Con esta frase tan coloquial, es que hoy quiero llamar la atención en cuanto a la ardua labor que está realizando el Papa Bergoglio, al declararle una guerra sin tregua ni descanso, al flagelo de la pederastia dentro de la Iglesia Católica en todo el Mundo. Ya que en el último tiempo, ha sancionado y expulsado a Obispos y Sacerdotes en Chile, Estados Unidos, Irlanda, España y además Costa Rica, donde la semana pasada se incluyó entre los sancionados, al máximo representante que tiene este país ante la iglesia católica, Monseñor José Rafael Quirós, quien ya no asistirá a la Cumbre Mundial sobre Pedofilia que convocó el mismo Papa, este jueves 21 de febrero en Roma.
Lo anterior, debido a que Monseñor Quirós, fue denunciado ante la Nunciatura del Vaticano en el país centroamericano, por el supuesto encubrimiento de una serie de abusos sexuales de los cuales fueron objeto, nueve jóvenes ex monaguillos, mismos que señalan al sacerdote Mauricio Víquez Lizano, como el responsable de tales hechos, pesando sobre este, nueve denuncias canónicas y un caso judicial por violación y abuso sexual, hechos conocidos por el Arzobispo en su momento, quien guardó silencio.
Las denuncias se fundamentan en que el actual Arzobispo de San José de Costa Rica, conoció estas acusaciones desde el año 2003, cuando fungía como Vicario General de la Arquidiócesis de San José y según lo expuesto por los jóvenes, no hizo nada al respecto en el sentido que lo único que expresó Quirós, fue que el cura Mauricio Víquez Lizano, tenía problemas “Psicológicos” y que por tanto, lo que podían hacer era brindarles a las supuestas víctimas una “guía espiritual”, ante tales hechos de violencia sexual.
Por ello, la lucha es honorable en relación con la exposición sobre los casos de pederastia dentro del Clero, por parte del llamado Papa Francisco, quien pese a todo y a todos, ha seguido adelante, abanderando esta noble causa, alzando la voz por aquellos que no la tienen. Ya que otros se han encargado de silenciar a las víctimas por décadas, hasta el punto en donde prescriban los actos de violación de que fueron objeto, cientos o hasta miles de jóvenes alrededor del Mundo, los cuales nunca a pesar del paso de los años, han guardado silencio.
Especial para el Diario Judío.com de México.
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