La semana pasada, un juez del tribunal federal alemán dictaminó que la pintura de un coleccionista no sería eliminada de la base de datos de arte perdido donde se rastrean las pinturas que fueron robadas, saqueadas o separadas de sus legítimos propietarios judíos durante el régimen nazi.
El coleccionista propietario de la obra, quien la adquirió en 1999 en una subasta en Londres, alegó que la inclusión de la obra en la base de datos de arte perdido atentaba contra su propiedad, ya que la Fundación a la que la prestó para ser exhibida la enlistó sin consultarle, por lo que pidió que desistan de reivnidicar su propiedad de la obra o se les ordene retirarla de la base de datos.
La pintura en cuestión es la Costa de Calabria del artista alemán Andreas Achenbach, creada en 1861.
El tribunal sentenció que el anuncio de propiedad cultural desaparecida en la base de datos de arte perdido, no presenta un atentado contra la posesión ni le da derecho al propietario actual a pedir que sea removida, ya que quienes la enlistaron nunca afirmaron ser dueños legítimos de la pieza.
Esta perteneció al coleccionista de arte judío-alemán Max Stern, quien se separó de la obra en 1937.
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