Zeji Ozeri, La voz latina de la comunidad en la frontera San Diego-Tijuana

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Judíos destacados en México

Zeji Ozeri es un hombre de tres culturas, -mexicana, israeli y ahora americana- y como cantante, comediante, documentalista y presentador del canal televisivo de Telemundo en San Diego, ha desarrollado fuertes vínculos con las comunidades judía e hispana de esta ciudad.

“Lo que tenemos que entender acerca de Zeji es que hay probablemente mas de mil niños judíos en San Diego que se han enamorado de canciones judías gracias a él”, dice Todd Salovey, director del Lipinsky Family Jewish Arts Festival en el teatro San Diego Rep.

“A mis hijos los ha enseñado Zeji, y siempre que Zeji viene a mi sinagoga (Adat Yeshurun) a orar, siento como si viniera una celebridad. Este es el efecto que causa en la mayoría de la gente.”


El rabino Simcha Weiser de la Soille San Diego Hebrew Day School, tiene una opinión similar: “Se comunica de maravilla con los niños. Los inspira a cantar, y ésto no es algo tan simple como suena. Pone mucho corazón, sentimiento y emoción al hacerlo”.

Aunque Ozeri aprendió sus rezos en la escuela Yavne de la Ciudad de México, a donde asistió desde kindergarten hasta su graduación de secundaria, el no aprendió realmente sobre litúrgia judía hasta que vino a San Diego. Su primer trabajo en esta ciudad fue como cantante y mas tarde como un shaliach en el Ken Jewish Community, en donde no de manera permanente. Sin embargo, mientras estaba en proceso de convertirse en residente legal con una “green card”, otras organizaciones –aunque admiraban su trabajo – se negaban a contratarlo para no contravenir a las leyes migratorias.

El rabino Arnold Kopikis, quien era el líder espiritual de la Congregación Adat Ami, la antecesora de la Sinagoga Ohr Shalom le dijo a Zeji que quería que le ayudara con los cantos y con los servicios en Adat Ami, donde un amplio porcentaje de su membresía eran de habla hispana. Kopikis, nacido en Argentina, había servido anteriormente en la Ciudad de México, en donde había conocido a Zeji en su juventud.

Aunque Ozeri tenía amigos que le permitían quedarse en sus casas durante este período de su vida en los 90s, no le gustaba permanecer con ninguno de ellos por largo tiempo. Le avergonzaba su situación financiera. En ocasiones el dinero era tan escaso que tenía que dormir en su auto. Al recordar como Kopikis había llegado a su vida en esa época de necesidad, la voz de Zeji comienza a quebrarse y tiene que detenerse un momento para recobrar compostura. El rabino Kopikis, ahora a la cabeza del San Diego Center for Jewish Culture and Creativity, es ese hombre al que Zeji dice que le vivirá eternamente agradecido.

Además de como cantante, Zeji Ozeri comenzó a darse a conocer también como actor, apareciendo en el Lipinsky Family Jewish Arts Festival como miembro del repertorio del grupo de teatro de habla hispana Teatro Punto y Coma, por varios años.

Robert Moutal, un amigo de la Ciudad de México y del Ken formaba también parte del grupo. Mortal era entonces jefe de producción para la cadena Telemundo en San Diego, Moutal, también miembro de la Congregación Beth El fue promovido mas tarde a Gerente General.

Al abrirse una posición como conductor del programa matutino, Moutal recomendó a Ozeri, pero una mujer de Texas fue la que obtuvo el puesto. Cuarenta y cinco minutos después de la mala noticia, Moutal le llama al desilusionado Zeji para decirle que la mujer había cambiado de opinión. “¡El empleo es tuyo!”

Por los últimos seis años, de lunes a viernes, Ozeri ha preparado tres segmentos de dos minutos y medio por día, cada uno de los cuales es transmitido dos veces al día. El segmento puede ser un comercial, un sketch cómico una entrevista breve con alguna celebridad o cualquier otra cosa que se le ocurra a Zeji.

Aunque Moutal es el jefe de Ozeri, reconoce que no hay nada que le guste mas que su estrella lo invite a participar con él. “Hacemos un segmento en el que él representa a un argentino y yo a un español que dice falacias y él me corrige”, dice Moutal. “Es un segmento muy ligero”.

Ozeri y Moutal viajaron juntos a Israel a relizar un documental acerca de la canción hebrea Erev Zavat Chalav U’Devash (La Tierra de la Leche y de la Miel), y su compositor Eliyahu Gamliel, a quien Ozeri describe como “nuestro abuelo, el abuelo de todos”.Esta canción tan popular en Israel, se ha convertido en algo así como el sello distintivo de Zeji y es infaltable en sus presentaciones. El documental ganó tres premios Emmy para Telemundo, con los que sumados, Zeji ha contribuido con seis de esos premios televisivos.

Ha grabado además dos CDs de música judía, y ésto es solo el principio, o quizás la mitad de la historia de Zeji. Dice que tiene planeados otros documentales y que se encuentra trabajando en algunas producciones de teatro en inglés y espera grabar mas música.

Pero, ¿de dónde proviene esta personalidad, que llegó a la ciudad de San Diego hace cerca de veinte años?

