Al menos 31 personas han muerto en los últimos dos días en combates entre el Estado Islámico (EI) y el ejército sirio cerca de la ciudad monumental de Palmira, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La ONG apuntó que al menos 18 jihadistas han perdido la vida por los bombardeos y disparos de artillería de sus oponentes, así como en los choques contra los soldados, que están respaldados por el grupo terrorista chií libanés Hezbollah.
En el bando de los leales al presidente sirio, Bashar al Asad, al menos cinco efectivos gubernamentales y un combatiente de Hezbollah han fallecido en los enfrentamientos.
A estas víctimas mortales se suman siete militares sirios que perecieron por la explosión de un coche bomba de los extremistas en el pueblo de Sharifa, en el este de la provincia central siria de Homs, donde se ubica Palmira.
Los combates se desarrollan en varios puntos como Sharifa, la zona desértica próxima a Palmira y el aeropuerto militar T4, donde las fuerzas armadas tratan de recuperar el terreno perdido frente a los extremistas.
El Estado Islámico retomó Palmira, cuyas ruinas grecorromanas son Patrimonio Mundial de la Unesco, el pasado 11 de diciembre, días después de lanzar una ofensiva contra posiciones del ejército en el este de Homs, fronteriza con Irak.
La primera vez que los jihadistas conquistaron la urbe fue el 20 de mayo de 2015, pero fueron expulsados diez meses después por los soldados sirios, apoyados por la aviación rusa.
Palmira fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes de la época y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.
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