El foco se centra en dos estudiantes judíos, Max Long y Michael Kaminsky, quienes presentaron una demanda contra la universidad. La razón: un violento ataque ocurrido el pasado noviembre, del cual, según la demanda, la universidad no les brindó la protección adecuada.
Long, estudiante de primer año y reservista de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), afirma que fue atacado por dos hombres enmascarados mientras expresaba su opinión sobre el antisemitismo. El ataque, grabado por cámaras de seguridad, le causó una conmoción cerebral. Kaminsky, quien intervino para ayudar a Long, sufrió una lesión en la muñeca que requirió cirugía.
Según la denuncia, un agente de seguridad de DePaul presente en el momento del incidente no intervino para auxiliar a los estudiantes. “La demanda busca responsabilizar a DePaul por no haber protegido a sus estudiantes judíos”, declaró Jaclyn Clark, abogada del Proyecto Lawfair, quien representa a los estudiantes.
La situación se agrava por el hecho de que ambos estudiantes habían reportado previamente a la universidad incidentes de antisemitismo dirigidos hacia ellos y otros compañeros. “DePaul me ha fallado, no solo como estudiante, sino como ser humano”, lamentó Long, añadiendo que “las universidades se supone que son espacios de información, seguridad y diálogo. Pero, en cambio, se convierten en plataformas para el miedo, la dictadura de las multitudes y la censura”.
Kaminsky corrobora la situación, afirmando que continúan recibiendo amenazas y ataques antisemitas, y que la universidad, a pesar de los reportes, “sigue insistiendo en que no hay nada que puedan hacer”.
Los abogados esperan que la demanda obligue a DePaul, y a otras universidades del país, a implementar medidas más efectivas para proteger a los estudiantes judíos. La policía de Chicago, por su parte, continúa investigando el ataque y buscando a los responsables.
La Universidad DePaul aún no ha emitido una declaración oficial en respuesta a la demanda.
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