El director general del Hogar Beit Sión, Ricardo Barmat, mantuvo una entrevista con la Agencia AJN luego de que la institución sufriera un contagio masivo de pacientes y personal en medio de la pandemia del COVID-19 y alertó: «Los geriátricos no se están dando cuenta que lo que nos pasó a nosotros al principio podría llegar a ser una generalidad».
«Necesitamos escuchar a los que saben para afrontar esta situación. La presunción que teníamos nosotros de hisopar como el único mecanismo de defensa es válido, pero todavía ahora hay que hacer una inversión mayor, porque si no hisopás cada 5 días no te sacás el COVID. Este es el dato más importante que tenemos», subrayó.
Beit Sión es un Hogar de la Colectividad Judía sin fines de lucro, ubicado en el Barrio de Flores, casi en el corazón de la ciudad de Buenos Aires y que en los últimos días trascendió a la opinión pública por un contagio masivo de pacientes y personal en medio de una pandemia que tiene fuertes consecuencias en los geriátricos.
«No quiero engañarme, no creo que vamos bien. Creo que la curva está achatada, creo que todavía los sistemas no colapsaron, pero esta curva achatada lo que me dice es que después de un mes y medio, pronto dos meses, la gente está harta y presionada económicamente. Con lo cual, ya salió el 80 por ciento a circular. La realidad es que con esta curva achatada, el pico se va a alcanzar a fin de mayo o mediados de junio. Para eso falta un mes y medio más», apuntó Barmat.
En este contexto señaló que «va a coincidir el pico de la enfermedad con la liberación de la gente, y entonces esto es lo agravante. La gente no se está dando cuenta que recién ahora viene la lluvia».
Con una capacidad para 84 adultos mayores, manteniendo las costumbres tradicionales de la comunidad judía, con comida Kasher gracias a las cocineras y la supervisión del Templo, que está dentro de la Residencia, Beit Sión se vio sacudida cuando a principios del mes pasado tuvo que poner a todos, personal y pacientes, en cuarentena tras la muerte de uno de los abuelos afectados por el mortal virus.
Por eso, Beit Sión mantiene un estricto control sobre el avance de la enfermedad. «En 15 días nosotros vamos a tener nuevos datos, que vamos a intentar compartir. Por ejemplo en el Hospital Italiano, tuvimos internadas 15 personas, 4 fallecieron, ya nos avisaron el cronograma de los 11 para el retorno. La realidad es que a uno le puede parecer en esta barbarie, mirado fríamente, si regresan 11 tendría el 70% de sobrevida. Entonces son dos formas de mirarlo. Porque si lo comparo con Europa, la mortalidad es mucho mayor. Entonces cuando tenga la mortalidad total, cuantas personas se fueron y cuantas regresaron, vamos a poder saber si nuestra actitud de búsqueda de internación precoz ha dado resultado o no», explicó.
De acuerdo a lo explicado por Barmat, la mayoría de las personas que fueron puestas en cuarentena ya está en la tercera semana final. «Cuando tuvimos el primer caso confirmado no teníamos reactivos, el test se realizó 11 días después, en ese interín se incendió todo, metafóricamente hablando. Descubrimos por los test, que 15 de los pacientes detectados eran asintomáticos y de ellos, para tener en cuenta, 5 tenían por TAC, neumonía y no desarrollaron temperatura, es decir que nos permitió internar y tratarlos precozmente antes de la aparición de los síntomas», comentó.
«Tuvimos pacientes que estaban completamente asintomáticos durante 11 días y explotan en dos horas.»
Beit Sión, dirigido por una comisión de filántropos, cuenta con un edificio de 6 pisos, 30 habitaciones y espacios amplios con comedores comunales que permiten actividad de estimulación, disfrutar del parque exterior y programar y vivir las festividades, el Kabalat Shabat todos los viernes, para brindar confort en esta etapa de la vida.
