Los judíos en el Estado de Chihuahua

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Los judíos en el Estado de Chihuahua

Se tiene poca información sobre los judíos en Chihuahua. Este artículo pretende ser la primera investigación sobre la presencia de los judíos en dicho estado, partiendo para ello de la concentración de las noticias publicadas y las obtenidas a través de historia oral, así como de publicaciones previas y de documentos de archivo, que nos permiten analizar el por qué de la presencia de este grupo en dos épocas a saber: durante las últimas décadas del porfirismo y durante las primeras décadas del siglo XX; su relación con la sociedad receptora, así como la búsqueda de la identidad judía sin contar con el apoyo de instituciones judías, para llegar a la conclusión de las posibles razones para la no formación de una comunidad judía en el estado de Chihuahua.

Cuando, por primera vez, los judíos fueron exiliados a la diáspora a raíz de la destrucción del primer templo de Jerusalén en el 586 a.C., el profeta Jeremías (capítulo XXIX) les dijo: Construyan casas, planten jardines, formen familias, hagan bodas entre sus hijos, reprodúzcanse para que no se vuelvan numéricamente menos, traten de llevar su estilo de vida normal. El dolor por haber perdido sus hogares no debe de perturbar sus vidas (Torres, 1955, p. 907). 192 Maty Finkelman de Sommer El pueblo judío, en las diásporas que ha vivido en el transcurso de la historia, ha organizado su vida en base a comunidades, las cuales han servido para preservar la forma de vida judía a través de su propia administración y toda una serie de instituciones religiosas, laicas, educativas, legales y de beneficencia, las que han servido de vínculo con la sociedad receptora.

En Chihuahua no se estableció ninguna comunidad. El único intento de formar una en el siglo XIX lo realizó Marcos Russek, judío polaco nacionalizado estadounidense y radicado en el Municipio de Jiménez. El resto de los judíos que vivieron en Chihuahua durante el porfirismo hasta los años veinte fueron judíos de tipo asimilado, quienes se consideraron miembros de la nación de su tierra nativa y que, sin negar su ascendencia judía, no observaban los ritos religiosos. Los judíos franceses y alemanes que llegaron a este Estado rechazaron la idea de formar una comunidad; inclusive algunos de ellos se casaron con mujeres católicas y sus descendientes son igualmente católicos, a pesar de que sus apellidos sean de origen judío.

Los judíos que llegaron a este estado fronterizo del norte de México durante las primeras tres décadas del siglo XX, tampoco formaron una comunidad. La mayoría de ellos fueron judíos ashkenazitas que intentaron conservar su identidad sin crear ninguna institución, pero tampoco sin asimilarse a la sociedad receptora.

Los judíos antes citados estuvieron más relacionados con los Estados Unidos que los que vivieron en los otros estados de la República Mexicana. Por ejemplo, en 1921 Estados Unidos promulgó una ley que establecía el número de extranjeros, de cualquier nacionalidad, que iban a ser admitidos en su territorio. A pesar de ello, hubo inmigrantes judíos que llegaron solos, como solteros o habiendo dejado a su familia en Europa, y que comenzaron a pasar la frontera de Ciudad Juárez hacia El Paso, Texas, en forma ilegal. De este hecho se enteró el rabino Zielonka quien, como judío norteamericano, les aconsejó a los inmigrantes “indebidos” quedarse en México. Así, el 2 de marzo de 1921, este rabino se dirigió a Adolph Krakauer, cuya familia vivía en Chihuahua desde el siglo XIX, con el siguiente mensaje: “Zielonka le manda cinco entrantes ilegales y le pido ser amigable con ellos y encontrarles casas y trabajos en México” (Zielonka citado por Krausse, 1987, p.153). Los judíos en el estado de Chihuahua.

Tiempo después, los judíos de Chihuahua pasaron legalmente la frontera hacia El Paso, Texas, en busca de productos kosher (alimentos permitidos por la ley judía) y de alimentos para sus fiestas religiosas, de sinagogas, de rabinos, en fin, en busca de los elementos que se necesitan dentro de una comunidad judía. Estas personas acabaron por irse de Chihuahua, precisamente en busca de comunidades judías establecidas en México o en el extranjero.

Julio Meyer es de los primeros judíos de cuya inmigración a Chihuahua se tiene noticia. Nacido en Prusia, vivió en los Estados Unidos durante varios años antes de establecerse en México, donde se hizo ciudadano mexicano en 1891. En esa época escogió Chihuahua como lugar de residencia. Posteriormente se incorporó a la Sociedad Emanuel formada en 1905, en la Ciudad de México. (Krausse, 1987, p. 120). En este mismo año fungió como presidente de esta comunidad judía mexicana, siendo su principal sostén.

El dejar Chihuahua significó, para los judíos nacidos allí, dejar di alte heim (el viejo hogar) y para los viejos inmigrantes fue ir otra vez hacia una nueva diáspora judía.

La familia Russek

Marcos Russek fue un judío que nació en Polonia. A los 14 años de edad huyó de su casa y se embarcó como polizón en un barco que lo “aventó” a California.