Zeji es diminutivo de Zacarías en español o Zejariah en hebreo. Su padre Aarón, era de una familia judía yemenita, que cruzó el Mar Rojo de Yemen a Egipto para después marchar hacia Israel, en donde nació Aarón como el mayor de cuatro hijos. Su madre, Raquel Sefchovich, una judía mexicana que visitaba Israel en un viaje de un año cuando conoció y se enamoró de Aarón quien prestaba servicio como soldado asignado a construir un nuevo kibutz.

Los padres de Zeji se asentaron en la Ciudad de México, a donde había regresado su madre para ayudar en el negocio familiar. Se casaron durante una visita de su padre a México. Nacido y criado en la Ciudad de México, Zeji asistió a la Escuela Hebrea Yavne.

La escuela era pequeña y a menudo se les pedía a los estudiantes prestar servicio en diversas actividades escolares. Zeji se enroló en el coro escolar y el grupo de danza folclórica Israelí. Estas experiencias y su activa participación en organizaciones juveniles como Macabi Hatzair fueron factores importantes para delinear su carrera.

Habiendo ascendido en Macabi Hatzair a consejero, fue elegido para pasar nueve meses en Israel para aprender a ser líder de una comunidad judía. Coincidencialmente, fue enviado nuevamente a Kibbutz Or Haner por tres meses – un kibutz de la municipalidad de Sha’ar Hanegev igualmente, y le sorprendió saber ue su padre era aún recordado por los kibutzniks que habitaban esta sección adyacente a la frontera con Gaza. Zeji pasó tres meses en el kibutz, otros seis meses en Jerusalén en una escuela para líderes extranjeros y redondeó el viaje con una estadía en Ramat Gan atendiendo a seminarios en las oficinas generales de la Maccabi World Union.

Ozeri estaba comenzando a engancharse con Israel, pero él todavía no lo sabía. Regresó a casa, se graduó de la Yavne y se inscribió en la Universidad de las Américas en la Ciudad de México, pero debido a algunas diferencias con los directivos de la escuela y a que algunas de las clases que debía tomar ya estaban llenas, le dijo a su padre que prefería regresar a estudiar a Israel. Su padre accedió y Ozeri parte a estudiar a la Universidad dde Tel Aviv en donde se graduó en Teatro y Estudios Judaicos. Ozeri provenía de una familia de la clase trabajadora, or lo que sus padres solo pudieron darle $500 dólares y le desearon suerte en Israel. Cualquier gasto arriba de esa cantidad él se lo tendría que ganar.

Su certificación previa como consejero de la Maccabi World Union le dio ciertas ventajas para ser elegido como consejero de estudiantes extranjeros, la mayoría americanos. Como consejero de estudiantes extranjeros, organizaron viajes a varias partes de Israel y se ofrecieron como voluntarios para participar en diversos proyectos.

Puesto que su dominio del hebreo no era lo suficientemente bueno como para participar en escena, Ozeri enfocó sus estudios de teatro en trabajos de backstage – iluminación, vestuario, escenografía y tramoya. Mientras tanto, sus estudios judaicos cobraban mayor importancia, en especial, le interesaban las conferencias de sobrevivientes del holocausto y de pioneros acerca del establecimiento de Israel.

En México, la gente lo identificaba como judío, mientras que en Israel donde todo mundo era judío, era visto como “el mexicano”. En la Universidad de Tel Aviv, uno de los edificios se llama Edificio México porque el dinero para su construcción fue donado por judíos mexicanos. Ozeri recuerda que al contemplar las esculturas asociadas con ese edificio pensaba: “estoy en una burbuja mexicana”.

La graduación reventó la burbuja, y luego de visitar a su familia en Ciudad de México, se hallaba en camino a Los Ángeles por invitación de su tío para hacer películas para el mercado mexicano; pero su tío enfermo gravemente de cáncer y Ozeri tuvo que vender las películas que ya había hecho su tío. En Los Ángeles, Moises Edid le contó que su hermano Abraham, -a quien Ozeri había conocido en Maccabi Hatzair- estaba viviendo en el condado de San Diego, por lo que Ozeri decidió hacerle una visita

Edid llevó a Ozeri a una fiesta en el área de Eastlake en Chula Vista, California. “El lugar estaba lleno de mexicanos, en realidad de judíos mexicanos. Yo sabía que había judíos mexicanos en San Diego pero no me imaginaba que fueran tantos. Vi a gente que había ido a la escuela conmigo, -Joel y David Chayet – y había incluso hasta dos primos hermanos a quienes no había visto quizás en doce o trece años.

Con su guitarra, amenizó cantando en la fiesta, motivando a David Chayet, quien trabajaba como shaliach en el Ken, el Centro Comunitario Judío (JCC) de habla hispana a invitarlo a convertirse en el cantante del campamento del Ken.

Eventualmente, Ozeri se convertiría también en el shaliach, y ocuparía otros trabajos como cantante en la San Diego Jewish Academy, en la Soille San Diego Hebrew Day School, y en la sinagoga Ohr Shalom entre otros.

“Ya tenía una doble identidad como judío y como mexicano”, reflexiona Ozeri. “Ahora como sandieguino tengo triple identidad”.

* Donald H. Harrison es editor del San Diego Jewish World

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