La única “venganza” posible del pueblo judío

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Este miércoles se llevó a cabo en Babi Yar, Ucrania, una impactante ceremonia recordatoria de la matanza perpetrada por los nazis allí hace 80 años. Una de muchas masacres de judíos en aquellos años oscuros de Europa, pero una especialmente terrible. El anfitrión, el Presidente de Ucrania Volodimir Zelensky, junto al de Alemania Franz-Walter Steinmeier y al de Israel Itzjak Herzog, honró la memoria de las víctimas y condenó el antisemitismo.

80 años después, se volvió a recordar, esta vez de forma especial.

Nunca nos gustó la palabra “venganza”. El imperativo de no olvidar los crímenes de los nazis contra el pueblo judío, es moral, no vengativo . Aún así, podemos entender a aquellos que después de aquel horror en el que se perdieron familias enteras, pensaban en venganza.


Pero afortunadamente, respondiendo a los valores del pueblo judío, esa no fue la realidad. No Esa venganza. La respuesta del pueblo judío fue mucho más fuerte y poderosa de lo que puede concebirse al escuchar y escribir esa palabra. Mucho más fuerte que las balas. La vida, esa fue la venganza. Mientras recordaba, siguió adelante. Las víctimas construyeron familias y les enseñaron a vivir . No fue fácil. Pero fue la única opción posible.

Y lo traemos a colación ahora, al cumplirse el octogésimo aniversario de la terrible matanza de Babi Yar en Ucrania, la peor masacre de los nazis -si se considera la cantidad de asesinados en el lapso de tiempo indicado-: más de 30.000 víctimas en dos días. Baleados junto a fosas comunes uno a uno en la víspera de Iom Kipur, el Día del Perdón, el más sagrado del calendario judío. A los bebés simplemente los tiraron a la fosa.

Escribimos y se nos hace un nudo en la garganta. No sólo de dolor sino de horror, más allá del hecho de que esas víctimas eran nuestros hermanos. ¿Cómo es posible? ¿Cómo puede un ser humano hacer algo así?

El otrora Gran Rabino de Israel, el Rabí Israel Meir Lau, sobreviviente de Buchenwald, contó una vez que en la pared de una cámara de gas en Birkenau encontró una palabra escrita en letras hebreas, en yiddish, con las uñas de una de las víctimas, con sus últimos suspiros: “Nekúme”. Venganza.

Este miércoles, al inaugurarse en Babi Yar el gran centro recordatorio de aquella matanza, llegó otra expresión de la “nekúme”. Los Presidentes de Ucrania, el anfitrión, y de Alemania, honraron la memoria de las víctimas de la Shoá y al huésped especial, el Presidente de Israel, recibido con todos los honores, como Primer Mandatario del Estado judío, soberano e independiente, desarrollado, ilustrado, innovador, pujante.

Aquel judío que con sus últimos suspiros escribió “Nekúme” seguramente no concibió qué forma tendría esa venganza…la única venganza que el pueblo judío puede concebir. La de la vida que se impuso sobre la muerte.

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