El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes homenajeará a la escritora,
investigadora y académica en su primer aniversario luctuoso
CIUDAD DE MÉXICO (07/FEB/2011).- El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
(Conaculta ) rendirá homenaje a la escritora, investigadora y académica Esther
Seligson, en su primer aniversario luctuoso, que se cumplirá mañana 8 de
febrero.
Apasionada por los viajes, la literatura, los mitos y el conocimiento, la autora
de “Sed de mar”, quien nació en la Ciudad de México el 25 de octubre de 1941,
entregó su vida al estudio de las letras, no sólo hispanoamericanas, sino
también de lugares como China, India e Israel.
Otra de sus pasiones fue el teatro, al que dedicó muchas reseñas y no pocos
ensayos; así como la traducción de autores considerados difíciles o
inaccesibles, como Edmond Jabés o Emil M. Cioran.
Durante casi toda su vida se dedicó a impartir clases, sobre todo de historia
del teatro e historia de las ideas.
Su obra entera intenta aprehender la fugacidad y los temas recurrentes en su
producción son los sueños, la iluminación como intensidad de la experiencia, el
límite de la existencia, el tiempo, el lenguaje y la espiritualidad.
Fue maestra del Centro Universitario de Teatro (UNAM) por más de 25 años. Aunque
descreía de la educación escolarizada, “entendí que en las universidades no
aprendes nada”, solía afirmar que su actitud como maestra no era impartir, sino
“compartir conocimientos, reflexiones, hallazgos, inquietudes”.
Descendiente de judíos ortodoxos inmigrantes, en su juventud descreyó
completamente de las religiones. Sin embargo, en su madurez se interesó por la
Cábala y el Talmud.
Asimismo dio clases en el Centro de Estudios Hebraicos y seminarios sobre
judaísmo en diferentes lugares de México y el extranjero.
“Cábala quiere decir recibir, el cabalista es el que busca para recibir, ¿qué
recibe?, pues la luz”, explicó en alguna ocasión.
La escritora y periodsita Elena Poniatowska, ganadora de varios premios y autora
de diversos libros, la describió así: “Esther Seligson me atrajo por su
capacidad de fakir, la vi en Jerusalén y me dio el gran espectáculo de su
belleza quemada por el sol del desierto”.
Seligson empezó a publicar a los 24 años en Cuadernos del viento, revista de
Huberto Batis. También colaboró en la Revista Mexicana de Literatura, de Juan
García Ponce. A los 28 años apareció su primer librom, “Tras la ventana de un
árbol” (1969), que reúne varios cuentos.
Con la novela “Otros son los sueños” (1973), ganó el Premio Xavier Villaurrutia
en 1973. Ese año, el premio también le fue concedido a Federico Arana, Héctor
Azar, José Emilio Pacheco y Tomás Segovia.
El estudioso de la literatura hispanoamericana Seymour Menton destacó en la
revista Hispania 73, en mayo 1990, que la obra de Seligson, en la que se siente
la influencia de Juan García Ponce, lo mismo que de Marcel Proust, “se distingue
por su análisis psicológico de sentimientos y sensaciones inspirados en gran
parte en el recuerdo de distintos tipos de relaciones amorosas”.
Asimismo, en libros como “El teatro, festín efímero” (1990) y “Para vivir el
teatro” (UNAM), dejó constancia de su pasión por el teatro, como espectadora
involucrada, abarcando varias décadas de la historia del arte dramático en
México, sobre todo del teatro universitario.
En este último recoge sus colaboraciones publicadas en la revista Proceso.
Entre sus principales obras están, además de las ya mencionadas, “Tránsito del
cuerpo” (1977); “Luz de dos” (1978); “Diálogos con el cuerpo” (1981);
“Isomorfismos” (1991), “La morada” (1992) y “Hebras” (1996).
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