La antigua sinagoga, ahora Centro Comunitario / Andrew Roman.
Años atrás me invitaron a un debate en Los Angeles sobre las relaciones entre los judíos y los latinos. Aproveché la ocasión para criticar a algunos de los participantes que idealizaban las relaciones entre ambos grupos. Para muchos, dije en ese momento, la única vez que hablan con un latino es cuando le piden a alguien que corte su pasto, cuide a sus niños, o lave sus ropas.
Transcurrió más de una década. La situación parece haber mejorado. Hay un nuevo – o bien adicional – nivel de comprensión y comunicación entre ambas comunidades, alimentado por una serie de iniciativas comunes.
Esto, para mi, como judío latino, es importante.
Una nueva encuesta de la empresa Latino Decisions establece que “las opiniones positivas dentro de la comunidad latina sobre los judíos en una amplia gama de facetas, tiende a mantener una correlacion con la frecuencia de los contactos personales, así como los niveles de educación, ingreso y aculturación. Es decir que cuanto mayor ese nivel, más positivas son las opiniones.
El estudio examinó “en que medida los latinos se identifican con estereotipos tanto positivos como negativos sobre la comunidad judia”, de acuerdo con un comunicado del Instituto Latino y Latinoamericano del Comité Judío Americano (AJC), la organización que encargo la encuesta.
El instituto fue creado en 2004 para desarrollar la mutua comprensión entre las comunidades, asi como rechazar el terrorismo y “asegurarse que la democracia y el pluralismo sean fuertes”, entre otras razones. “Este estudio amplio y profundo informará y mejorará nuestros continuos esfuerzos para establecer contacto con las comunidades latinas, para formar coaliciones, para ampliar sus conocimientos sobre los judíos estadounidenses y sobre Israel”, dijo Dina Siegel Vann, directora del Instituto, en un comunicado.
En los últimos años, varias organizaciones judías, tanto nacionales como locales, incrementaron sus esfuerzos para establecer relaciones con los latinos. En Los Angeles, un grupo de activistas de derechos civiles creó en 1992 la Mesa Redonda Latino-Judia, una iniciativa liderada por la Liga Contra Difamación (ADL). Las federaciones judías locales promovieron proyectos similares.
En muchos casos, estos proyectos respondieron a la idea compartida por muchos judíos de que las luchas actual de los latinos por el reconocimiento, el respeto y los derechos corresponde con los de la comunidad judía de hace décadas, y que los sentimientos anti-latinos exacerbados por los ataques contra la inmigración ilegal representan un tipo de xenofobia similar a las olas pasadas de antisemitismo.
Las principales organizaciones judías de Estados Unidos han publicado repetidas veces declaraciones de apoyo a la reforma migratoria y al proyecto de ley DREAM Act.
El día de la Navidad pasada, el gran templo judío en la calle Breed, en el Este de Los Angeles, que fue construido en 1915 y era uno de los más importantes de la Costa Oeste de Estados Unidos, reabrió sus puertas después de muchos años como centro comunitario, al servicio de los latinos en la comunidad, y como “centro de exhibiciones culturales y arte y actividades sociales”.
El Shul (palabra en Yiddish que significa templo o sinagoga) de la Calle Breed es solamente uno de más de 30 construidos en esta zona también llamada Boyle Heights, donde vivo, y que hace décadas era un centro de la vida judía en el oeste del país. Hoy, es casi totalmente latina.
Los hallazgos del estudio no son solamente buenas noticias para el pueblo judío.
Solamente el 18 por ciento de los latinos se considera familiarizado con los judíos en alta medida, y un 31 por ciento de ellos no están familiarizados en absoluto. Y mientras que los latinos de Puerto Rico (en un 57 por ciento) y de Sudamérica (53 por ciento) están más familiarizados con los judíos, entre quienes vienen de México y que constituyen la gran mayoría de la comunidad latina en Estados Unidos, el 67 por ciento tienen ningún o limitado contacto.
“La mayor parte de los judíos en México viven en el DF y alrededores, mientras que la mayoría de los inmigrantes mexicanos que llegan a Estados Unidos provienen de otras partes de la República”, me explicó en conversación telefónica Siegel Vann, quien nació en la ciudad de México.