Uno de los entrevistados, Benjamín Russek (B. Russek, comunicación personal, 28 de enero de 1998), el bisnieto de Marcos, comentó que su bisabuelo, luego de permanecer unos diez años en la Unión Americana, decidió en 1875, siendo ya ciudadano americano, cruzar la frontera y establecerse en el Municipio de Jiménez, Chihuahua.

Marcos Russek llegó a tierras mexicanas en el momento adecuado; el gobierno de los Estados Unidos reconoció al gobierno de Porfirio Díaz en abril de 1878 y éste, a su vez, permitió, entre otras disposiciones, la derogación de las leyes que impedían a los ciudadanos norteamericanos adquirir bienes raíces en la zona fronteriza, autorizando que las tropas norteamericanas invadieran libremente el territorio mexicano en aras de la pacificación de la frontera.

En 1877, Díaz aseguraba “que no inauguraba una época de intolerancia y persecución y lo cumplió en el orden de las creencias, 194 Maty Finkelman de Sommer la moral y los ritos religiosos” (González, 1981, p. 948). Don Porfirio dejó que los hombres de negocios se hicieran ricos siempre y cuando no manifestaran aspiraciones políticas. En 1880 se inauguró el Ferrocarril Central Mexicano que comunicaba a México con El Paso del Norte.

En 1883 la ley permitió a los extranjeros comprar enormes predios. Justo en aquella época, Enrique Creel declaró en Chihuahua que “cien mil inmigrantes europeos valían más que medio millón de indios mexicanos” (González, 1981, p. 966).

La actitud del presidente Porfirio Díaz hacia una inmigración judía en particular, la expresó en una serie de entrevistas con John W. De Kay, presidente de una compañía norteamericana con base en México y escritor sobre asuntos mexicanos.

Díaz creía que una inmigración judía en México… ensenaría al pueblo mexicano a trabajar, lo induciría a ahorrar, y lo animaría a ser más sobrio y previsor para el tiempo en que no pueda trabajar. Me gustaría ver grandes establecimientos de judíos en todo México, yo los extendería tan ampliamente como fuera posible, no por ninguna razón política, sino porque su ejemplo en este punto beneficiaría en todos los aspectos al país (González Navarro citado por Krausse, 1987, p.207). En concreto: todo favoreció la estancia legal de Marcos en Chihuahua, en el alejado poblado del Municipio de Jiménez, desde donde partían dos ferrocarriles: uno a Parral y otro a Ciudad Juárez.

Marcos se presentó a sí mismo como judío polaco, como libre pensador. Se casó con Matilde Ramírez, sin oposición alguna por parte de la familia de su esposa. Con Matilde procreó seis hijos: Marcos, David, Matilde, Carolina, Hortensia y Esther.

En un principio, Marcos Russek fue buhonero. Como tal, comerciaba con brillantina y peines, entre otros artículos. Con el tiempo abrió una tienda, La Valenciana, que abastecía las necesidades de la población de Chihuahua. Marcos Russek importaba su mercancía de los Estados Unidos, misma que era difícil de conseguir del lado mexicano. Inclusive llegó a importar granos.

Benjamín mencionó que en la tienda de su bisabuelo se vendía desde un alfiler hasta un automóvil. En esa época, La Valenciana era el almacén más grande del norte de la República.

Los judíos en el estado de Chihuahua

En 1876 Marcos Russek compró una hacienda de 86,000 hectáreas denominada Nuestra Señora de los Remedios, por estar situada a las faldas de la sierra del mismo nombre. En la hacienda se dedicó a la crianza de caballos, que vendía al ejército norteamericano. También contó con cinco ranchos, donde crió borregos y cabritos. En la hacienda tuvo una casa donde radicó con su familia y en la que intentó continuar con la tradición judía de sus padres. Recibía periódicos idish desde los Estados Unidos y también en idish (idioma nacional que hablaban los judíos de Europa del Este) se comunicaba con sus hijos.

Junto a su casa había una construcción completamente diferente a las demás. Era de tipo morisco. En aquel lugar se reunía a rezar con los judíos que él había traído desde Europa. Algunos fueron parientes que llegaron solteros, y otros, emigraron junto con sus esposas e hijos. A Marcos se le ocurrió reunir a un grupo de judíos que, con el tiempo, formarían la comunidad judía del Municipio de Jiménez.

En La Hacienda de Nuestra Señora de los Remedios también había una mikve, o baño ritual, donde las esposas no judías se convertían al judaismo.

Marcos Russek fue un comerciante muy respetado. En Jiménez, La Valenciana fue visitada por personalidades como los Terrazas, los Madero, Orozco y Abraham González, entre otros. Marcos fue, sin duda, uno de los primeros comerciantes del Estado.

“Los Russek fueron dueños del Banco de Chihuahua y accionistas del Banco Nacional Mexicano. Tuvieron fundidoras, e inclusive iniciaron perforaciones petroleras en el Bolsón de Mapimí” (comunicación oral de Benjamín Russek).

Marcos fue masón yorkino con grado 33. En 1910, murió de un infarto a los 60 años. Fue enterrado en Jiménez, Chihuahua, en una cripta gótica. Junto a él reposan los restos de su esposa y de una de sus hijas.

