Keanu Reeves regresa a la pantalla, con esa versatilidad que siempre le ha sido característica, desde que hacía papeles estúpidos de gran tonto, y hasta cuando fue lanzado en plan grande (aunque por poco tiempo), al lado de su entrañable amigo River Phoenix, en aquél clásico “MI OWN PRIVATE IDAHO”
¿Quién no recuerda a Keanu en la zaga de Matrix, por sólo mencionar algo de su interesante carrera actoral?
Pero bueno, ahora lo tenemos interpretando a JOHN WICK, un sicario retirado, quien durante el proceso de luto por la muerte de su esposa, es vejado por la pandilla del hijo de un gran mafioso.
Con su auto robado y su perro muerto, se desata la furia guardada de un inclemente asesino, temido hasta por el mismo capo, padre de quien se atrevió a sacudir su vida de jubilación.
Se desata una tremenda matanza, con varios sicarios persiguiéndolo, gracias a la jugosa recompensa ofrecida.
El única detalle es que hasta el asesinato tiene sus reglas ¡que no pueden romperse!
Acompaña a Keanu Reeves, nada menos que Willem Dafoe. ¿De enemigo o de aliado? o ¿De ambas cosas? ¡Quien sabe! Es mejor ver la película.
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