Dirigente calificó la situación como “muy grave”, ya que se está utilizando el antisionismo como una forma disfrazada de poner en práctica acciones antijudías, especialmente en el ámbito universitario.
Antisemitismo disfrazado de antisionismo. Esta es la estrategia que están usando los activistas palestinos en Chile, especialmente a nivel universitario.
El diagnóstico del presidente de la CJCh, Shai Agosin, es lapidario, y revela un desafío que, según explicó, hay que asumir con fuerza en forma inmediata, particularmente tras una serie de incidentes registrados las últimas semanas.
-Estamos en torno a fechas importantes de nuestro calendario, cómo Iom Hashoá y Iom Haatzmaut. ¿Qué nos puedes comentar al respecto?
-Creo que estas fechas son exactamente como es el judaísmo, que está compuesto de alegrías y también de tristezas. Nada más bello que estar celebrando los 70 años de Israel y por otro lado no podemos olvidar el pasado y los costos que de alguna forma ha tenido el ser judío, entre ellos sin lugar a dudas la Shoá, una de las épocas más oscuras que hemos vivido como pueblo.
-¿Cómo calificarías el actual momento que vive la comunidad judía en Chile?
-Habría que dividir la respuesta en dos partes. Por un lado, está la parte interna de la comunidad judía, donde se está haciendo una labor maravillosa en todas las instituciones y por eso tenemos que estar muy orgullosos. A veces falta mirar el trabajo y sentirnos orgullosos de lo que se está haciendo: tenemos muchas instituciones que hacen un tremendo aporte a la vida judía y a todo Chile. Y por otro lado está la parte externa de la comunidad judía, y ahí diría que nos está faltando mayor participación ciudadana, pues los judíos deberíamos ocupar más espacios y de alguna forma ser más activos en lo que ocurre en el país, sobre todo en el ámbito político y de la vida pública.
-De acuerdo a la realidad política, económica y social de Chile, ¿cuáles serían a tu juicio los grandes desafíos que deberíamos afrontar como comunidad judía en el futuro?
-Sin duda alguna estamos viviendo una situación grave, que se aprecia especialmente entre la juventud y en el mundo universitario, y eso resulta significativo pues históricamente ha marcado en Chile lo que vendrá en el futuro. Lo que viven los jóvenes ahora será lo que se vivirá en todo el país en algunos años más. Hoy vemos principalmente en las universidades un nuevo tipo de antisemitismo, el antisionismo. En algún momento nuestro pueblo fue perseguido por razones religiosas en la Inquisición, luego fue perseguido por razones racistas en la Shoá y hoy día es por motivos nacionales, por nuestra Medinah, por Israel, y entonces el antisemitismo se ha transformado en antisionismo.
“Los últimos hechos ocurridos nos demuestran que, si no tomamos acciones rápidamente y en conjunto, nos veremos involucrados en ciertas situaciones terribles en el ámbito universitario y mañana en la vida adulta. Cuando vemos que un muchacho judío que se va a presentar como consejero en una universidad recibe ataques tildándolo de sionista y cuando la Fech rechaza una invitación de los estudiantes judíos a visitar el Museo Interactivo Judío por ser sionistas, entonces estamos ante una situación de gravísima, porque es una forma de discriminación tremenda. Falta muy poco para que se cuestionen empresas sionistas y profesionales sionistas. Las organizaciones internacionales judías están muy preocupadas por la situación que ocurre en Chile, incluso ya salió una columna en El País de España, donde el AJC menciona la situación de nuestro país.
-¿Cómo compararías la experiencia que tuviste en tu periodo anterior como presidente de la comunidad y la situación que ves hoy en día respecto del antisemitismo?
-Ha habido un cambio cuantitativo y cualitativo respecto del antisemitismo en Chile, especialmente en ciertos grupos que confunden la libertad de expresión y no saben lo que es el sionismo y lo están convirtiendo en una excusa para el antisemitismo. En ese contexto, tenemos el caso del señor Cafenna, que, si bien representa una minoría, es una señal de que los antisemitas están ahí, existen y constantemente están atacando a la comunidad judía de forma bastante violenta. Y paralelamente tenemos a entidades como la Unión General de Estudiantes Palestinos y la Federación Palestina que ya confundieron su causa y hoy día son movimientos mucho más cercanos a Hamas que a la Autoridad Palestina.
-¿Qué feedback has recibido de los jóvenes universitarios judíos? ¿Cómo se sienten en las universidades en este momento?
-Yo te diría que en la vida universitaria judía tenemos dos tipos de jóvenes. Hay algunos que de verdad no se dan cuenta de lo que está ocurriendo ni de lo que puede venir en el futuro y otros que lo están pasando realmente mal, como el caso de Jorge Testa, que me parece emblemático y nos augura que mañana ningún judío va a poder tomar un cargo público universitario y tal vez a nivel político sin enfrentar la discriminación y el boicot. Entonces, es una situación gravísima y tenemos que abrir los ojos y dar la pelea, porque no hay que esperar que sea demasiado tarde.
