A partir de la salida de la primera estrella, mañana comenzará Simjat Torá, festividad que marca el día en que se finaliza la lectura de los sagrados rollos de la Torá y se comienza a leerlos nuevamente.
Para destacar el significado de esta conmemoración, el rabino de AMIA, Eliahu Hamra, reflexionó sobre el desafío que esta fecha propone para elevarnos por encima del dolor. “Nos lo debemos a nosotros mismos, a nuestros hijos, a la fuerza vital que llevamos dentro, y a nuestro futuro como pueblo judío”, destacó en el mensaje que dirigió a toda la comunidad.
Simjat Torá: El llamado a elevarnos por encima de los sentimientos dolorosos
Por Eliahu Hamra, rabino de AMIA
La festividad de Simjat Torá, que comienza mañana, marca el día en que terminamos la lectura de los sagrados rollos de la Torá y comenzamos a leerlos nuevamente.
En las sinagogas, cada semana leemos la parashá, palabra con la que nombramos a cada uno de los fragmentos de los cinco libros que componen la Torá.
Su lectura está organizada de tal manera que, a lo largo del año, cumplimos el ciclo completo, que termina hoy con la última parashá (“Vezot Habrajá”). La lectura comienza nuevamente con “Bereshit”, la primera parashá que compartiremos.
Este año recibimos Simjat Torá, nuevamente con pesar y estremecimiento, tras haberse cumplido un año de la masacre de Hamás y rezando por la liberación de las 101 personas que aún permanecen cautivas a manos del grupo terrorista.
Desde hace un año, compartimos noticias fatídicas, preocupación y ansiedad, pérdidas dolorosas, tristezas y angustias.
¿Cómo, en medio de estas emociones que nos atraviesan, celebraremos y nos alegraremos en la festividad que hoy comienza? Éste es el gran desafío que tenemos por delante: elevarnos por encima de los sentimientos dolorosos y concentrarnos en la alegría.
Es importante recordar que la “Torá” no se reduce simplemente al pergamino y a sus letras, sino que es una realidad espiritual y eterna, que es la raíz de toda existencia, una realidad que reside entre los signos escritos con pureza y santidad.
Según se explica en los textos cabalísticos, el alma de cada persona tiene una raíz en esa Torá, y cada uno de nosotros tiene una letra que le corresponde en el Sefer Torá, pues el nombre de cada judío está escrito en ella.
Por lo tanto, debemos internalizar que nuestra capacidad de mantener la cabeza erguida, por encima de los trágicos hechos que estamos viviendo, se encuentra precisamente en este día especial en el que ocurrió la tragedia.
Simjat Torá es el día en que expresamos, mediante nuestra gran alegría, la gratitud por la Torá que Di-s nos ha dado. Ella es perpetua, es nuestra alma y el espíritu de nuestra vida, que nos convierte en el pueblo eterno. La Torá nos destina un plan divino para iluminar la palabra de Di-s en el mundo, y cada uno de nosotros cumple con su parte en este propósito, allí donde se encuentre.
La Torá nos fue entregada en el desierto. ¿Por qué? Lo lógico sería que hubiera sido dada cuando ya estuviéramos establecidos en nuestra tierra, seguros y tranquilos. Sin embargo, se nos entregó en un lugar desolado, sin vida, un lugar donde todo está inmóvil. Justamente fue allí, para arraigar en nosotros el conocimiento de que el propósito de la Torá es apoyarnos en nuestras dificultades, y ser el rocío de vida tras la devastación. La Torá es la que nos da la fortaleza y el valor para levantarnos.
Precisamente las muchas dificultades que hemos vivido este último año nos hacen regresar y abrazarla con más fuerza. De la fuerza misma de la Torá obtenemos el poder espiritual para seguir adelante. La alegría más profunda es la que surge después del dolor, como dice el versículo en los Salmos: “Alégranos conforme a los días que nos ha afligido”. Y la alegría que surge tras el dolor es una alegría que llega hasta lo más profundo del corazón, y que puede hacernos llorar. Por eso, este año abrazaremos la Torá con más fuerza y bailaremos –como señala la tradición– con los rollos de la Torá, en medio de una alegría que también contiene lágrimas.
En memoria de todas las personas que fueron asesinadas, y orando por el regreso a casa de todos los secuestrados, elevaremos nuestras plegarias, este año, con los rollos de la Torá en nuestras manos.
El pueblo judío es un pueblo resiliente. Ese poder tiene su raíz en nuestra conexión con la Torá, que es de origen divino y que es eterna.
En Simjat Torá, recordamos el profundo vínculo que existe entre el pueblo de Israel, la Torá de Israel y el Di-s de Israel, que es la fuente de nuestra alegría y esperanza. Gracias a este lazo sagrado, estamos seguros de que superaremos todos los desafíos. Seguiremos floreciendo y prosperando hasta la redención verdadera y completa.
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