Alrededor de 1950, el cementerio judío del barrio Snipiskes de Vilna, la capital de Lituania, fue utilizado por el gobierno soviético para instalar un centro deportivo. Durante la última década, las autoridades de la ciudad pretendían adaptar este lugar para que funcione como un centro de conferencias.
Pero el proyecto recibió resistencia de la comunidad judía lituana, lo que resultó en una batalla que duró años. En los últimos días se anunció que el viejo cementerio se convertirá en un memorial en homenaje a los judíos locales.
La noticia la anunció el director del Museo Nacional de Arte de Lituania, llamado Arünas Gelünas. Michael Mail, director ejecutivo de la Fundación por la Herencia Judía, expresó su satisfacción con la resolución. “Es un resultado felizmente recibido a una disputa que estaba en juego hace demasiados años”, afirmó Mail. Mail lidera la organización sin fines de lucro que trabaja específicamente en la preservación de sitios históricos en Europa y Medio Oriente.
La misma organización publicó recientemente un informe que reúne las recomendaciones para la preservación histórica de la herencia judía. Específicamente presenta algunos lineamientos para la transformación de 1700 cementerios judíos en 7 países en centros de educación acerca de la historia local y el judaísmo.
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