El 11 de septiembre del 2001, en las ciudades de Nueva York y Washington, se produjeron ataques terroristas, que causaron fatales consecuencias en pérdidas de vidas humanas. Las famosas torres gemelas de Nueva York, que representaban el gran poder económico estadounidense, se derrumbaron ante nuestros ojos por los diferentes medios noticiosos internacionales. De igual forma el Pentágono, donde se planean las acciones militares de EEUU, era también alcanzado por un avión.
Sin embargo; lo más importante de todo esto es que varios miles de personas han muerto y ésta es la tragedia… la comunidad musulmana de Bolivia
Lamentablemente esto no es un suceso aislado en nuestra historia; ya sabemos cuanta gente inocente murió en Europa durante la Primera Guerra Mundial, cuanta gente inocente mató la Alemania Nazi, cuanta gente inocente murió por las bombas de Hiroshima y Nagasaki… cuanta gente inocente murió en Vietnam o Argelia y cuanta gente inocente muere hoy en Palestina. No es menester hoy recordar quiénes fueron los culpables…
Hoy sucedió nuevamente; el mal volvió a imponerse y causó muchas muertes…Sin embargo vemos algo más terrible que se cierne sobre los supervivientes… el odio y el prejuicio…
El Islam es una religión de paz y amor, por sobre todo sometimiento a la voluntad de Dios; aquellas personas que atentaron y asesinaron a inocentes civiles en los diferentes estados del país del Norte, son personas que violaron las normas y principios fundamentales que el Islam dicta a sus creyentes.
El terrorismo no profesa religión alguna, el terrorismo no es cristiano ni es musulmán, el terrorismo es un crimen injustificable que no forma parte de ninguna enseñanza divina…
Los terroristas son criminales antes que creyentes… pensémoslo bien antes de iniciar una INQUISICIÓN GLOBALIZADA.
Lic. Isa Amer Quevedo. Licenciado en Jurisprudencia Islámica.
Director Administrativo. Centro Islámico Boliviano
Fuente: http://www.centroislamicoboliviano.org/ART_2001_9_TERRORISMO.htm