Entre los heridos hay al menos 23 agentes y la Policía ha empleado granadas aturdidoras y gas pimienta para dispersar a los manifestantes, concentrados a millares. La protesta ha provocado cortes de tráfico en el centro de la ciudad y en la autopista de Ayalon, cortada durante tres horas.
Después los manifestantes se concentraron en la plaza Rabin, donde se encuentra la sede del gobierno municipal, donde estallaron los enfrentamientos con la Policía. Los manifestantes, algunos de ellos con la cara cubierta, lanzaron cascotes y botellas contra los agentes.
“Un policía violento debe ser encarcelado”, clamaban los miembros de la comunidad judía etíope israelí, secundados por activistas sociales y con las manos en alto y cruzando las muñecas simulando un arresto.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, se ha reunido con el ministro de Seguridad Pública, Yitzhak Aharonovich, en la noche del domingo y ha hecho un llamamiento a la calma. “Se pueden estudiar todas las demandas, pero no hay cabida para la violencia”, ha argumentado.
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