Al morir Marcos Russek, heredó su puesto Marcos, su primogénito, nacido ya en Jiménez, Chihuahua, quien realizó sus estudios en Nueva York y se casó en Los Ángeles, California, con Lily Martínez Bustamante Pesqueira, oriunda de Guaymas, Sonora.

Marcos Russek Ramírez se unió al partido de Madero, a Pascual Orozco y a la División del Norte. Por palabras de Benjamín Russek se sabe que su abuelo “dio el dinero para comprar armas en los Estados Unidos para derrocar a Porfirio Díaz”. También menciona que Villa 196 Maty Finkelman de Sommer se robó una yegua de la hacienda. Marcos Russek lo mandó apresar para que lo fusilaran. Madero indultó a Villa, de ahí que la familia Russek saliera huyendo de Jiménez. Villa arrasó con La Valenciana y saqueó toda la hacienda. Marcos huyó a los Estados Unidos. Después de la Revolución, se instaló en el Distrito Federal.

David Russek se casó con una hija de la familia Cameros. Mark Wasserman (1993) lo describe así: El más pintoresco emprendedor de la época fue David Russek, hijo de inmigrante y hombre de negocios, Marcos Russek, quien se casó con la hija de la prominente familia de Manuel Cameros. Adquirió por medio de la herencia de su esposa la propiedad de Enrique Muller, la que incluía la Hacienda de Santa Clara (p. 114-115). David Russek promovió la colonización y la construcción de una línea de ferrocarril de Agua Nueva a Santa Clara. A principios de 1920, Russek arrendó parte de su hacienda a una corporación financiera de los Estados Unidos para salvar su ganado.

Durante los veintes, David Russek trató de construir un imperio bancario con inversión de terratenientes, sin lograrlo. En 1923 su banco necesitó una moratoria, por lo que requirió del apoyo del gobernador Enríquez para el pago de $500,000.00 a diversos comerciantes del estado de Chihuahua.

En 1924, entró en una etapa económica difícil. A tal grado fueron sus deudas, que un acreedor furibundo le puso una bomba en su casa.

En 1932, intentó vender su propiedad. El trato preferencial que recibió por parte del gobierno provocó grandes escándalos. Finalmente, en 1939, logró vender las 147,000 hectáreas de La Hacienda de Santa Clara al Fomento Industrial y Agrícola, propiedad de exiliados españoles.

Mark Wasserman (1993) dice que las familias Almeida, Borunda, Carrillo, Quevedo, Russek y Terrazas fueron líderes de la reconstrucción de la industria del ganado en Chihuahua durante los años treintas.

Por Benjamín Russek se sabe que en 1952 La Hacienda de Nuestra Señora de los Remedios pasó a manos del General Ortiz, quien la dividió en ejidos: “Donde eran las casas de los trabajadores, aún vive Los judíos en el estado de Chihuahua 197 gentes que recuerda la época de los Russek en la región” (Benjamín Russek, comunicado personal, 28 de enero de 1998). Benjamín cuenta que la fortuna de los Russek, valuada entonces por la Aseguradora Lloyd en 30 millones oro, no les fue devuelta, a pesar de que se le entabló un juicio. Todos los Russek de México provienen del mismo tronco familiar, dividido en dos ramas: los Russek judíos y los Russek católicos. Los Russek que salieron de Chihuahua vivieron en el Distrito Federal, Torreón, Monterrey, Sonora, Guanajuato, Pasadena (California) y Nueva York. Sin embargo, la familia de David Russek permaneció en Chihuahua. Uno de sus descendientes fue Manuel Russek, Rector de la Universidad de aquella entidad. Propuestas de colonización en Chihuahua En 1922, el entonces presidente Obregón ofreció 5,000 acres de tierra en el estado de Chihuahua con miras a una probable colonización judía. Sin embargo, dicho proyecto no se llevó a cabo.

En 1924, Maurice Hexter, enviado por el Comité de Emergencia Norteamericano, al igual que el rabino Zielonka, desalentó toda colonización judía en suelo mexicano… por la situación difícil en el agro; el alto costo de los proyectos; su difícil mantenimiento; las escasas carreteras; los bajos salarios y la competencia en detrimento del trabajador mexicano. Ambos mencionaron la factibilidad de una inmigración de obreros o pequeños artesanos que pudieran formar parte de una clase media en el país (Gojman de Backal, 1995, p. 104). Sin embargo, el gobierno de México volvió a su anterior empeño: en 1932 pensó establecer en Chihuahua a 50,000 veteranos de guerra en la orilla del río Casas Grandes (Der Weg, 1932, p.4) y en 1933, se anunció desde Toronto, Canadá, que 1,000 familias emigrarían en un futuro cercano a Chihuahua con el objeto de trabajar el campo. Los agricultores canadienses traerían consigo 500 dólares cada uno y la maquinaria para su labor. Comprarían tierra al gobierno mexicano, pagando en efectivo (Der Weg, 1933, p.2). Los últimos dos proyectos también quedaron en propuestas. 198 Maty Finkelman de Sommer Chihuahua y sus habitantes judíos Cuando el señor Zeidel, corresponsal del periódico Der Weg (El Camino), viajó en 1933 a Chihuahua, comentó lo siguiente: El estado más grande de la República Mexicana es Chihuahua. Su capital, Chihuahua, nos causa una impresión muy pobre. Las calles no están pavimentadas, su población es escasa, hay entre 40 y 45,000 almas, los edificios son viejos. El estado de Chihuahua tiene las siguientes características: La ciudad de Chihuahua surte mercancía a todos los pueblos del estado. Hay algunos asentamientos tan alejados que la mercancía llega en dos semanas. La mala comunicación entre los diferentes poblados resulta un verdadero impedimento. En algunos pueblos la mercancía llega en burro; a esos lugares no llega un automóvil, ni un tren. Pero dos semanas es mucho tiempo, incluso para los burros. El gobierno federal se está interesando últimamente en el Estado y desea inyectarle vida, construyendo un canal de Santa Rosalía a Chihuahua. El canal habrá de surtir agua a la región extremadamente seca, para que dé frutos. También se están construyendo carreteras para comunicar a Chihuahua. Se espera que el estado se desarrolle y prospere. El estado de Chihuahua es rico en metales y maderas finas. El clima también es apropiado para la agricultura y la ganadería. Hasta el momento se han aprovechado escasamente los recursos naturales. Hay pocos judíos en Chihuahua: en total 20 familias. Muchas de ellas llevan viviendo en el estado entre 30 y 40 años. Sus habitantes más antiguos son, en su mayoría, alemanes o franceses.

El judío más respetado entre sus correligionarios -y entre la población mexicana- es el judío alsaciano Enrique Picard. No hay viajero que no lo conozca, y no hay viajero judío a quien deje salir con las manos vacías, es decir, a quien no le compre. Aunque no lo necesite, siempre apoya a un agente hermano. El Sr. Picard, con 29 años en la región, no resulta indiferente a los intereses judíos. Picard es una persona muy apreciada entre la población local. Algunos negociantes le llegaron a solicitar su intervención en conflictos comerciales. El resto de los judíos franceses y alemanes de esa región, se encuentran alejados de la vida judía. Los judíos en el estado de Cliiliualnia 199 En Chihuahua vive el señor Roberto Levín. Es un judío muy hospitalario. Su casa es la casa de los judíos de Chihuahua y, como se puede suponer, ha tenido no pocos dolores de cabeza de sus queridos correligionarios. Es el tipo de judío hogareño que inspira confianza. En Chihuahua no hay problemas de antisemitismo porque hay pocos judíos. Ojalá y así siga por muchos años. (Zeidel, 1933, p.2) Otro de los entrevistados, Samuel Levín, (comunicación personal, 4 de mayo de 1995) comentó: Mis padres fueron muy sociales, muy amigables. Los agentes viajeros judíos que llegaban a Chihuahua eran muy bien recibidos por los Levín y los Morgenstern.

Los Levín llegaron a Chihuahua, procedentes de Guadalajara, entre 1927 y 1928. Cuando aparecía un judío de escasos recursos en la paletería, negocio de los Levín, siempre se le dio comida y alojamiento. Lily Morgenstern de Levín en su entrevista (comunicado personal, 20 de febrero de 1995) recuerda que: En 1937 ó 1938 mi papá se fue a Chihuahua. Llegó a un hotelito y, al preguntar por judíos, le dijeron que había una familia que tenía una fábrica de paletas heladas y de helados, que eran los Sres. Levín y le dieron la dirección. A la primera que vio allí, fue a la señora Clara, Clarita como todo el mundo le decía. Inmediatamente, ella lo recibió con los brazos abiertos, aunque no se conocían y no venía recomendado por ninguna amistad. Luego, luego, lo invitó a comer; después, le preguntó dónde estaba hospedado. Le contestó que había llegado a un hotel. De inmediato le dijo que se iba a quedar a vivir en la casa de ellos. Platicando, se dio cuenta que mi papá estaba en una situación muy apurada, entonces se lo llevó a vivir a su casa, allí comía, allí dormía. Lo curioso es que el mismo día que se conocieron y, como es natural, le preguntaron ¿Tiene familia? ¿No tiene familia? ¿Es casado? ¿Soltero? Todo ese tipo de preguntas lógicas. A lo que mi papá contestó: Soy casado, mi esposa y mis dos hijos están en Europa. Sacó una fotografía, ella se quedó viéndola y dijo: Esta niña va a ser mi nuera. En esa fotografía yo tenía dos años y medio. Así lo dijo, y desde el primer día que me conoció, me quiso mucho. Después fueron mis suegros. De las entrevistas realizadas se puede saber que entre las familias que vivieron en el estado de Chihuahua se encontraban: los señores 200 Maty Finkelman de Sommer Leywa Kowarski, Roberto Levín, Enrique Margolis, V. Waisberg, Enrique Schwartz, Benjamín Norwald, Osear Lesser, Simón Cohén, que fue hijo de un rabino; Miguel Morgenstern, Finkelstein, Karakowsky, Schwartzman, Salomón Markushamer, Enrique Russek, Robinson, Morris Centner, Marcos Filler, Bernardo Branson, Gustavo Kalich, su hijo Samuel Kalich, que se convirtió al catolicismo y que vive ahora en Chihuahua. En Ciudad Juárez vivieron los Margolis, que compraron El Hotel Coper y que tenían mueblerías; Rosita Levín, quien fue propietaria de El Hotel San Carlos; los Fleisher; los Sres. Ovadía; Baum; Sidransky; Felipe Winer y N. Stein. En Parral vivieron los señores Pankovsky y Moisés Nizri.

