Aunque tanto la Unión Europea como el bloque Mercosur de Sudamérica condenaron la última ronda de violencia en el Medio Oriente antes del acuerdo de cese de fuego, hubo una enorme diferencia entre sus respectivas posturas: una fue balanceada, la otra fue vergonzosamente tendenciosa contra Israel.
La Unión Europea, de 27 países, dijo en una declaración del 19 de noviembre que “lamenta profundamente la pérdida de vidas civiles de ambos lados” del conflicto entre Hamás e Israel, y que “todos los ataques deben finalizar de inmediato”.
Y agrega que “la Unión Europea condena enérgicamente los ataques con cohetes desde la Franja de Gaza a Israel”, y que “Israel tiene derecho a proteger a su población de esa clase de ataques; al hacerlo, debe actuar de manera proporcionada y asegurar la protección de los civiles en todo momento”.
En otras palabras, los países europeos explícitamente reconocieron que Israel tiene el derecho de defenderse de los diarios ataques de Hamás, exigiendo al mismo tiempo que Israel no responda de manera desproporcionada. Días antes, el 14 de noviembre, Estados Unidos había emitido un comunicado culpando a “Hamás y otras organizaciones terroristas” de haber iniciado esta última ronda de violencia.
En comparación, la declaración el bloque Mercosur -integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela, tras la suspensión de Paraguay- omitió toda referencia al derecho de Israel a defenderse. La declaración del 17 de noviembre del bloque sudamericano, expresaba “preocupación por el uso desproporcionado de la fuerza” -una clara referencia a Israel- y pedía la inmediata finalización de la violencia.
La declaración no mencionó la escalada de ataques con cohetes de Hamás en los últimos meses. Desde el 2005, los milicianos de Hamás han disparado más de 8.000 misiles contra Israel desde la Franja de Gaza, incluyendo 2.000 este año, perturbando la vida cotidiana de más de un millón de personas que viven en el sur de Israel, según las Fuerzas de Defensa de Israel.
Este año, por primera vez, los misiles de Hamás -suministrados en gran parte por Irán- han alcanzado a Jerusalén y Tel Aviv. Israel dice que Hamás lanza misiles desde áreas densamente pobladas de Gaza, cercanas a las mezquitas, escuelas y hoteles, usando a los civiles como escudos humanos.
La declaración del Mercosur también dice que sus países miembros “expresan su apoyo a la solicitud del Estado de Palestina” de obtener una banca en las Naciones Unidas como país observador en el voto de la Asamblea General previsto para el 29 de noviembre. Israel y Estados Unidos dicen que ese reconocimiento formal de Palestina, que permitiría a los palestinos lanzar acciones diplomáticas y legales contra Israel, sólo puede darse después de un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
El hecho de que la declaración de Mercosur no reconociera el derecho de Israel a defenderse refleja el creciente apoyo del bloque sudamericano a la causa palestina y su alejamiento de un enfoque balanceado de la disputa de Medio Oriente, me dijo en una entrevista el expresidente peruano Alejandro Toledo, que sigue el tema de cerca.
“Me preocupa la posición del Mercosur: la encuentro un poco desbalanceada”, me dijo Toledo, agregando que la posición de la Unión Europea es más equitativa. “El Estado de Israel tiene derecho a defenderse, y al mismo tiempo tiene el deber de proteger a la población civil”, dijo Toledo.
Mi opinión: Coincido con los analistas más objetivos en que ni los palestinos ni los israelíes están enteramente libres de culpa en este conflicto. Las políticas de línea dura del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu no han ayudado a negociar la paz en Medio Oriente, y los nuevos gobiernos pro-fundamentalistas islámicos de Egipto y de Turquía han empeorado las cosas al acercarse a grupos como Hamás, que admiten abiertamente que quieren borrar a Israel del mapa.
Y Hamás, a su vez, es culpable por haber escalado drásticamente sus ataques con cohetes contra objetivos civiles en Israel en los últimos meses, probablemente para provocar una sangrienta respuesta israelí que presionaría a Egipto, Jordania y otros países a renunciar a sus tratados de paz con Israel.
Pero aunque todos tienen parte de la culpa, el mundo debe reconocer el derecho de Israel a defenderse. Ningún país puede cruzarse de brazos cuando sus civiles son bombardeados todos los días desde un territorio vecino.
La Unión Europea adoptó una postura balanceada, llamando a la cordura a ambas partes. Mercosur, quizás reflejando su transformación de un bloque económico a un bloque político cada vez más radicalizado desde la incorporación de Venezuela, tomó una postura vergonzosa, echándole toda la culpa a Israel.
El autor es columnista de The Miami Herald y El Nuevo Herald.
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