El miércoles 12 de junio (comenzando la noche anterior) y el jueves 13 de junio (6 y 7 del mes hebreo de Siván) los judíos celebraremos la festividad de Shavuot (=semanas). El nombre recuerda las siete semanas que la separan de la Pascua hebrea. Se evoca en este día la entrega de los Diez Mandamientos y el resto de las leyes de la Torá a Moisés para que este la transmita al pueblo hebreo y al mundo. Un hecho fundacional en la historia espiritual de la humanidad.
La Biblia no señala en qué año fue entregada la Torá, ni siquiera el día o el mes exacto (sino, indirectamente, “siete ‘semanas’ o 49 días después…”). Y el lugar elegido fue el Monte Sinaí, una “tierra de nadie”. Estos hechos fueron interpretados como índice de que todas las generaciones y todos los pueblos (que deseen aceptarla) son depositarios de la misma.
En el Sinaí se generaron las ideas del monoteísmo ético, de igualdad de los seres humanos ante el Creador, respeto por el extranjero, la viuda y el huérfano, del derecho al descanso semanal, el cuidado de la naturaleza y la obligación de solidaridad con los semejantes. Creencias que hoy, a través de las grandes religiones monoteístas (cristiana, musulmana y judía), representan los ideales de la fe religiosa –todavía hoy muy lejos de ser alcanzados- de media humanidad.
Es interesante el comentario que se realiza respecto de este nombre de la festividad traducida como “época de la entrega de nuestra Torá”. Más lógico hubiera sido llamarla “Época de recibimiento de nuestra Torá”. La interpretación que se ha dado es que en cada generación se nos ofrece la Torá y cada generación debe recibirla.
¿Cómo se festeja en la actualidad? Los judíos observantes se reúnen durante la noche de esta festividad para pasar en vigilia hasta el amanecer con oraciones y plegarias. Además de los servicios en la sinagoga se acostumbra a comer alimentos lácteos. La explicación es que al salir apresuradamente de Mizrahim (Egipto) los hebreos tuvieron que conformarse un plato rápido preparado con leche a lo que la tradición le agrega miel o azúcar, en memoria de la dulzura de la Torá. Otra explicación es que la Torá se asemeja a la leche y la miel. Debe también recordarse que la tierra de Israel es descripta como el lugar donde mana leche y miel.
En estos días también rogaremos por la paz en el Medio Oriente y el retorno de los rehenes a sus hogares.
El mundo actual nos ha vuelto esclavos de la moda, del celular, de las redes sociales, del consumismo, de los fetiches de turno. En el siglo XXI se siguen profundizando las diferencias entre los países ricos y los países pobres. Unos ochocientos millones de personas pasa hambre todos los días mientras una minoría derrocha comestibles y recursos. Uno de los mensajes de la Biblia hebrea es precisamente el del retorno al humanismo y al compromiso con el prójimo. Y es importante recordar la célebre expresión de Alain Finkielkraut: “Lo humano en el hombre no es un elemento de la naturaleza sino una cualidad precaria, siempre sujeta a desaparición”.
Es síntesis, en el Sinaí nació la ética bíblica, fundamento de nuestra civilización, un hecho que merece ser recordado, por lo Shavuot celebra el día que será recordado por el resto de los días.
(*) Presidente del CIDICSEF
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