Monterrey vs. Chihuahua: Identidad y religiosidad

En una carta abierta al periódico Der Weg, el señor Meyer Rapoport (1933) reportó que en la capital del estado fronterizo de Nuevo León, Monterrey, vivían ocho familias judías. En 1933 dicho grupo de inmigrantes había creado un club destinado a actividades sionistas y culturales. Así mismo nos cuenta que adquirieron diferentes predios para un panteón, una escuela, una biblioteca y un teatro, una sinagoga con cuatro Séfer Taires (Rollos de la Ley), el Fren/en Hilfs Farein (institución de beneficencia) y una comisión para el Keren Kai/enwt (institución sionista). Se consideraban una comunidad.

A diferencia de Monterrey, en Chihuahua 110 se manifestó sentimiento nacionalista alguno, o bien el deseo de formar una comunidad. Samuel Levín recuerda que en su casa se hablaba inglés, a pesar de que sus papas sabían idish. No se comía koslier y no se festejaban las fiestas judías: Yo no tuve una Bar-Mitzvá. No había en Chihuahua una comunidad suficiente para hacer una Bar-Mitzi’á. Nunca tomé clases de hebreo. No tuve una orientación judía. Las primeras veces que asistí a una fiesta judía fue en la casa de los señores Morgenstern, los papas de Lily, y en El Paso, Texas, con el rabino Roth, que llegó de visita a Chihuahua y con quien hicimos amistad. Fui a una escuela pública anexa a la normal. No íbamos a las escuelas privadas, porque eran escuelas católicas. Teníamos una idea muy clara de nuestra identidad judía. Los judíos en el estado de Chihuahua 201 Los judíos se llevaban en Chihuahua; había una amistad, pero no había un vida comunitaria, no había fiestas judías. Por comunicación oral de uno de los entrevistados se sabe que a partir de los años cuarenta, la familia Morgenstern introdujo un poco de tradición judía: Lo que hacían mis papas, ya que tuvieron más desahogo, iban a El Paso y compraban todo lo que se necesitaba para festejar Peisaj (la Pascua); mamá, todos los viernes hacía Giiefilte Fish (Pescado relleno). Siempre, siempre, hay buen pescado en Chihuahua; mamá hacía Guefilte Fish todos los viernes. Festejábamos siempre el Shabat (el sábado) y las fiestas de Peisaj. Los primeros años no me acuerdo lo que se hizo, pero desde que tengo memoria siempre hubo Matze (pan ázimo), siempre Guefilte Fish. Como no había carne kosher, mi mamá la hacía. En la parte de atrás de la propiedad había gallinas, patos y gansos que se criaban en la casa. Se mataban cortándoles el cuello y luego mamá les ponía sal, los dejaba remojando con sal. La carne la compraba en la carnicería, la salaba y la hacía kosher. Nunca hicimos una Suque (cabana) atrás, pero sí se festejaba Rosh Hashaná (año nuevo). Todos rezábamos en la casa, papá llevaba los rezos. No había un lugar donde rezar. En realidad, las familias eran mucho menos religiosas que nosotros, incluyendo la familia de mi marido, que no festejaban ninguna fiesta. Entonces papá rezaba en la casa, siempre se hablaba idish en la casa. En Yom Kipur, desde que yo tengo memoria, siempre ayunábamos, siempre, siempre. Yo hasta la fecha sigo ayunando. Hasta donde era posible, festejábamos. (L. Morgenstern de Levín, comunicado personal, 20 de febrero de 1995) En la década de los cincuenta, El Paso, Texas, fue la ciudad donde los judíos de Chihuahua resolvían sus necesidades religiosas. Allí compraban la comida para Peisaj, e iban a las sinagogas, inclusive yo me casé en la sinagoga del Paso (L. Morgenstern de Levín, comunicado personal, 20 de febrero de 1995).