-¿Qué finalidad tiene a tu juicio la estrategia de diferenciar entre antisemitismo y antisionismo? ¿Tal vez generar una fractura entre la diáspora judía e Israel?
-Efectivamente, la diáspora judía apoya a Israel y los judíos en un 99% somos sionistas. Por eso resulta contradictorio decir soy antiisraelí o antisionista, pero no soy antisemita. Por una parte, creo que se pretende lograr una separación entre Israel y las comunidades judías, pero por otra parte también hay una intencionalidad de antisemitismo puro, ya que hoy día es muy barato ser antisionista, pero en cambio ser antisemita no es tan sencillo, porque es mal visto discriminar por razones religiosas en el mundo actual.
-Pareciera que algunos quieren un país sin judíos…
-Bueno, hemos visto casos emblemáticos en esta línea. Por ejemplo, aquellos que inventaron lo del Plan Andinia, que se sigue arraigando en la creencia popular de Chile. Por eso creo que tenemos que dar la lucha, entendiendo que nosotros como judíos no tenemos que creernos la narrativa palestina, el cuento de la ocupación o del apartheid, porque perdemos fuerza y perdemos identidad. Tenemos que partir entendiendo que Israel tiene todo el derecho a vivir en fronteras seguras como estado judío.
-¿Qué herramientas tiene la CJCh para enfrentar estos sucesos a nivel universitario, de redes sociales o en otros ámbitos?
-En la CJCh, como ente representativo, estamos habituados a trabajar estos temas con las distintas instancias del Estado chileno, pero obviamente nos faltan manos y nos faltan recursos. Creo que la comunidad hoy día tiene que despertar y darse cuenta que tenemos un desafío grande, y ese desafío es la continuidad de la vida judía en Chile.
-¿Y cómo se despierta frente a eso? ¿Lo hacen las instituciones o lo hacen las personas en forma individual, cuál es el llamado que hacen ustedes?
-Antes que nada, es una responsabilidad personal, cada uno debe trabajar desde lo más profundo en combatir el antisemitismo. Por otra parte, las instituciones comunitarias tienen que llamar a sus miembros a estar activos en todo sentido, frente a los estímulos externos, frente a las redes sociales, estudiando, respondiendo, etc. Y en las universidades siento que todos los jóvenes judíos deben participar en la FEJ para tener verdaderos embajadores en cada universidad.
-Si un estudiante o un profesional judío se siente discriminado o violentado en su condición judía, como ha sucedido en el caso de Jorge Testa, ¿qué puede hacer la CJCh para apoyarlo?
-Estamos detrás de toda la gente de la comunidad, estamos atentos y preparados y vamos a apoyar a cualquier individuo de nuestra comunidad que tenga la necesidad de enfrentar acciones antisemitas o “antisionistas”, porque lo hemos hecho en el pasado y lo estamos haciendo constantemente, ya sea a través de tribunales o de apoyo directo en distintas instancias.
-Sabemos que el antisemitismo, si bien pareciera dirigirse sólo a los judíos, finalmente es un síntoma de un problema mayor a nivel nacional. ¿Qué rol deberían jugar los diversos actores de la vida nacional frente a este fenómeno?
-Nosotros estamos trabajando en forma constante para entregarle información a todas estas instancias públicas, grupos religiosos y sociedad civil en general, para que sepan lo que está ocurriendo, y ademas cada actor de la vida publica debe tener una posición más activa y no hacer la vista gorda. Por ejemplo, me parece lamentable que 90 diputados del Estado chileno hayan votado un proyecto de acuerdo que condena a Israel en el cual se banaliza la Shoá. Acá hay una responsabilidad no sólo con la comunidad judía, sino con los inmigrantes, las minorías sexuales y con todo grupo que haya sido objeto de discriminación. Es un camino largo, pero siento que se ha avanzado y que la comunidad judía ha sido protagonista de estos avances, tanto en la Ley Contra la Discriminación como en el Proyecto de Ley Contra la Incitación a la Violencia.
-¿Qué responsabilidad le cabe a la calle palestina en este clima de antisemitismo, entendiendo que presumiblemente una gran mayoría tiene una posición más moderada y conciliadora que el actual liderazgo?
-Definitivamente toda la comunidad palestina en Chile tiene la responsabilidad de no seguir importando el conflicto. Lamentablemente está creciendo el grupo de gente más extrema, pero todavía hay muchos que quieren vivir en paz en Chile y en ese sentido las instituciones palestinas tienen una responsabilidad. Creo que Belén 2000 tiene una responsabilidad en términos de que sus reivindicaciones no se pueden transformar en una denostación del pueblo judío y del Estado de Israel. Nosotros, como comunidad judía, creemos en dos estados para dos pueblos con fronteras seguras. En innumerables oportunidades hemos invitado a dialogar a la gente de la Federación Palestina y de Belén 2000, pero ha sido imposible y eso es lamentable, porque nuestro mensaje es que debemos ser exportadores de la paz y no importadores del conflicto.
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