Las opiniones de los latinos, dice el estudio “están influenciadas por el contacto limitado y la falta general de familiaridad con los judíos”.
No debería entonces sorprender que a medida que mejora el nivel educativo de los latinos y sus ingresos, más familiarizados se hallan con gente judía.
“Mientras que el 50 por ciento de aquellos que carecen de educación secundaria carecen de toda familiaridad con los judíos, el 38% de los graduados universitarios tienen el mayor rango de familiaridad” registrado.
De todas las formas de contacto humano entre los grupos, el que se produce en los lugares de trabajo es la más común, llegando al 45 por ciento del total.
“Los contactos interpersonales son los más importantes, en especial porque la cultura latina enfatiza la confianza y la lealtad en la creación de alianzas políticas y profesionales a largo plazo”, aclaró Siegel Vann.
Mientras que los contactos y el nivel de familiaridad entre los recién llegados a Estados Unidos son los más bajos (38 por ciento no tienen contacto), la situación cambia con la segunda y tercera generación, donde solamente 12 por ciento y 10 por ciento, respectivamente, no han tenido contacto alguno con judíos.
Pero dejemos de lado la familiaridad, el contacto y el conocimiento: ¿qué piensan, realmente, los latinos de los judíos?
El estudio se enfocó en la premisa de que ambas comunidades comparten los mismos valores, tales como el apego a “la fe, la familia y el cambio social”, así como “una fundamental creencia en Dios”. La mayoría de los latinos reconoce y aprecia estas cualidades en los judíos.
En mi experiencia personal, tras haber trabajado con la comunidad latina en un importante diario en español en Los Angeles durante casi 15 años, hallé primordialmente sentimientos de tolerancia y aprecio hacia los judíos. Pero también odio y antisemitismo en grupos hispanos pequeños, aislados y específicos. Uno de ellos todavía mantiene en su sitio de internet una foto mía a la que acompaña, en una esquina, una Estrella de David amarilla, la escarapela que la Alemania Nazi impuso a los judíos, para identificarlos.
Para nosotros, los latinos, la comunidad judía organizada ha sido un importante aliado en la lucha por una reforma migratoria.
Y para nosotros, los judíos, la alianza con la comunidad judía y el apoyo a su progreso nos mantiene en el lado correcto de la historia.
Pero el estudio no se detiene allí. Sigue y formula las preguntas difíciles, las relativas a los estereotipos y creencias sobre los judíos en general. Así, inquiere acerca del apego que tienen los judíos a Israel, de la misma manera que los católicos estadounidenses en el pasado fueron criticados por sus lazos con el Vaticano y parecido a que los musulmanes estadounidenses son a veces falsamente acusados de una imaginaria conspiración para imponer la ley religiosa sharía en este país.
Así, el 53 por ciento de los latinos creen que los judíos son “probablemente” o “ciertamente” más leales a Israel que a Estados Unidos, un número que sugestivamente crece al 61 por ciento en Nueva York y a 55 por ciento en Los Angeles. Respecto a la percepción de una influencia judía exagerada en EE.UU., el 39 por ciento dijo que es “probablemente cierta” o “cierta” (en Nueva York, 55 por ciento). Y el 44 por ciento dijo que es cierto que “las industrias del cine y la televisión están siendo controladas por los judíos”, contra 31 por ciento que dijeron que ello era falso y 25 por ciento que no lo sabían. Finalmente, el 48 por ciento cree que “los judíos tienen demasiada influencia en Wall Street” (en Nueva York, el 56 por ciento).
Los hallazgos sobre los judíos no son determinantes. En algunos casos, las opiniones fueron negativas; en general, no lo fueron. Mientras que el 30 por ciento acotó que los judíos son responsables por la muerte de Jesús (aunque el 41 por ciento dijo que no), el “64 por ciento de los latinos dijo que los judíos son honestos; el 18 por ciento están en desacuerdo con ello y el 18 por ciento no lo sabe”, según el estudio.
La encuesta de Latino Decisions abarcó a 2,000 personas consultadas telefónicamente entre el 12 de agosto y el 16 de septiembre de 2011 en Chicago, Nueva York, Miami, Los Angeles y Kansas City, estado de Missouri.
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