Salomón Markushamer y Polita tuvieron un niño y cuando fue el Brit- Milá (circuncisión) trajeron al rabino de El Paso. Otras circuncisiones fueron practicadas por médicos locales (Samuel Levín, comunicado personal, 4 de mayo de 1995). 202 Maty Finkelman de Sommer Por Lili M. de Levín se sabe que en Chihuahua tampoco hubo un panteón judío: Cuando murió el señor Karakowsky, que murió en Chihuahua, papá fue el que organizó los rezos. Siempre había viajeros en Chihuaha. Entonces mi papá iba al hotel para preguntar si habían judíos, para completar el Minyán (10 hombres para el rezo). Al señor Karakowsky lo enterraron en México. Mi suegro que murió en Chihuahua también está enterrado en México. Hay algunos judíos enterrados en Chihuahua. No sé si tienen una lápida especial, o una lápida normal. No sé si están en una sección separada, porque nunca fui al panteón. Relación con la sociedad receptora Por entrevista oral se sabe que “A partir de los años cuarenta hubo niños judíos que dejaron de ir a colegios públicos y asistieron al Colegio Balmori, que era una escuela que pertenecía a los protestantes. Era una escuela laica y mixta” (Samuel Levín, comunicado personal, 4 de mayo de 1995). Los judíos que vivieron en Chihuahua se integraron de diferentes formas a la sociedad receptora; Samuel Levín comentó que… En Chihuahua vivimos en Aldama 804. Aún existe la casa, ya remodelada, en una calle amplia y muy bonita; allí vivimos hasta 1941. En ese mismo año mi papá construyó un edificio de tres pisos que llevaba su nombre, es el edificio Roberto Levín. Este inmueble todavía se encuentra en la calle de Allende 46. Tuve una infancia y adolescencia muy feliz. Tuve amigos de la escuela y vecinos con los que me llevaba muy bien. También venían muchachos y muchachas paisanas. Todos nos llevábamos muy bien. Salíamos a fiestas, excursiones y bailes juntos. Habían tres lugares donde se podía bailar, uno se llamaba El Jardín de las Rosas, otro se llamaba Los Jacales y otro más. En Chihuahua, a pesar de lo liberales y poco tradicionalistas que eran los judíos, hubo padres que temían que sus hijos se llegaran a casar con un gentil: Bueno, sí llegué a tener amigas, con algunas me llevaba más que con otras. Unas les inspiraron más confianza a mis papas; me dejaban ir a Los judíos en el estado de Chihuahua 203 sus casas y ellas venían a mi casa, no estaba completamente aislada. Sí, llegué a tener amigos. Lo que no me dejaban es ir a fiestas o reuniones donde hubieran muchachos. Lo que me ayudó mucho es que comencé a “noviar” con mi marido muy joven, cuando tenía 15 años; él fue mi primer y único novio (L. Morgenstern de Levín, comunicado personal, 20 de febrero de 1995).

Negocios judíos

Los comerciantes judíos de Chihuahua abrieron una fábrica de helados y paletas, zapaterías, tiendas de ropa, ferreterías, joyería y mueblerías.

Miguel Morgenstern llegó del Distrito Federal con máquinas para producir refrescos. Acto seguido, se dedicó a la compra de fierro viejo, consiguiendo un préstamo bancario en el que figuraron como avales los señores Levín. Tiempo después se dedicó al negocio de material de construcción, como varillas y válvulas: Siempre tuvo nombre de gente muy honesta. Siempre cumplió sus compromisos y pudo llegar a ser el comerciante más importante del Norte de la República en el ramo. Trabajó mucho con Altos Hornos, con Fundidora Monterrey, con un crédito ilimitado y con un nombre muy amplio. Era el que siempre estaba en el negocio, dirigiendo todo y, cuando se cargaba el trabajo, él tomaba las riendas. Todo el mundo conocía a mi papá y, si necesitaba una cita con el gobernador, llegaba y lo recibían, lo estimaban mucho. Tenía acceso a cualquier círculo a pesar de que Chihuahua ha sido un estado muy católico. Miguel Morgan, como se le conoció en Chihuahua, llegó a ser Consejero del Banco de Comercio y en México fue recibido por el Presidente de la República el Lie. Adolfo López Mateos (L. Morgenstern de Levín, comunicado personal, 20 de febrero de 1995). Xenofobia y Antisemitismo Los Cohén llegaron a México de Austria después de la Primera Guerra Mundial y se establecieron en Ciudad Juárez. El señor Cohén culpaba de su fracaso para conseguir trabajo al odio intenso hacia los judíos en México. Afirmaba que su esposa había trabajado como empleada doméstica de una familia mexicana por un peso y medio al din y que fue despedida cuando sus patrones descubrieron que era judía (Zielonka citado por Krausse, 1987, p. 163). 204 Maty Finkelman de Sommer Esta misma autora comentó que los Cohén sufrieron pobreza y una gran dificultad para adaptarse a México.

En Chihuahua hubo xenofobia. En 1932 comenzó el boicot contra los chinos que vivían en la región. Ahí vivían dos mil chinos, de los cuales la mitad eran ciudadanos mexicanos. El movimiento antichino no perdonó ni siquiera a los ciudadanos (Der Weg, 1932, p.l).

Hay que recalcar que, a pesar del movimiento xenofóbico, no se desarrolló antisemitismo alguno en la ciudad de Chihuahua: No sentí que hubiera antisemitismo en Chihuahua. Todos sabían que éramos judíos. Ahora, había una cosa cierta. Ni mis padres, ni los padres de Lily se integraron al Casino de Chihuahua. Era el lugar de la alta sociedad donde todos eran católicos. Se integraron a la masonería. El antisemitismo se dejó sentir en Ciudad Juárez, donde la ciudad fue invadida con propaganda del grupo Pro-Raza, que imprimió sus panfletos en El Paso, Texas, y los distribuyó gratuitamente entre la población. Hubo gente que paraba a los judíos que paseaban por la Plaza de Armas, les aventaban la propaganda en la cara y les decían: aquí se describe la verdad sobre ustedes los judíos.

