La orquesta dirigida por el argentino israelí Daniel Barenboim, que reúne a músicos israelíes, palestinos y de otros países del Medio Oriente, se presentó esta semana en Nueva York con un espectáculo que transmitía un mensaje de paz a un Estados Unidos golpeado por el antisemitismo y la división política.
La Orquesta West-Eastern Divan, que nació en 1999 de la mano de Barenboim y del intelectual palestino Edward Said, deleitó con su música clásica en una presentación de Don Quijote en el Centro Kennedy para las Artes Escénicas en Washington.
“Estamos buscando algo casi imposible, pero aún así lo intentamos”, dijo Kian Soltani, de 26 años, un violoncelista irlandés austriaco que forma parte de la agrupación.
La orquesta abrió su programa con el poema sinfónico de Richard Strauss “Don Quijote”, inspirado en la novela de principios del siglo XVII sobre el romántico caballero errante que combate a los tiranos imaginarios.
En muchos sentidos, la pieza es una metáfora de la propia orquesta, interpreta el cronista del diario The Times of Israel.
“Si alguien nos dijera que la paz en el Medio Oriente era imposible, dejaríamos de luchar. Pero seguiremos así porque creemos que es posible”, dijo Soltani, quien desempeñó el papel principal.
Por más quijotesco que sea, el proyecto está realizando su primera gira americana de costa a costa justo cuando Estados Unidos se recupera de una serie de crímenes de odio mortales.
La política y la guerra han frustrado el objetivo de actuar en todos los países de origen de los miembros. Hubo un concierto en la ciudad cisjordana de Ramallah, en 2005, y ninguno en Israel.
“Es una pena”, lamenta la violista Miriam Manasherov, de 37 años, en declaraciones a la agencia AFP.
“El día en que podamos jugar todos en Israel o en los otros países árabes a los que no puedo ir, será un gran éxito”, agrega.
Ella interpreta al rotundo Sancho Panza, quien apoya a su maestro que se volvió loco mientras persigue sus ideales sobre el amor, la justicia y la paz en un mundo feo.
La pareja también realizó con sus secciones para la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky, que evoluciona de la oscuridad a la luz en cuatro movimientos vinculados por un tema recurrente de “Destino”.
En “Don Quijote”, el héroe finalmente abandona su sueño, regresa a casa y muere entre sus seres queridos. La orquesta espera marchar hacia un futuro diferente.
Barenboim dice que el proyecto dejó un sello “excelente” desde lo musical.
“Ha cambiado la actitud de cada persona que ha pasado por esto. Eso es aproximadamente 1,000 personas”, dijo el músico nacido en la Argentina.
La primera gira de la orquesta por los Estados Unidos de Costa a Costa es una especie de regreso a casa para Barenboim, de 75 años, quien dejó de ser el director de la Orquesta Sinfónica de Chicago en 2006, después de más de cuatro décadas que también lo vieron como director y pianista.
La gira continuará por Nueva York, Berkeley, California y Los Ángeles.
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