempo, porque se revierten las circunstancias que cambian el comportamiento de una persona y por tanto de la sociedad.
La experiencia en Juchitán fue ver impactos en todos los sentidos. En edificios colapsados, en personas que perdieron algún familiar, en la unión y el apoyo, en la capacidad que tenemos como seres humanos de ver, sentir y actuar.
Taly Shaouly
Servicio Social de universitarios WIZO
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