En Ciudad Juárez, Pro-Raza tuvo gran influencia en la prensa. Uno de los periódicos locales, El Combate, salió con un encabezado muy alarmista que anunciaba una guerra de vida y muerte contra los judíos. Aparecieron panfletos que decían: Ser judío es un oprobio, ser judío es ser prestamista; el judío es un ser carente de religión. Viene de diferentes países con sus documentos de origen; es ciudadano de varios países, pero a la hora de la verdad, avienta su ciudadanía a la basura (Der Weg, 1934,12 de abril, p.l). En 1934 se formó “El Comité de Defensa a los Extranjeros”, con el fin de combatir a Pro-Raza. En varias ciudades de México se nombraron representantes judíos para ese comité. En Chihuahua se asignó al señor D. Margolis (Der Weg, 1934, 6 de septiembre, p.l). Medios de comunicación Aunque los judíos en Chihuahua no crearon una comunidad, no se mantuvieron ajenos a los problemas de sus correligionarios en Los judíos en el estado de Cliiliuíihun 205 México, en particular, y a los de otras comunidades en el extranjero. Por ejemplo: en 1933 la Cámara Israelita de Industria y Comercio de México, organizó un mitin masivo, donde notificó a los judíos de México sobre la actitud que debían de adoptar contra las persecuciones bárbaras sufridas por los judíos de Alemania. Se decidió que mientras el gobierno alemán continuara con su actual política, y no le devolviera a los judíos de Alemania su estatus de personas y ciudadanos, ningún judío podría adquirir productos germanos (Der Weg, 1933, p.l).

En un anuncio del periódico Der Weg del 6 de julio de 1933 se lee: A los judíos de Provincia: El Comité Único de Ayuda para el establecimiento de los judíos perseguidos de Alemania en Eretz Israel, anuncia a los judíos de las pequeñas ciudades y pueblos donde resulte imposible llevar a cabo una campaña especial, que envíen personalmente su donativo al Comité de Ayuda a nombre de su Presidente, León Sourasky: Apartado 2,700 en México D.F. Cuando el corresponsal del periódico Der Weg, el señor Zeidel (1933) visitó Ciudad Juárez comentó al margen: En Ciudad Juárez, la calle principal es la de 16 de Septiembre. En esta calle hay negocios que ofrecen curiosidades; la mayoría está en manos de judíos asimilados que no mantienen relación alguna con nuestros judíos. Los pocos judíos, “nuestros judíos”, que viven en Ciudad Juárez, se dedican a vender ropa usada. Todos viven en la calle de La Paz, la calle más antigua y la más deteriorada de Ciudad Juárez. Los judíos norteamericanos llaman a esta calle “La calle judía”.

A pesar de que los judíos de la calle 16 de Septiembre no tienen nada en común con los judíos europeos, todos han respondido positivamente al boicot a los productos alemanes. Los negocios cancelaron pedidos de mercancías procedentes de Alemania. Los productos alemanes se convirtieron en “impuros”, como el cerdo, para los judíos ortodoxos (p.4). Los judíos del estado de Chihuahua solían arreglar sus asuntos personales y enterarse de sus congéneres del resto de la República a través de La Cámara Israelita de Industria y Comercio de México y del periódico comunitario Der Weg. Se puede ver que en mayo de 1931 David Pankovsky, quien era dueño de un comercio de calzado y ropa denominado La Ciudad de París, en Santa Bárbara, Chihuahua, y que fi Maty Finkelman de Sommer en febrero de 1932 se trasladó a Parral, en el mismo estado, donde tuvo un almacén de calzado denominado La Favorita, le escribió a la Cámara Israelita de Industria y Comercio de México: A la presente me permito adjudicarles un cheque a cargo del Banco de México, S. A. por la cantidad de $20, suplicándoles se sirvan tomar $15 para la cuota de 5 meses, y los otros $5 les suplico mucho, se sirvan entregar a la redacción “Der Weg” por la suscripción correspondiente al presente año. Al mismo tiempo vengo con la molestia, estoy haciendo trámites para la naturalización mexicana. Ya se encuentra todo en la Secretaría de Relaciones Exteriores y desde el mes de Julio del año pasado he autorizado al Lie. B. L. Ramírez, Guatemala #76 para representante en la misma Secretaría. También he adelantado al mismo Sr. Ramírez la cantidad de $20, que es la mitad de su honorario. Hasta la fecha el Sr. Ramírez no ha hecho nada y me mantiene con puras esperanzas. Según veo que dicho Sr. no se preocupa mucho por mi asunto. Les agradecería mucho que si pudieran Uds. intervenir al Sr. Ramírez para informarme como está, pues ya tiene 8 meses con él sin ningún adelanto y al mismo tiempo para quitarle del Sr. Ramírez y entregarla a la persona indicada. En espero dispensaron por la molestia, como no me es posible de ir solo para México, tampoco tengo una persona que me informe y teniendo la confianza con ustedes por eso me permito a molestarlos (Cámara de Industria y Comercio Israelita de México, 1932, exp.13). El licenciado Ramírez había sido recomendado por la Cámara Israelita de Industria y Comercio de México para facilitar el proceso de naturalización de los nuevos inmigrantes. Inclusive aconsejaba a los interesados a través de las páginas del periódico. Al Sr. M. G. de Ciudad Juárez le informó, por ejemplo, que: “La ley de inmigración prohibe la entrada a mujeres. Aquella mujer que solicite entrar al país debe demostrar que cuenta con diez mil pesos. Para mayores detalles favor de dirigirse a mi dirección particular” (Dcr WL’$, 1932, p. 6). Colectas para campañas Una de las entrevistadas comentó que en Chihuahua, “los que hacían colectas llegaban desde México” (L. Morgenstern de Levín, comunicado personal, 20 de febrero de 1995).

