La verdad es que estamos pasando por una situación demasiado delicada en estos momentos en Ecuador.
Toda esta conmoción ya nada tiene que ver con un paro de transportistas.
Las organizaciones indígenas se han movilizado masivamente y es evidente que alguien está pagando todo esto.
Los desmanes que han causado son terribles, desde destrozos de bienes públicos y privados, agresiones a la fuerza pública incluyendo el secuestro de 40 militares y la quema de una tanqueta.
Se anuncia que mañana será el día más fuerte y ya el gobierno ha trasladado su sede a Guayaquil y ha decretado toque de queda a sectores estratégicos y estado de excepción para todo el país.
La comunidad decidió dividir los servicios de Yom Kipur en tres sectores de la ciudad debido al riesgo que implica movilizarse hasta el beit knesset que queda alejado del centro.
Habrá dos servicios adicionales en casas de miembros de la comunidad.
Es la primera vez que el directorio se ve obligado a tomar esta decisión, pero las circunstancias han obligado a ello.
Aprovecho para desearles Gmar Jatima Tova a todos.
Me han solicitado que les narre los acontecimientos de esta última semana así que procuraré hacerlo de la mejor manera.
Debido al déficit fiscal generado por el gobierno de Correa, el actual gobierno se vió forzado a eliminar los subsidios al diesel y a la gasolina que de enero hasta septiembre le costaron al país $1200millones.
Esto causó la reacción de parte de los transportistas quienes inmediatamente se declararon en paro nacional y generaron bloqueos en las vías en todo el país.
Hasta ahí, se hubiese entendido como una medida “natural” de reacción frente a la subida de sus costos directos. Sin embargo, rápidamente las protestas derivaron en violentos enfrentamientos entre gente que evidentemente no eran transportistas y la fuerza pública, en especial en el centro histórico de Quito en donde causaron graves destrozos.
En Guayaquil, el caos causado por los bloqueos y la falta de fuerza pública en ciertos sectores fue aprovechado por delincuentes para causar más de 50 saqueos a comercios y asaltos a transeúntes.
El fin de semana bajó la intensidad de confrontación. El gobierno central autorizó el alza de las tarifas de transportación pública, las cuales debían ser fijadas por cada municipio ya que es competencia de cada gobierno local hacerlo.
Sin embargo, rápidamente se empezó a movilizar el sector indígena y decretaron movilización nacional y paro a partir de mañana.
Desde el día de ayer y hoy se calcula que han llegado a Quito algunas decenas de miles de indígenas.
Ayer en la noche irrumpieron en las oficinas de la Contraloría General del Estado y causaron destrozos.
Hoy se tomaron la Asamblea Nacional y en el oriente ecuatoriano se tomaron violentamente dos pozos petroleros.
Simultáneamente, María Gabriela Rivadeneira, ex presidenta de la Asamblea Nacional en época de Correa llamó públicamente a Moreno a que dimita puesto que es un “clamor nacional”(nadie escuchó ese clamor).
Varios dirigentes del correismo se han dedicado a azuzar a los manifestantes y a hacer llamados públicos al derrocamiento del gobierno.
Más del 50% de las empresas han decidido no trabajar por la inseguridad y debido a que sus empleados no han podido llegar a sus lugares de trabajo ya que el transporte público sigue paralizado.
Lo más importante es resaltar que todo este caos y toda la violencia que se está causando ya nada tiene que ver con la eliminación del subsidio a los combustibles.
Las noticias que nos hacen llegar desde Venezuela, no hace si no confirmar las sospechas de que existen intereses y recursos que están generando todo esto.
Solamente para concluir, resulta absurdo e incomprensible que sea la dirigencia indígena la que se preste para ser el elemento de desestabilización ya que si hubo una organización perseguida y humillada por Correa, fue justamente la dirigencia indígena, pero el dinero puede más que los principios para esta gente.
Abrazos fraternos a todos.
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