El ministro de Defensa de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, ha declarado que Riad hará todo lo posible para que la guerra no alcance al reino saudí, sino a Irán. Además, el político ha acusado a Teherán de tratar de dominar el escenario en Oriente Próximo.
“Nosotros no esperaremos a que la batalla se dé en Arabia Saudí; en lugar de eso, trabajaremos para que la batalla se dé para ellos, en Irán”, dijo Bin Salman en una entrevista transmitida por televisión saudí. Asimismo, acusó a Irán de tratar de dominar el mundo musulmán.
La respuesta de Teherán ha sido categórica. El representante persa ante la ONU, Gholamali Khoshroo, ha enviado una carta al Consejo de Seguridad y al secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en la que plasmó su protesta.
“Al tiempo que rechazamos categóricamente las alegaciones infundadas contra mi país, me gustaría destacar que esta declaración suya [de Mohamed bin Salman] es una amenaza directa contra la República Islámica de Irán”.
Khoshroo considera que estas declaraciones contradicen al artículo 2 de la Carta de la ONU que requiere que todos los Estados miembros de esta organización internacional se abstengan de amenazarse los unos a los otros con el uso de la fuerza. Asimismo, acusó a Riad de amenazar directamente a la integridad territorial del país persa.
“Estas amenazas evidentes se hacen por el régimen que durante mucho tiempo ha apoyado la agresión y ha utilizado a los grupos extremistas a servicio de sus mediocres y peligrosas ambiciones en la región y fuera de sus fronteras”, enfatizó.
De acuerdo con el periódico estadounidense The New York Times, este incidente puede exacerbar la tensión que hay entre Irán —de mayoría chií— y Arabia Saudí —suní—, los cuales compiten por influencia política y religiosa en Oriente Próximo y luchan en frentes opuestos en la guerra en Siria.
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