Los judíos en el estado de Chihuahua Durante la Segunda Guerra Mundial se organizó una campaña para ayudar a los hermanos en desgracia: En donativos y colectas se generó un total de $1,480.00, que incluye $100.00, que donó el Sr. Marcos Corona, y $1,355.00 que representa el 50% de la colecta de “El Comité Pro Campaña Unida en Chihuahua y Ciudad Juárez.” (Comité Central Israelita de México, 1932-44, p.47). En 1942 llegaron a Chihuahua líderes sionistas que solicitaron ayuda a los judíos para el Keren Kayemet (institución sionista). Su discurso invitaba a reforzar a Eretz Israel (tierra de Israel), desde donde saldría la ayuda para los judíos de Europa. La comunidad de Chihuahua también cooperó a favor de dicha causa (Undzer Tribune, 1942, p. 59).

Conclusiones

Para concluir, se puede decir que en Chihuahua hubo judíos asimilados, liberales y tradicionalistas. Hasta hoy día se puede considerar a Marcos Russek como el primer judío que llegó a Chihuahua en el último cuarto del siglo XIX. Los hijos de Marcos llegaron a formar parte de las familias de la élite del estado.

Los judíos que arribaron a Chihuahua a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, fueron, en general, de origen alemán y francés. No sintieron deseo alguno de formar una comunidad y, posiblemente, no se identificaron como judíos.

El rabino Martín Zielonka informó que en 1908 vivían en Chihuahua las familias Nordwald, Krakauer y Picard.

Los judíos que llegaron durante los años veinte en busca de una mejor calidad de vida exenta de antisemitismo, posiblemente se sintieron más identificados con el judaismo liberal, al igual que tomaron una actitud más individualista que colectiva, pensando que de esta manera pasarían más desapercibidos, disminuyendo así las posibilidades de un ataque antisemita. Al parecer no generaron -como en el caso de los judíos de Monterrey- un fuerte sentimiento nacionalista, dando por resultado la ausencia de una comunidad judía en Chihuahua.

El grupo de judíos de Chihuahua encontraron en El Paso, Texas, todas las respuestas a sus necesidades religiosas. A esta ciudad 208 Maty Finkelman de Sommer norteamericana acudieron en busca de sinagogas, rabinos y alimentos para las fiestas tradicionales.

A finales de los años treinta, llegó la familia Morgenstern, la que introdujo un poco de tradición entre los judíos de Chihuahua. Miguel Morgenstern o Morgan fue uno de los más grandes comerciantes del norte de la República. Fue recibido por gobernadores, banqueros, e incluso por el Presidente de la República Adolfo López Mateos, pero, a diferencia de los primeros Russek, jamás formó parte de la alta sociedad de Chihuahua.

Los judíos de Chihuahua no obtuvieron o no solicitaron apoyo por parte de la comunidad judía de Monterrey o de la comunidad judía de la Ciudad de México, para formar una comunidad. Sin embargo, fueron una colectividad con una intensa identidad judía y fuertemente solidarios a las causas judías.

Cuando los judíos emigraron del Estado, unos arribaron a la Ciudad de México, y otros, a diferentes ciudades de los Estados Unidos de Norteamérica. Este artículo se presentó en la X Reunión de Historiadores de México, Estados Unidos y Canadá celebrado en Dallas, Texas, del 19 al 22 de noviembre de 1999. Ceremonia para celebrar, a los 13 años del varón, su mayoría de edad religiosa, y en la que éste adquiere responsabilidades ante la Ley Judía.

Notas Bibliografía A.K.A. Cámara de Industria y Comercio Israelita de México, Socios Ciudad, de Green a Shabot, Exp. 13. A.K.A. Comité Central Israelita de México, Ramo: Refugiados.

Serie:

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México: Universidad Iberoamericana. Krausse, A. C. (1987). Los judíos en México. México: Universidad Iberoamericana Las acciones de Pro-Raza se extienden por la provincia. (1934,12 de abril) Der Weg año 5 (263), 1. Mil canadienses van a colonizar Chihuahua. (1933, 17 de agosto). Dcr Weg, año 4 (229), 1. Mitin Masivo de la Cámara Israelita de Comercio. Decreta un boicot contra los productos alemanes. (1933, 8 de junio). Der Weg, año 4 (219), 1. Negociaciones para establecer en Chihuahua a 50,000 veteranos de Guerra. (1932, 9 de septiembre). Der Weg, año 3, (174), 4. Rapoport, M. (1933, 20 de abril). El Desarrollo de la Comunidad Judía en Monterrey. Der Weg, año 4 (121), 5. Wasserman, M. (1993). Persistent Oligarclis, Élites and Politics in Cliilnialnia, México 1910-1940. Estados Unidos: Duke University. Zeidel, A. (1933, 25 de mayo). Chihuahua. Dcr Weg, año 4 (217), 2. Zeidel, A. (1933, 8 de junio). Ciudad Juárez. Der Weg, año 4 (219), 4.

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