Al finalizar el 2010, la Oficina Central de Estadísticas (LMS, en hebreo) de Israel publicó todo tipo de datos interesantes sobre lo sucedido en el Estado este último año. Batiendo récord histórico, tres millones doscientos setenta y cinco mil setecientos turistas visitaron Israel. La gran mayoría (poco más de dos millones) procedían de Europa, seiscientos noventa y dos mil de Norteamérica y otros ciento dieciséis mil de América Latina. El país latino con más visitantes fue Brasil (casi cincuenta y un mil turistas) y le siguieron México (veintitrés mil), Argentina (veintidós mil) y Colombia (once mil). La LMS no destacó la orientación religiosa de los turistas, pero todos sabemos que los peregrinos cristianos son quienes hacen crecer los números.
El turismo judío a Israel, lamentablemente, no abunda. Sin embargo, cada vez son más los grupos de jóvenes que vienen aquí en algún marco educativo con el objetivo principal de conectarse con sus raíces y fortalecer su identidad judía. ¿Es esto necesario? Si nos basamos en los análisis que publica la Agencia Judía en los últimos años, claro que sí. El cincuenta por ciento de los matrimonios en el mundo judío es de parejas mixtas (léase un judío con un no judío). No es necesario ser experto en números para darse cuenta de que en una o dos generaciones más, el mundo judío se reducirá drásticamente.
Como judío, estos datos me alteran. Tan fascinante historia, tantos años de anhelo hacia la Tierra Prometida, tantos logros en los últimos sesenta y tres años desde la creación del moderno Estado de Israel… me daría rabia saber que todo esto fue en vano. Tal vez es esta la razón que me impulsa a seguir dedicando mi vida a la educación judeosionista. Hace más de siete años trabajo con los jóvenes judíos de la diáspora. Jóvenes porque son el futuro. Judíos porque es el pueblo al que pertenezco. De la diáspora porque ahí me crié y tengo la ventaja de dominar el idioma.
MASA es un proyecto creado por el Estado de Israel y la Agencia Judía precisamente con el propósito de acercar Israel a jóvenes judíos de entre dieciocho y treinta años. Millones de dólares invertidos año a año en becas para programas de cinco a diez meses de duración. Cuando estuve de shlijut en Buenos Aires en el 2007, MASA recién comenzaba. Recuerdo lo maravillado que estaba promocionando programas muy subvencionados para visitar Israel. Yo quería que fueran todos, que nadie se lo perdiera. No fue tarea fácil. Convencer a la gente de dejar su rutina y vivenciar una experiencia única al otro lado del mundo cuesta mucho.
Hoy, varios años después, sigo sin entender cómo alguien puede perderse esta oportunidad. ¿Acaso los jóvenes no ven el regalo y la posibilidad que se les ofrece? Son de esas cosas que se dan solo una vez en la vida y, si no se aprovechan, se pierden. Conocer verdaderamente Israel, en todos sus aspectos, está hoy al alcance de la mano.
Con más de cinco mil “like” en Facebook y cuarenta y dos mil videos observados en su canal de YouTube, MASA es actualmente el mejor proyecto para que un joven judío pueda experimentar Israel. Las becas se ofrecen para más de ciento cincuenta programas: académicos, de estudios judaicos, pasantías laborales, gap year y hasta programas personalizados en los que cada uno elije qué es exactamente lo que le gustaría hacer durante su estadía en Israel.
Mi visión es la de un pueblo judío comprometido con nuestras tradiciones y con la tierra de nuestros antepasados. Mi deseo es ver miles de jóvenes vivenciando este país para poder transmitir la experiencia a sus compañeros en el extranjero. Mi esperanza es que la gente logre contagiarse de esta cosa mágica que llamamos el Estado de Israel.
Fuente:nmidigital.com
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