Después de visitar las pirámides de Teotihuacan, la coreógrafa Noa Wertheim dijo a La Razón sentirse “enamorada de México”, pero también sorprendida, tras sentir un fuerte vínculo entre sus creaciones dancísticas y el país.
“Es la primera vez que estoy aquí, pero es increíble encontrarme en Teotihuacan los cuatro elementos que forman parte de mi pieza White noise; aire, tierra, fuego y agua están representados en las pirámides y es lo que vamos a ver en el espectáculo. Es un fuerte vínculo que no esperaba con este país”, expresó la creadora, quien nació en Estados Unidos en 1965, pero creció en Natanya, Israel.
Fue en la Sala Miguel Covarrubias, emblemático espacio del Centro Cultural Universitario de la UNAM, donde la compañía de danza israelí Vertigo Dance Company, llevó su mensaje de resistencia contra el sistema. Acompañada por música grabada de la Revolution Orchestra, que adaptó una partitura original de Ran Bagno para instrumentos de cuerda y percusión.
“La danza es una poderosa herramienta de cambio. Todos podemos hacer algo contra lo establecido”
Noa Wertheim
Coreógrafa
“La coreografía White noise es una metáfora y protesta contra todo lo que el sistema nos ha impuesto y hace daño; es mi forma personal de aportar algo para generar cambios”, expresó Wertheim, y añadió que su obra rompe con los esquemas de la danza convencional y propone una coreografía de diversas dimensiones y con ritmos progresivos.
“La danza que verán tiene dos sentidos: uno social y otro activista. Siempre que hago creaciones, primero considero lo que el cuerpo quiere decir desde el alma. Vertigo Dance Company propone una danza con base en la gravedad que existe en la Tierra, inspirada en cambios rápidos, pero fluidos y con armonía”.
El espectáculo de danza contemporánea fue estrenado ayer, en el marco del Festival Vértice, con la participación de 11 bailarines que conforman Vertigo Dance Company, ganadora del Premio de Excelencia en Rendimiento del Ministerio de Cultura y Deporte de Israel de 2013.
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