El 9 de octubre de 1981, el juez Thomas T. Johnson de la Corte Superior de Los Ángeles, Estados Unidos, dictaminó de una vez y para siempre que los judíos sí habían sido asesinados en cámaras de gas en el campo de exterminio Auschwitz. Fue la primera vez que una corte americana acepta que la existencia del Holocausto es algo que no necesitaba ser probado en un juicio.
La “nota judicial” del juez, que acordaba la incontrovertibilidad del hecho de que los judíos habían sido asesinados con gas en Auschwitz, surgió en el caso del sobreviviente Mel Mermelstein. Él había demandado al Instituto de Revisión Histórica, un grupo revisionista, cuando se negó a pagarle la suma de 50.000 dólares, que había prometido por “pruebas verificables de que las cámaras de gas con el objetivo de asesinar humanos existían en el campo de exterminio”.
La declaración judicial no marcó el final de los procedimientos de la Corte pero garantizó virtualmente que Mermelstein ganara su caso en el juicio.
El sobreviviente había acudido al instituto cuando este anunció un premio de 50.000 dólares a cualquiera que pudiera probar que judíos fueron asesinados en Auschwtiz. Él entregó una copia de sus memorias de 1977 y otros materiales.
Artículos Relacionados: