Un funcionario iraquí confirmó informe sobre los hallazgos de cientos de cables de inteligencia iraníes filtrados, que revela su vasta y agresiva influencia sobre la política y la sociedad iraquí.
Según consignó The New Arab informe, Irán ha utilizado espías, sobornos e infiltrados para dominar la dirección política de su vecino, a pesar de que casi todos los políticos y funcionarios iraquíes nombrados en los cables han negado recomendaciones.
En contacto con esa agencia árabe, un alto funcionario de Bagdad no identificado dijo que los resultados eran ‘precisos y bien conocidos en la esfera política’ en Irak.
Agregó que creían que Estados Unidos había dado luz verde a la filtración debido al deterioro de las relaciones entre Washington y Teherán en los últimos meses.
«Los documentos muestran cómo Irán, en casi todos los sentidos, ha superado a Estados Unidos en la competencia por la influencia», dijo el informante.
El funcionario agregó que el poder judicial iraquí no está obligado a investigar los cargos de alta traición resultante de las filtraciones, inyectan «una nueva dosis de ira e indignación» a las continuas protestas antigubernamentales, muchas de las cuales se han rebelado contra la influencia iraní sobre asuntos internos iraquíes.
Las 700 páginas de informes, escritos principalmente en 2014 y 2015 por el Ministerio de Inteligencia y Seguridad de Irán, fueron enviados a The Intercept y The New York Times de forma anónima por una fuente iraquí.
Los documentos «ofrecen un retrato detallado de cuán agresivamente ha trabajado Teherán para integrarse en los asuntos iraquíes y del papel único del general (Qasem) Soleimani».
Soleimani, el jefe de la Fuerza de élite Quds ‘del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní, es la encarnación de la influencia de Teherán en Irak, viajando allí con frecuencia durante tiempos de agitación política.
Según los documentos, muchos de los funcionarios políticos, militares y de seguridad más importantes de Irak han entablado relaciones secretas con Teherán, incluido el actual primer ministro Adel Abdel Mahdi y su predecesor Haider Abadi, así como una serie de ex ministros del gabinete.
Abdel Mahdi, quien se desempeñó como ministro de Petróleo de Irak en 2014, se describe como que tuvo una «relación especial» con Teherán.
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