Documental de Carla González Vargas
Una de Tantas Facetas que Sufre y que, También Acepta Todavía la Mujer
Comienzo narrando brevemente dos experiencias que tuve en épocas distantes -una de otra-, en mi vida.
Criado, en los sesentas, en una de las pocas escuelas particulares laicas, liberales y mixtas; acostumbré tratar a la mujer como compañera, sin ningún distingo de inferioridad o superioridad.
Esa equivocada y común premisa de que “detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer”, la sustituía por lo certero que debe y puede ser que MUJERES Y HOMBRES caminan una y uno al lado del otro y de la otra.
Por eso, me indignó y sorprendió las dos veces en que una jovencita con un vejete, y una treintona con lo que parecía ser su pareja y de edad similar, eran jaloneadas y golpeadas.
En ambos casos, intenté intervenir, y en ambos casos, ME MANDARON AL DIABLO…Y MÁS ALLÁ. ELLAS FUERON QUIENES SE ENCARGARON DE HACÉRMELO SABER.
Cinco Diferentes Puntos de Vista Acerca del
ALIVIO de Algunas Mujeres Mexicanas
Ahora que tengo la oportunidad de ver este maravilloso documental, reacciono a un rencor equivocado, donde me doy cuenta del tremendo patrón de conducta de rechazo o copia de conductas familiares crueles y hasta inhumanas.
Si la madre sufrió al borracho, la hija repite ciégamente; o bien, rechaza de manera contundente y con amargura
Ubicada en los escenarios que viven enfermeras trabajadoras y hasta estóicas, se repiten historias, pasados, presentes, y con graves posibilidades de repetirse y repetirse.
No es posible ya crecer, con la mística tatuada de escoger entre vestir santos o desvestir borrachos.
No es posible intentar evolucionar, a partir del rencor.
La mujer es un ente diferente, por su condición biológica ¡y sólo por eso!
La mujer es compañera, aliada y amiga.
Así crecí, presenciando lo que es una mujer; y como hombre y ser humano, en la igualdad verdadera, formada y aceptada.
Así veo ALIVIO
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