Por eso, Barmat advirtió sobre el desolado panorama que le espera al menos a los geriátricos de la ciudad de Buenos Aires. «En Beit Sion tenemos espacios, pudimos armar un hotel para 45 personas adentro. Ahora, en la Capital hay 500 geriátricos. ¿Cuántos pueden armar un hotel adentro? ¿4, 5, 10? Entonces viene el gobierno y dice ‘ustedes tienen que tener sala de aislamiento’. Y alguien que tiene 30 camas, pequeñas en una casa, no tiene lugar para armar sala de aislamiento», explicó.
«Las autoridades tendría que decir ‘yo voy a agarrar 10 de las personas que tienen y las llevo a mi hotel, con lo cual descomprimo su hogar para prepararlo para que tenga sala de aislamiento’. Pero lo que ocurre es que mandan una inspección para que lo tengan donde no lo pueden tener. No hisopan, no te dan ningún elemento. Cuando llegaron la primera vez a nuestro hogar, lo primero que dije fue: hisopen a todos los residentes y a todos los que trabajan en nuestro hogar. La respuesta fue: ‘No podemos’”, relató.
«Estamos en problemas porque las crisis se solucionan con acción, no solo con administración. Nos podemos encontrar con un desastre, por más que creemos que tenemos camas suficientes. Ojalá esté equivocado», expresó.
Al respecto, Barmat afirmó que las autoridades no están dando la solución a las residencias geriátricas y remarcó que «en una pandemia, los gobiernos tienen que dar soluciones, porque en forma individual no es bueno que cada uno tome su actitud».
Frente a esta situación un grupo de geriátricos hicieron una protesta que debe ser escuchada pues son geriátricos que brindan un servicio a la comunidad de muy buena calidad pero no tienen los recursos para el incremento de insumos y menos para prevenir con el hisopado.
Barmat comentó que a partir de la experiencia del Centro Médico Hadassah, de Israel, recomendó hisopar a todo el personal. «Nosotros creíamos que hisopábamos bien, porque hisopamos dos veces. Pero desde el momento que hisopo, hasta el momento que ingresa el personal, pasan 48 horas en su casa, entonces, yo no tengo solución de sacar el COVID si no hisopo cada 5 días. Ahora cuando yo vaya con esta noticia a la comisión, se van a agarrar de las paredes porque no hay economía para hisopar cada 5 días», indicó.
«Lo de Hadassah es importante porque nos pone normas, porque Hadassah nos permite repasar las salidas de nuestra gente con COVID, post internación, porque vamos a mirar la experiencia de otros. Yo di una charla para la gente de México y les conté lo que nos pasó a nosotros para que no les pase. Y Hadassah nos está contando cuál es la mejor solución, ellos tuvieron 17000 contagiados con solo 230 fallecidos», añadió.
Siempre en diálogo con esta agencia, el director indicó que el protocolo propuesto por Hadassah «permite tratar de encontrar lo medios para que no vuelva a entrar el COVID». «Yo estaba preparado un mes y medio antes del COVID. Teníamos circulación restringida, parámetros infectológicos, máscaras, barbijos, guantes y todo lo necesario. Un piso de aislamiento. Aún así el COVID se metió. ¿Cómo no voy a prender la alarma? ¿Qué no hicimos? Esa es la pregunta que me tengo que hacer como director. Tengo que repasar con el protocolo qué fue lo que no hice para no volver a cometer el mismo error», dijo.
Para Barmat, «el parámetro que utiliza la Argentina debe ser modificado pues Covid nos propone una nueva instancia cada semana”. «Lo que pusimos en evidencia es que el hisopado diagnostica el Covid en los asintomáticos, ahora, no solo hay que hisopar al personal, también a los residentes según lo vivido en Beit Sión”, añadió.
«Lo que estoy advirtiendo es que si no hispamos en la residencia en forma periódica para ver la carga viral no los vas a encontrar y viene una segunda etapa que es encontrar inmunoglobulina M e inmunoglobulina G, porque así puede saber el nivel de anticuerpos y si pueden volver a contraer la enfermedad», remarcó por último Barmat.
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