La resistencia al cambio, la tendencia a la autocompasión, la escasez de innovación, el continuo desprecio por el Estado de Derecho y el elevado gasto militar son, para el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, la razones por las cuales Latinoamérica no ha logrado dar el salto al desarrollo.
“Es hora de que la región se despoje de los ropajes de la autocompasión y aprenda el difícil arte de la autocrítica y de que nuestros Gobiernos abandonen la propensión de ser creativos en excusas y no en soluciones, en disculpas y no en políticas concretas”, asegura Arias en un artículo publicado el domingo en el periódico La Nación.
De acuerdo con el Premio Nobel de la Paz 1987, la “primera traba” latinoamericana es su resistencia al cambio, su apego al estatus quo “que además es terriblemente insuficiente”, pues en Latinoamérica una tercera parte de la población vive en la pobreza.
“¿Cómo aspiramos progresar si la máxima aspiración de nuestros pueblos es la permanencia, o incluso el retroceso?, cuestionó el mandatario.
Arias enfatizó que “la adaptabilidad a las nuevas circunstancias es la clave que medirá el progreso de las naciones en las décadas por venir” y quienes no se adapten “caminarán hacia el futuro con los ojos en la espalda, como ha estado caminando en los últimos años América Latina”.
El segundo obstáculo al desarrollo regional según Arias, es “la escasez de innovación”, que se nota particularmente en la educación, aun concentrada en graduar “profesionales que podrían haber encontrado trabajo en el mundo de hace 30 años y carecen de las herramientas para desenvolverse en la actualidad”.
El “continuo desprecio por el Estado de Derecho y la institucionalidad democrática” es la tercera traba de una América Latina que aún no logra sacudirse la “larga tutela militar” que la ha caracterizado y que es, precisamente, su cuarto obstáculo en su camino al desarrollo, señaló el gobernante costarricense.
Para Arias, el hecho de que el gasto militar latinoamericano llegue este año a los $60,000 millones sólo demuestra que “una región que nunca ha sido más pacífica ni más democrática (…) parece tener prisa por volver al infierno”.
El mandatario costarricense enfatizó que “es hora de que Latinoamérica reconozca, finalmente, su responsabilidad en la historia” y abrace “una cultura más propensa a reconocer sus defectos, a deshacerse de la viga en el ojo antes de repartir las culpas de su retroceso”.
Fuente:El Nuevo Herald
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